31 may 2013

You Belong With Me: Capítulo cuarenta y dos.

¡HOLA CARACOLAS!

¿Qué tal estáis todas? Espero que bien porque yo estoy muy feliz y es gracias a vosotras. Últimamente está habiendo muchas lectoras nuevas y estoy muy contenta por eso. Me alegro mucho de que os guste el fanfic y que lo sigáis. Ver como la página sube de visitas y los tweets que me llegan es como; WOW. ¿Sabéis que hemos pasado de las 6.400 visitas a las 6.800 en tres días? Es muy fuerte. Y todo es gracias a vosotras. <3
Peeeeeero no os quiero dar más la chapa. Simplemente daros la bienvenida a las nuevas y poca cosas más.
Ah, y añadir que a partir de este capítulo las cosas con Hodie se ponen interesantes (muy MUY interesantes) y que... nada, espero que os guste :DDDD



Capítulo cuarenta y dos: Cena en el Chelsea.
Zayn se bajó del coche y caminó hasta la puerta del Chelsea, el restaurante donde habían quedado todos. A pesar de que la idea de la cena había sido de Louis, Niall había implorado ir a aquel restaurante ya que él era del Chelsea. Se encogió de hombros. ¿Qué más daba ir a un sitio o a otro? Él seguía yendo solo y teniendo que aguantar al plasta de Dylan, porque estaba más que claro que iba a ir en calidad de acompañante de Sam. Sam. Esa chica a la que él le gustaría llevar del brazo. Suspiró y se encogió de hombros. No siempre las superestrellas tenían todo lo que querían.
Al llegar a la puerta se encontró con el irlandés y su acompañante, Anne. Se les veía muy contentos y, a pesar, de que no lo habían hecho oficial todo el mundo sabía que algo había cambiado entre ellos, que no eran solo amigos. Sonrió, alegrándose por ellos, y les saludó cordialmente cuando estaba a unos pasos de ellos.

-          ¿Lleváis mucho rato aquí?
-          Que va, acabamos de llegar. Como siempre, somos los primeros. – rió Niall.
-          Se ve que sí. Creo que eso de “la puntualidad británica” no va mucho con nosotros. – admitió Zayn.
-          ¿Cómo que no? Nosotros estamos aquí a la hora, ellos creo que deberían plantearse pedir otra nacionalidad o algo. – todos rieron, otra vez, gracias al comentario del irlandés.
-          No hablemos de eso que tú tampoco tienes mucho de inglés… - susurró el chico de ascendencia árabe encendiéndose un cigarro.
-          Bueno, bueno… solo porque me guste el jamón, la tortilla de patatas, el sol y hable un poco de español no significa que no sea inglés.
-          Si, Niall, sí… eres más inglés que la reina. – el rubio rió. Se sentía de aquí y de allá. Era irlandés, inglés y, quizá, un poco español. Se encogió de hombros. Eso no hacía daño a nadie.

En ese momento vieron llegar dos coches, que conocían muy bien, al aparcamiento. Eran el de Louis y el de Harry. Aparcaron muy cerca el uno del otro, en los primeros sitios libres que encontraron, y de ambos vehículos se bajaron las dos parejas: Louis y Eleanor y Harry y Caroline.
Zayn no sabía si era cosa suya pero pudo notar cierta tensión en las miradas que cruzaron. Rodó los ojos al ver la expresión de Louis, quién tenía la sonrisa más falsa plantada en su cara, mientras saludaba a Caroline. Oh. Debía haberlo imaginado.
Acto seguido observó al irlandés que tampoco había puesto muy buena cara al ver a la novia de su amigo de rizos.

-          Ya verás cuando lleguen Jodie y Eddie… - susurró Niall pasándole la mano por la cintura a su chica. – Me da a mí que va a ser una cena movidita.
-          Estoy contigo – admitió Anne a su lado. – Demasiado movidita.
-          Si solo fuera por ellos… - susurró Zayn hablando consigo mismo. Niall le dedicó una mirada sospechosa, enarcando una ceja. Y entonces cayó. Sam. Ya casi se había olvidado de ella y de su novio, el proyecto de policía andante.

Minutos después se encontraban las tres parejas y Zayn en la puerta, esperando a que llegaran los demás. Se saludaron cordialmente y empezaron a hablar de cosas varias, aunque Harry y Caroline se quedaron al margen.
Louis miró a su amigo. Siempre que ella venía, él dejaba de ser él. Se quedaba al margen de las conversaciones, no opinaba, no se reía, no interactuaba con nadie que no fuera con ella. Rodó los ojos. En el fondo no le culpaba, estaba enamorado pero, quizá, no fuera Caroline la adecuada. ¿Por qué? Louis no sabría decir exactamente porqué… pero era como si ella le absorbiera, como si quisiera mucho más de lo que Harry podía darle, como si… como si ella solo le quisiera por conveniencia.

-          ¿Y si vamos entrando y les esperamos en la mesa? – propuso Eleanor.
-          ¿Tienes frío, eh? – preguntó Louis riendo y abrazándola. La verdad es que era una noche bastante fría. Ella asintió y se resguardó en su novio.
-          Un poquito.
-          Claro, con estos modelitos que te pones… - susurró él. Ella le dio un golpe en el hombro, molesta.
-          Sí, sí, pero bien que te gustan.

Todos rieron ante la escena de pareja que sus amigos estaban protagonizando. Después de todo lo que ambos habían superado como pareja seguían teniendo esa relación tan especial.
Justo cuando iban a entrar al restaurante vieron llegar otro coche que paró en la puerta y de él bajó Sam. En cuanto cerró la puerta el coche se alejó y ella se quedó allí con los chicos.

-          ¿Y Dylan? – preguntó Zayn.
-          Ha ido a buscar aparcamiento. – ella se encogió de hombros y él simplemente sonrió. “Era imposible que tuvieras tanta suerte, Malik” se dijo a sí mismo. Niall y Louis intercambiaron una mirada.

No esperaron más. Entraron en el Chelsea y les guiaron hasta su mesa. De camino Niall aprovechó para acercarse a Louis; se le había ocurrido una buena idea.

-          ¿Aún quieres ganar la apuesta? – susurró el irlandés.
-          Pues claro. – le contestó Louis en el mismo tono.
-          Zayn está soltero… si acaba con Sam, ganamos.
-          Lo había notado, gracias Niall. – dijo Louis. – Pero… Sam está con Dylan. Y, además, otro de los objetivos claros era que el rizos dejara a la estirada de Caroline. – Niall asintió. Su amigo tenía razón. – Así que seguimos con lo nuestro.
-          ¿Y Eddie?
-          No sé. – susurró Louis. Ya habían llegado a la mesa y vio como Harry les observaba. Le dedicó una sonrisa algo forzada y luego se volvió hacia Niall. – Tenemos que investigar los trapos sucios de Caroline, quizá encontremos algo que haga que Harry se moleste.

El irlandés asintió y se sentó en la mesa, al lado de Anne, como si no hubiera pasado nada. Delante tenía a Caroline, que estaba sentándose al lado de su chico, a la cual miró intrigado. “Sé que escondes algo, Caroline Flack. La cuestión es… ¿qué?” pensó el rubio. Fuera lo que fuera, lo descubriría.

No pasó mucho rato cuando, por fin, se les unieron las dos parejas que faltaban ya que Dylan ya había vuelto de aparcar su flamante coche. Liam y Danielle y Eddie y Jodie se sentaron en los sitios que quedaban libres completando aquella estampa tan peculiar.
Las mirabas que se cruzaron fueron más que intensas. Harry se quedó mirando a Jodie, quien le devolvió la mirada sin despegarse del brazo del pelirrojo. Eddie se dio cuenta de que la mirada de Harry no era una simple mirada y lo observó unos segundos par acabar sonriendo después. Al fin y al cabo seguían siendo amigos.
Pero no solo esas miradas se cruzaron Zayn no pudo evitar dedicarle una mirada hostil a Dylan, como casi cada vez que le veía cerca de la chica rubia, y él respondió de la misma manera. Sam rodó los ojos y aceptó, de buena gana, el beso que su chico le plantó delante de todos, delante de Zayn.
La tensión se notaba en el aire y para eso estaba Louis, el dicharachero y parlanchín, que siempre tenía soluciones para todo.

-          Ahora que ya estamos todos… - anunció levantándose. – Me gustaría decir unas palabras.

Todos rieron olvidándose, por unos segundos, de sus respectivas situaciones incomodas. Louis se aclaró la garganta y empezó a dar su peculiar discurso cuya única intención era hacer reír a los presentes. Ni si quiera sabía que iba a decir, pero algo se le ocurriría.

-          Bueeeeeeeeeeno – dijo el chico con su tono alegre. - ¡Bienvenidos todos al Chelsea! Sí, se nota que el sitio lo escogió Niall… - todos miraron al irlandés que sonrió ampliamente. – Soy vuestro anfitrión: Louis, The Tommo, Tomlinson. – Harry rió recordando la de veces que había dicho eso cuando grababan algún video tonto. – Y solo espero que no comáis mucho sino la cuenta la pagaréis vosotros.

Dicho esto se sentó y después de reírse de las palabras del mayor cada uno se formaron pequeños grupos de conversaciones muy dispares.
No mucho más tarde llegaron unos cuantos camareros con las cartas para que cada uno pidiera lo que quisiera.

-          ¿Qué te vas a pedir, Jodie? – preguntó Anne mirando la carta con su amiga, ya que estaban sentadas al lado.
-          Pues no tengo ni idea, la verdad.

La pequeña se mordió el labio, pensativa, y Harry, que no le quitaba los ojos de encima, sonrió. Aunque en ese preciso momento su novia reclamaba su atención.

-          ¿Y tu, cariño, qué quieres? – preguntó Caroline inocentemente.
-          Puees… - susurró Harry intentando centrarse en la carta. – Quizá me pida algo de carne y patatas.
-          A lo seguro – rió Eddie. – Yo creo que estoy contigo, Harry.

Los dos chicos se miraron y se chocaron la mano. A todos les sorprendió ese comportamiento tan amigable entre ambos y más sabiendo todo lo que estaba pasando en aquel triangulo o, mejor dicho, cuadrado amoroso. Jodie sonrió al ver ese gesto, después de todo parecía que las cosas iban bien.

-          Yo quiero macarrones o espaguetis o… - decía Niall mirando la carta. – No, esto no que tiene un nombre raro.
-          ¡Irlandés controla tu estómago! – advirtió Louis desde el otro lado de la mesa. – O te lo pagas tú, avisado estás.
-          ¿¡Qué más te da a ti!? – Louis enarcó una ceja. – Cobras lo mismo que yo y, créeme que, sé que te lo puedes permitir.
-          Una cosa es que pueda y otra que quiera – Louis le sacó la lengua.
-          Será rancio… - murmuró el irlandés. - ¡Pues me lo pagaré yo si hace falta! – todos rieron ante la discusión de los dos chicos aunque sabían que Louis lo decía para fastidiarlo. Comiera lo que comiera y costara lo que costara esa cena era cortesía de Louis Tomlinson.

Después de estar un rato pensando por que querían cenar, así que esperaron a que los camareros volvieran para tomarles nota.
Jodie y Sam miraban a todos lados, alucinadas. Era un restaurante muy elegante y al parecer, por los precios, bastante exclusivo. Había poca gente y el ambiente era tranquilo y relajado. Todo estaba exquisitamente decorado y perfectamente pensado, al detalle.
Su mesa estaba situada al lado de una ventana que tenía unas vistas preciosas de Londres y, a la vez, estaba lo suficientemente alejada de todos como para que tuvieran intimidad y pudieran actuar con normalidad.
Se sentían algo incomodas, como si no encajaran en aquel mundo de lujo y ostentosidad, pero al ver a los chicos tan felices, tan naturales, tan en su salsa, se sintieron más contentas, más cómodas.
Cuando les trajeron sus platos empezaron a comer y, otra vez, se formaron pequeños grupos donde cada conversación era diferente.

-          ¿Y cómo os va? – preguntó Niall a Eddie.
-          La verdad es que bien. – respondió con sinceridad el pelirrojo aunque no quería hablar mucho de su relación con Jodie delante de Harry para no echar más leña al fuego, más que nada.
-          Estas semanas hemos pasado juntos la mayoría del tiempo – comentó Jodie. Harry comía tranquilamente sin perderse ni una sola palabra de la conversación.
-          ¡Sí! Nosotras cuando hemos ido hoy a verla estaba en casa de Eddie. – rió Danielle. – En su cama, durmiendo.
-          ¡Danielle! ¡Cállate! – rió Jodie.
-          Vaya, vaya.

Niall miró a Harry, éste giró la cabeza y cogió la mano de su novia delante de todos. Se tragó lo que tenía en la boca y se acercó a darle un beso en la mejilla que ella aceptó de buena gana.

-          Eres preciosa.

Harry le susurró en la oreja esas palabras a su novia pero fueron lo bastante fuertes como para que los presentes las escucharan. Ella rió coquetamente, aceptando el cumplido. Jodie rodó los ojos. Así que el señorito Styles quería jugar a dar celos. Bien. Ese juego podría resultar interesante porque él no era el único que conocía las reglas.

-          Hablando de dormir en casas ajenas… - susurró ella y se giró hacia Eddie. – Creo que me dejé mis pantalones favoritos la otra noche en tu casa.

El chico de rizos se tensó al momento pero no soltó la mano de Caroline. ¿Qué habrían hecho para que ella se quitara los pantalones? Puede que solo hubieran dormido juntos y… nadie duerme en tejanos. Además él ya había dormido con Jodie. No era tampoco un gran avance en su relación de pareja…
Desvió la vista hacia otro punto del restaurante, recordando la noche en que él y Jodie durmieron en la misma cama. Esa noche en la que él le dejó una de sus camisetas, en la que le hizo un hueco en su cama, en la que la besó bajo la lluvia de estrellas… Esa noche en la que se había comportado como un imbécil por no admitir que ese beso le había gustado más de lo que debería.

-          Puedes venir a buscarlos cuando quieras – sonrió Eddie encogiéndose de hombros.
-          Entonces… quizá me pase más tarde.

Todos, los que estaban al corriente de la apuesta –claro está-, estaban pendientes de la conversación y de las reacciones de los implicados. Estaban siendo momentos bastante tensos pero nadie se atrevía a decir una palabra.
Niall se quedó pensando y se dio cuenta de que al parecer todos los presentes, menos Anne y las dos parejas implicadas en la apuesta, estaban al corriente de su magnífica idea. Rodó los ojos porque nadie conocía que él fuera el artífice de todo aquello, es más, creían que había sido idea de Louis pero no le importaba. Quizá era incluso beneficioso para él porque si cualquier cosa salía mal sería el mayor quien debería responder.

-          ¡Eh, parejitas! – advirtió Louis, como si no hubiera pasado nada. Todos se giraron a mirarle y sonrió. - ¿Os apetece ir al karaoke?

Comentaron entre todos lo gracioso que sería ir y acordaron que después de cenar irían todos al karaoke más cercano que tuvieran.


Cheers and kisses, 
Mery! x

8 comentarios:

  1. Se me ha hecho muy cortito, pero bueh, esperaré impaciente al próximo capítulo. :)

    Eddie, pelirojo... Ed Sheeran, pelorojo... jajajajaja (Creo que me explico xD)

    Buah, sabes que me encanta como escribes, ¿no? Sigue así, enana. :3

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    1. Ña, ya te lo dije por twitter... no te equivocas con Eddie. Para nada. ahahahah <3
      Y el siguiente... don't worry que es más largo :))))
      Thanks for everything Ari, xx

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  2. Holaaaa soy una nueva lectora, hace un semana que descubri esta novela y ya me la he leeido entera, de verdad jajajaaj esta geniaaal besoos

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    1. Oh, pues... bienvenida a mi pequeño sitio de locuras!! :)
      Me alegra que te guste y me alegra que le hayas dedicado tanto tiempo a leer mi historia <3 Muchas gracias, en serio. xx

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  3. M'he llegit tots els capítols en u dia. Vull que Hodie es declarin el seu amor incondicinal. Els petits han d'estar junts *-*

    Ariadna xx

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    1. Ai, els petitets... els petitets. <3 Encara els hi han de passar massa coses a aquests dos haha
      Tots en un dia? Mare meva... moltísimes gràcies reina, no saps lo feliç que em fa! <3
      Petons i encantada Ariadna xx

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  4. M'he llegit la novela en el cap de setmana i m'agrada molt, peró m'agradaria que Hodie avances més depressa.

    Una pregunta, Naomi tornarà a sortir?

    Petons cuca x

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    1. Ai mare meva, quina bogeria de lectores que se la llegueixen tota en un dia, dos... esteu bojes però em feu molt feliç <333
      Respecte a lo de la Naomi... ho vaig explicar precisament a twitter (sino em segueixes el meu twitter es @merydafont). Però... t'ho explico per aquí. Aviam, aquest personatge estaba inspirat en una persona real que estava a la meva vida i tal però les coses van acabar malament i aquesta persona no hi és més en la meva vida... així que escriure sobre ella em fa mal i em porta mals records. Poder surtirà una mica més per acabar d'enllestir la seva historia amb en Louis i acabar de perfeccionar la trama però res més!
      Petons maca, xx!

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