Bueno, he de decir que ahora empezaré los exámenes otra vez y tengo que acabar el trabajo de recerca... así que intentaré escribir y colgar pero no sé si será posible.
Respecto a este capítulo he de decir que me pidieron escenas Hodie, y yo también tenía ganas de escribirlo, así que nada... espero que os guste mucho.
Ah, y va acompañado de una canción que se llama "She's killing me" de A Rocket to the Moon. Es muy adecuada para la relación Jodie-Harry. Aunque en este caso sería de ella hacía él; sería más un... "he's killing me". Pero también se puede aprovechar el significado original puesto que a Harry también le esta volviendo loco esa relación, si es que se le puede llamar así.
Dicho esto... espero que os guste, xx :)
Capítulo treinta: No me hables.
Ni Jodie ni Sam habían sabido nada de su amiga Naomi desde hacía un par
de días. Concretamente desde ese día en que ella confesó que se había acostado
con Louis. Ambas estaban dolidas y resentidas con ella por varios motivos.
Primero: él era uno de sus ídolos y, quieras que no, les daba envidia y rabia.
Segundo: Eleanor era su amiga y aunque ella no hubiera obligado a Louis a nada,
no debería haberlo hecho. Y tercero: había demostrado no tener corazón
diciéndole ciertas palabras a Jodie. Palabras que la pequeña no se podía sacar
de la mente. Pero, después de todo, ambas se estaban dando cuenta de que no la
echaban de menos. Y seguían con su vida con totalidad normalidad.
Naomi no se molestó en contactar con ellas; quiso alejarse de todo lo
que tuviera relación con One Direction y eso, también, las implicaba a ellas.
Se dedicó a entretenerse leyendo y trabajando, total, no podía hacer nada más.
Los días pasaron y quedaba un día para el concierto al que Jodie y sus
acompañantes podían asistir en calidad de personas importantes. Ella y Sam
estaban emocionadas no, lo siguiente. Pero tenían un problema…
-Te sobra un pase… ¿Qué harás con él? – preguntó Sam.
-No lo sé. – Jodie se rascó la cabeza. - ¡Tengo una idea!
-¿Qué? ¡Cuenta!
-No lo sé. – Jodie se rascó la cabeza. - ¡Tengo una idea!
-¿Qué? ¡Cuenta!
La pequeña sacó el teléfono del bolsillo y marcó el número de Anne. Un
pitido, dos pitidos, tres.
-¿Jodie? – contestó la chica.
-¡La misma! – rió.
-Que sorpresa, no esperaba tu llamada. ¿Cómo estás?
-Estupendamente. – mintió. - ¿Y tú?
-¿Estupendamente? No sé porqué no me lo creo.
-Pues créetelo.
-Lo siento, puede que a ti sí… pero a mí no me engañas. – Jodie suspiró. - ¿Sabes algo de él?
-No, ni quiero.
-Ya, claro.
-¿Por qué me lo cuestionas todo? – rió.
-Te lo he dicho antes: no te creo.
-¡La misma! – rió.
-Que sorpresa, no esperaba tu llamada. ¿Cómo estás?
-Estupendamente. – mintió. - ¿Y tú?
-¿Estupendamente? No sé porqué no me lo creo.
-Pues créetelo.
-Lo siento, puede que a ti sí… pero a mí no me engañas. – Jodie suspiró. - ¿Sabes algo de él?
-No, ni quiero.
-Ya, claro.
-¿Por qué me lo cuestionas todo? – rió.
-Te lo he dicho antes: no te creo.
Sam no se enteraba de la conversación puesto que solo escuchaba a Jodie
hablar. ¿Qué estaría cuestionándole Anne? Se encogió de hombros. Qué más daba…
fuera lo que fuera se acabaría enterando.
-Serás…
-¿Adorable? – la cortó ella.
-No era eso lo que iba a decirte.
-Ya lo imaginaba. – ambas rieron. – Bueno… ¿Y a que se debe tu llamada?
-Ah, eso… Me preguntaba si ibas a ir al concierto de los chicos mañana en Londres…
-¿El de mañana? No. – Jodie sintió que la sonrisa de su amiga desaparecía de su rostro. - Vosotras sí, ¿no?
-Sí, nosotras sí. ¿Por qué no vas?
-No tengo tiempo. – mintió.
-Mientes.
-¡Mierda Jodie! ¿Cómo lo sabes?
-Se te nota en la voz. – rió. - ¿Es por Niall?
-Sí, él me invitó a ir pero me negué. – suspiró. – Se me hace difícil estar cerca de él.
-¡Tócate los huevos! Y a mí de Harry y aquí estoy.
-¿Adorable? – la cortó ella.
-No era eso lo que iba a decirte.
-Ya lo imaginaba. – ambas rieron. – Bueno… ¿Y a que se debe tu llamada?
-Ah, eso… Me preguntaba si ibas a ir al concierto de los chicos mañana en Londres…
-¿El de mañana? No. – Jodie sintió que la sonrisa de su amiga desaparecía de su rostro. - Vosotras sí, ¿no?
-Sí, nosotras sí. ¿Por qué no vas?
-No tengo tiempo. – mintió.
-Mientes.
-¡Mierda Jodie! ¿Cómo lo sabes?
-Se te nota en la voz. – rió. - ¿Es por Niall?
-Sí, él me invitó a ir pero me negué. – suspiró. – Se me hace difícil estar cerca de él.
-¡Tócate los huevos! Y a mí de Harry y aquí estoy.
Las dos rieron y Jodie se encogió de hombros. No iba a dejar que un
chico, y mucho menos él, le arruinara uno de sus regalos de cumpleaños. No le
dirigía la palabra, sería como si él no estuviera, y asunto resuelto. ¡Que le
den!
-No es lo mismo… - empezó a decir Anne.
-Venga, vente con nosotras. Tengo un pase VIP que lleva tu nombre.
-¿En serio?
-¡Claro que sí! – rió. – Ven, disfruta, sé feliz y acércate a Niall que lo estás deseando.
-Eres mala, Jodie.
-Lo sé, pero me quieres. – Anne suspiró, era cierto. Aquella chica se hacía querer. – Te pasamos a buscar mañana a eso de las cinco. ¿Vale?
-Perfecto. ¡Hasta mañana!
-Hasta mañana. – ambas colgaron.
-Venga, vente con nosotras. Tengo un pase VIP que lleva tu nombre.
-¿En serio?
-¡Claro que sí! – rió. – Ven, disfruta, sé feliz y acércate a Niall que lo estás deseando.
-Eres mala, Jodie.
-Lo sé, pero me quieres. – Anne suspiró, era cierto. Aquella chica se hacía querer. – Te pasamos a buscar mañana a eso de las cinco. ¿Vale?
-Perfecto. ¡Hasta mañana!
-Hasta mañana. – ambas colgaron.
Asunto solucionado. Las tres iban a ir juntas al concierto de los
chicos. Ahora solo debía solucionar el minúsculo problema de Harry. Quería y no
quería verle. Quería y no quería hablarle. Quería y no quería quererle. ¿Por
qué era todo tan complicado? Suspiró. Optaría por la opción más rápida aunque
también más dolorosa; Harry había dejado de existir desde aquel preciso momento.
O eso quería creer.
El tiempo pasa demasiado rápido cuando no quieres que llegue un momento
concreto. Y eso le había pasado a Jodie. Sin darse cuenta se encontraba en el
coche de camino al concierto acompañada por Sam, Anne y Dylan –quien gentilmente
se había ofrecido a llevarlas-.
-Hemos llegado. – anunció el chico.
-Gracias por traernos, amor. – dijo Sam dándole un tierno beso.
-Es un placer, princesa. – suspiró y clavó los dedos en el volante. – Pasarlo bien.
-Gracias por traernos, amor. – dijo Sam dándole un tierno beso.
-Es un placer, princesa. – suspiró y clavó los dedos en el volante. – Pasarlo bien.
Las chicas se bajaron del coche y, a pesar de que en sus palabras no
había hostilidad, todas pudieron notar que Dylan estaba molesto.
-¿Qué ha pasado?
Sam entendió lo que Jodie quería decirle y suspiró.
-Nos peleamos. No quería que viniera.
-¿Por qué? – inquirió Anne.
-Cree que me iré con Zayn y le dejaré. – Jodie sonrió. – No entiende que le quiero, Zayn es un amor totalmente platónico.
-Pues parece ser que el señorito Dylan es más celoso de lo que pensábamos. – comentó la pequeña.
-Eso parece.
-¿Por qué? – inquirió Anne.
-Cree que me iré con Zayn y le dejaré. – Jodie sonrió. – No entiende que le quiero, Zayn es un amor totalmente platónico.
-Pues parece ser que el señorito Dylan es más celoso de lo que pensábamos. – comentó la pequeña.
-Eso parece.
Divisaron una gran cola de gente y Jodie se sintió algo mal por pasar
delante de ellas con todo el morro y un pase VIP colgado al cuello. Las miraban
algo mal, pero en el fondo lo comprendió… ella también lo haría si estuviera en
la cola. Además pensó que quizá la recordarían por ser la supuesta amante de Harry.
En la puerta había unos cuantos seguratas, de aquellos de dos metros,
que al ver los pases de las chicas sonrieron y les abrieron las puertas. Ellas
en silencio pasaron guiadas por uno de estos armarios andantes.
Tras caminar por pasillos y demás durante unos diez minutos llegaron a
la zona de camerinos. Jodie suspiró. Aquello iba a ser más duro de lo que
esperaba.
-¿Preparadas? – susurró Sam.
-No del todo. – dijo Anne resumiendo lo que ambas sentían.
-Sé que lo podéis hacer. – las animó.
-No del todo. – dijo Anne resumiendo lo que ambas sentían.
-Sé que lo podéis hacer. – las animó.
El segurata sonrió mientras se paraba delante de la puerta. Picó a ella
y dijo con voz grave:
-Chicos… han llegado vuestras invitadas.
Acto seguido todo fue muy confuso y rápido. Se escucharon los gritos de
Louis Tomlinson, seguidos de la risa de Niall, y una reprimenda de Simon. Por la
puerta apareció Danielle que les abrió con una sonrisa en los labios.
-¡Qué bien que ya estéis… - empezó a decir. -¡Anne! – gritó.
Las dos chicas se abrazaron y Niall corrió a la puerta. ¿Anne había
venido? ¿En serio? Su sonrisa se ensanchó.
-¡Al final has venido!
-Ya ves… - rió. – La pequeñaja que me lía.
-Me alegro de que hayas venido – dijo Niall mirándola.
-Yo también me alegro. – contestó.
-Ya ves… - rió. – La pequeñaja que me lía.
-Me alegro de que hayas venido – dijo Niall mirándola.
-Yo también me alegro. – contestó.
Sonrieron. Y las chicas pasaron al camerino. Jodie examinó la sala; ni
rastro de Harry. Sonrió. Por lo menos podría disfrutar un poco. Saludaron a
todos los chicos y se pusieron a hablar animadamente. Todos estaban muy
emocionados; ellos porque era el último concierto, ellas porque verían todo lo
que pasaba desde un lugar privilegiado.
-En breves iremos a hacer las pruebas de sonido – comentó Liam.
-¡Qué emocionante! – dijo Sam entusiasmada. Todos rieron.
-Vendréis, ¿no?
-¿Estás de broma? – esta vez habló Jodie. – Claro que iremos, Zayn.
-¡Bien!
-¡Qué emocionante! – dijo Sam entusiasmada. Todos rieron.
-Vendréis, ¿no?
-¿Estás de broma? – esta vez habló Jodie. – Claro que iremos, Zayn.
-¡Bien!
Niall gritó imitando la reacción anterior de Sam y ésta le dio un golpe
en el brazo. Todos estallaron en carcajadas sin poder evitarlo. Sam se sonrojó.
Después de todo seguía siendo una fan y aquellas cosas la emocionaban.
Justo en aquel momento Jodie divisó una silueta acercarse. Era Harry. Se
tensó al verle. Iba con una toalla anudada a la cintura y su cuerpo estaba
cubierto de gotas de agua. Se iba secando el pelo con otra toalla, y ni tan
siquiera se había percatado de su presencia.
-Eh, chicos sabéis donde está mi…
Levantó la cabeza y vio allí a todas las chicas, incluida a Jodie.
-¡Uh! Ya está aquí el exhibicionista.
-Cállate, Tomlinson. – dijo molesto. – Hola chicas. – saludó después algo más amable.
-Hola – murmuraron.
-Cállate, Tomlinson. – dijo molesto. – Hola chicas. – saludó después algo más amable.
-Hola – murmuraron.
Se creó cierta tensión en el aire y un silencio demasiado profundo.
-¿Qué querías? – dijo Zayn.
-No encuentro mi móvil. – se excusó encogiéndose de hombros.
-Está en la sala esa donde nos maquillan y eso… encima de la mesa.
-Gracias, Liam.
-De nada.
-No encuentro mi móvil. – se excusó encogiéndose de hombros.
-Está en la sala esa donde nos maquillan y eso… encima de la mesa.
-Gracias, Liam.
-De nada.
Harry se marchó y se quedaron allí todos, en silencio.
Poco después se encontraban en las pruebas de sonido. Los chicos ensayaban
la mayoría de canciones que cantarían más tarde. Y las chicas, sentadas en plan
indio, en un lado del escenario cantaban, reían y bailaban.
Durante todo el rato Harry no apartó la vista de Jodie y ella, algo
incomoda, intentaba no devolverle las miradas. ¡Aquel chico iba a matarla! ¿Cómo
podía actuar así después de todo lo que le dijo? ¿Y cómo pretendía que ella se resistiera
a sus miradas?
-¡Muy bien chicos, hemos terminado! – anunció Simon.
Las chicas estallaron en aplausos y Louis, Niall y Zayn hicieron una reverencia
riendo. Tenía pinta de ser una gran noche. Todas se levantaron rápidamente
excepto Jodie que se quedó mirando el inmenso recinto. Iba a ser un concierto
muy grande.
Caminaban por los pasillos de vuelta a los camerinos, porque los chicos
tenían que prepararse, en pequeños grupos: Eleanor, Louis y Niall iban los
primeros, seguidos de Anne, Sam, Zayn y Liam. Jodie los miraba situada la última en aquella procesión mientras
pensaba dónde demonios estaría Harry.
-Jodie… - dijo alguien mientras la cogía del brazo.
Se giró y le vio. ¡Mierda! ¿Por qué a ella? Suspiró y sacudió el brazo
para librarse de su agarre.
-Escucha… yo…
-No, no escucho, Harry. – dijo ella.
-No, no escucho, Harry. – dijo ella.
Siguió caminando por el pasillo seguida muy de cerca por él. Aceleró el
paso y llegó a la puerta del camerino. La abrió rápidamente, pasó al interior y
la cerró con fuerzas en las narices del chico. Sonrió. Já. Esta vez no iba a
ganar él, por muy difícil que le resultara hacerse la dura.
Segundos después Harry abrió la puerta enfadado. Y miró a Jodie, quién le
aguantó la mirada. Todos los demás se miraron sin entender nada. Estaba claro
que había pasado algo, pero nadie (excepto Sam) lo sabía. Él se acercó bajo la
mirada expectante de los presentes y se sentó al lado de ella.
-Jodie… - volvió a susurrar.
-Que no me hables. – respondió ella levantándose.
-Que no me hables. – respondió ella levantándose.
Él la cogió del brazo otra vez. ¡Debía hablar con ella y explicarle las
cosas! No quería estar así; no podía estar así. Y ella no entraba en razones.
Suspiró. En parte la entendía ya que él se había pasado de la ralla.
-Por favor… déjame explicártelo. – le pidió.
Ella se giró. Tenía el semblante serio y Harry se asustó. Jamás la había
visto así.
-Te lo repito, no me hables.
-Pero yo… - volvió a insistir.
-Pero yo… - volvió a insistir.
En aquel preciso instante la mano de la chica impactó fuertemente sobre
la cara de Harry, quién no podía creer que Jodie acabara de pegarle una hostia.
Se tocó con su mano la zona afectada que, aunque él no lo sabía, estaba roja y
empezaba a inflamarse.
-Te he dicho que no me hables. – repuso seria ella. Dicho esto se alejó
junto a Eleanor y Danielle hacía otro lugar del recinto.