Sé que he tardado mucho en subir este capítulo... pero es uno de los más importantes hasta el momento y quería que fuese perfecto. Y aún no lo es. Pero os prometí que lo subiría antes de que terminara el viernes (y ha terminado hace cuatro minutos....). Y no me enrrollo mucho más porque esto no os lo leeréis e iréis directas al capítulo. So, enjoy it!! :DDD
Capítulo
cincuenta y uno: Saviors.
Jodie
acababa de conocer a Adam Brown, el amante de Caroline, pero ella no
tenía ni la más mínima idea de quién era este. Estaba
desconcertada por su encuentro que había sido demasiado impredecible
y precipitado.
Observó
a sus amigas, quiénes se habían parado entre medio de toda la marea
de gente a esperarla, y luego miró otra vez a Adam. Se fijó en sus
ojos color miel y en su barba de tres días. Era un chico apuesto y
parecía bastante joven. Era obvio que era mayor que ella pero
tampoco aparentaba más de treinta y cinco. No parecía un mal tipo
pero no podía evitar dudar si haría bien accediendo a hablar con
él.
Su
mirada de posó en su brazo, el cual seguía agarrado por la mano del
chico, y luego volvió a mirarle a él. No podía confiar plenamente
en él pero, de alguna manera, sus ojos le decían que no le haría
daño, al menos no físicamente.
Jodie
sopesó las opciones posibles y, a decir verdad, la idea de saber que
quería aquel desconocido que, por lo visto, la conocía se le antojó
demasiado interesante como para dejarla escapar. Lo miró otra vez y
asintió levemente.
- Está bien, hablemos. - susurró. Después se giró hacía
sus amigas con la mejor de sus sonrisas, claramente fingida, y gritó:
- ¡Nos vemos después, tengo que resolver unas cosas!
Sus amigas no entendieron nada pero tampoco cuestionaron la actitud de su amiga. Así que siguieron caminando hacia al exterior de los estudios donde esperarían pacientemente a su amiga junto a los chicos de One Direction, que se unirían a ellas cuando terminaran de atender a todas las fans que habían ido a verles.
Sus amigas no entendieron nada pero tampoco cuestionaron la actitud de su amiga. Así que siguieron caminando hacia al exterior de los estudios donde esperarían pacientemente a su amiga junto a los chicos de One Direction, que se unirían a ellas cuando terminaran de atender a todas las fans que habían ido a verles.
Así
que, entre todo el ajetreo, la ausencia de la pequeña Jodie pasó
desapercibida.
Después
de que la chica aceptara hablar con Adam sobre un asunto muy
importante y que era, totalmente, desconocido para ella, él la
arrastró casi con urgencia por los pasillos más escondidos del
edificio para asegurarse de que aquella conversación quedaba solo
entre ellos dos.
- No quiero ser agua fiestas pero... ¿tan secreto es eso que tienes que decirme? Parece que quieras matarme o algo así. – bromeó ella mientras se veía arrastrada hacía una pequeña sala que encontró demasiado oscura.
- Créeme, cuando sepas lo que es entenderás mi secretismo. - le contestó Adam mientras cerraba la puerta tras de sí y la atrancaba con una escoba que la chica no sabía ni de donde había salido.
- ¿Es necesario todo esto? - él enarcó una ceja y Jodie se puso nerviosa. - Perdona mi escepticismo pero viene un desconocido a decirme que tiene que hablar conmigo y me encierra con él en una sala que tiene... - miró a su alrededor y rodó los ojos. - menos de diez metros cuadrados, que parece un cuarto de limpieza o un armario... y tengo que hacer ver que la situación es habitual y que esto me pasa todos los días.
- No quiero ser agua fiestas pero... ¿tan secreto es eso que tienes que decirme? Parece que quieras matarme o algo así. – bromeó ella mientras se veía arrastrada hacía una pequeña sala que encontró demasiado oscura.
- Créeme, cuando sepas lo que es entenderás mi secretismo. - le contestó Adam mientras cerraba la puerta tras de sí y la atrancaba con una escoba que la chica no sabía ni de donde había salido.
- ¿Es necesario todo esto? - él enarcó una ceja y Jodie se puso nerviosa. - Perdona mi escepticismo pero viene un desconocido a decirme que tiene que hablar conmigo y me encierra con él en una sala que tiene... - miró a su alrededor y rodó los ojos. - menos de diez metros cuadrados, que parece un cuarto de limpieza o un armario... y tengo que hacer ver que la situación es habitual y que esto me pasa todos los días.
Adam se rió a carcajadas sin poder evitarlo porque, visto así, las cosas parecían lo que no eran. Jodie podía pensar dos cosas en aquel momento: o que iba a matarla o a hacerle daño físicamente o que iba a intentar seducirla, o algo peor incluso. Pero a la chica no le hizo tanta gracia que él se riera ante su explicación. Cuando aceptó hablar con él nunca se imaginó algo así y su nerviosismo e incomodidad eran más que obvias.
- Sí,
es necesario. - repuso él cuando terminó de carcajearse. - Y
entiendo tu escepticismo pero no había otra manera de hacerlo.
- ¿De hacer qué? - inquirió la chica, cada vez más arrepentida de haber accedido a hablar con aquel desconocido.
- Tengo que decirte algo muy importante. - Adam remarcó la palabra “muy”, tanto que a Jodie le dio hasta miedo. ¿Qué sería eso tan importante y misterioso?
- ¿A que esperas? - la chica contestó rápidamente, reuniendo la poca valentía que le quedaba.
Adam notó la impaciencia de la chica y suspiró. Ahora tocaba la parte más difícil de todo aquello contarle que él era el amante de Caroline. Y, estaba seguro de que, debería darle pruebas verídicas porque su testimonio podría no ser suficiente para convencer a Jodie. Y él necesitaba convencerla. Necesitaba su ayuda para deshacerse de Harry.
- Es complicado de explicar – empezó a decir él. - Primero me presentaré: me llamo Adam Brown y soy un buen amigo de Caroline.
- ¿Amigo de Caroline? - Jodie resopló. - Si me has traído aquí a decirme que me aleje de Harry no te servirá de nada.
- ¿Alejarte? ¡Nada más lejos que eso! Me encanta que rondes cerca de Harry. - Adam volvió a reír y Jodie seguía sin entender nada.
- En mi cabeza tenía sentido. No sé por qué te ríes. - susurró. - Caroline es la novia del chico que me gusta... lo lógico sería que intentaras apartarme de él.
- Déjame que te enseñe una cosa y creo que entenderás mi postura.
Aquello dejó a la pequeña Jodie totalmente descolocada. ¿Qué iba a enseñarle? ¿Y qué narices tenía que entender? Todo aquello se estaba volviendo demasiado raro pero la cosa tenía que ver con Harry y Caroline, o eso había entendido ella, así que iba a llegar al fondo del asunto. Sin embargo, con total parsimonia, Adam se metió la mano en el bolsillo y eso puso en tensión a Jodie quién se relajó cuando vio que el chico sacaba su teléfono móvil y no una navaja multiusos. Segundos después el chico le mostraba algo que se hallaba en su aparato. Era un mensaje de móvil. - Puedes leerlo en voz alta, si quieres. Me lo sé de memoria. - le dijo él.
- “Discusión solucionada: el enano sigue creyendo que le amo por encima de todo... ¡vaya tontería, ¿verdad?! En cuanto salga de su casa me paso por la tuya, que tengo ganas de verte. Te quiero.” - leyó Jodie en voz alta. - Caroline. - susurró.
- ¿Me entiendes ahora?
Adam esperaba no tener que pronunciar las palabras que se le estaban cruzando por la mente a la chica. No le gustaba tener que decir que era “el amante” de Caroline, aunque fuese cierto.
- ¿Caroline le está...?
La pequeña Jodie apenas podía articular una palabra. No podía creerse lo que acaba de leer. Era imposible que ella, por muy zorra que fuera, le estuviera poniendo los cuernos a Harry. No era justo para el chico de rizos. Pero entonces entendió muchas cosas, cosas que no había entendido hasta entonces: las actitudes esquivas de ella, las excusas que tenía para no aparecer cuando quedaban, la manera en la que trataba a Harry como si fuera un trofeo al que podía exhibir... Cerró los ojos y se imaginó a Harry destrozado al enterarse de que todo había sido una mentira y que su amor había terminado en la basura. Al volver abrir los ojos se sorprendió al notarlos anegados de lágrimas, pero no podía llorar.
- ¿Siendo infiel a Harry? - le ayudó Adam. - Sí.
- ¿¡Y lo dices tan tranquilo!? - se quejó ella.
- ¿Tienes en cuenta que el otro soy yo?
- ¡Me das asco! - gritó ella. - ¡Me das asco!
Adam intentó acercarse a la chica pero ella retrocedió, enfadada e irritada. En aquel preciso momento odiaba a Adam por permitir el sufrimiento de la persona a la que más había querido nunca. De Caroline se lo esperaba, ¡claro que sí! Esa guarra era capaz de todo... pero nunca jamás había creído que cualquier otra persona podría permitir y estar conforme con ser el otro y más sabiendo que los sentimientos de otros estaban en juego. No sólo Caroline estaba jugando con Harry, Adam también. Y eso a ella le dolía. Le dolía como si estuvieran jugando con ella, o puede que incluso más.
- Jodie, escucha... - empezó a decir el chico.
- ¡No! ¡No escucho! - Jodie se pasó las manos por la cara. - ¡¿Que vas a decirme que lo sientes?! ¡¿Qué no querías hacerlo?! Ahorrátelo porque no te creo. Tanto tú como ella os estáis aprovechando de Harry y de sus sentimientos.
- Te equivocas. - susurró él. - Desde el principio he intentado que Caroline deje a Harry y que esté conmigo. La quiero, ¿sabes? Y prefiero ser el otro que no ser nada. Por eso te necesito.
- ¿Me necesitas? - Jodie enarcó una ceja. - Ah, ya claro... para quitarte a Harry de encima, ¿verdad? Eres muy egoísta Adam. Y no entiendo como puedes querer a Caroline. ¿Quién te dice que ella no te hará eso si sale contigo?
- Ella me quiere. - rebatió él y ella solo pudo carcajearse irónicamente.
- ¡Venga ya! Es una mentirosa. Y una puta.
- No consiento que hables así de ella.
- Me importa bien poco lo que me consientas o no, Adam. - se quejó ella. - Estáis jugando con los sentimientos de Harry y con los míos. ¿Sabes cuantas veces había soñado con estar cerca de él y que se fijara en mi? ¿Sabes cuantas veces había soñado tener una mínima oportunidad? Y cuando lo consigo resulta que he tenido que tragarme mis palabras y quedarme con las ganas de estar con él porque él está enamorado de una tía que encima le pone los cuernos. ¡Esto es de locos!
Adam escuchaba en silencio a Jodie y esta cada vez estaba más enfadada y indignada, con Caroline, con Adam, con ella misma, con el mundo... ¡Aquello no podía estar pasando! Aunque podría habérselo imaginado. Las señales siempre habían estado ahí. Suspiró cansada. Alejaría a Harry de aquella situación, aún no sabía como pero lo haría.
- No tenéis ni la más mínima idea de lo que estáis haciendo y del daño que le haréis. Y si le hacéis daño a él, me lo hacéis a mi. - susurró. - Pero no te preocupes, pienso salvarle de esta situación y de esa … arpía que dice ser su novia.
La chica apartó a Adam con rabia y desatrancó la puerta rápidamente dispuesta a irse, aunque no sin antes girarse para mirar a aquel chico con odio. Ella sabía que odiar estaba mal y que era un sentimiento demasiado negativo pero estaba tan dolida por Harry que no podía hacer otra cosa.
Sin decir nada se marchó corriendo pasillo abajo notando como sus mejillas se mojaban con sus lágrimas. Corrió por los pasillos, como si así pudiera huir de Adam, de Caroline, como si así todo lo que había pasado jamás la alcanzaría... pero ya la había alcanzado y caía sobre ella como una losa, una losa que la oprimía.
De repente, mientras corría cegada por sus lágrimas, se chocó con algo. O más bien con alguien. Cerró los ojos deseando con todas sus fuerzas que no fuera Caroline, porque no podría hacerle frente, no en aquel estado.
- ¿Jodie? ¿Por qué lloras? ¿Estás bien? - esa voz le era familiar.
En cuestión de segundos se vio envuelta entre los fuertes brazos de Harry Styles, que una vez más estaba allí para salvarla cuando era ella la que debía salvarle a él. Jodie se acurrucó en el pecho del chico, llorando desconsoladamente, sin poder decir una palabra. Y él, en vez de insistir más, la abrazó fuerte en medio del pasillo de los estudios de televisión aún sin saber lo que le pasaba.
- ¿De hacer qué? - inquirió la chica, cada vez más arrepentida de haber accedido a hablar con aquel desconocido.
- Tengo que decirte algo muy importante. - Adam remarcó la palabra “muy”, tanto que a Jodie le dio hasta miedo. ¿Qué sería eso tan importante y misterioso?
- ¿A que esperas? - la chica contestó rápidamente, reuniendo la poca valentía que le quedaba.
Adam notó la impaciencia de la chica y suspiró. Ahora tocaba la parte más difícil de todo aquello contarle que él era el amante de Caroline. Y, estaba seguro de que, debería darle pruebas verídicas porque su testimonio podría no ser suficiente para convencer a Jodie. Y él necesitaba convencerla. Necesitaba su ayuda para deshacerse de Harry.
- Es complicado de explicar – empezó a decir él. - Primero me presentaré: me llamo Adam Brown y soy un buen amigo de Caroline.
- ¿Amigo de Caroline? - Jodie resopló. - Si me has traído aquí a decirme que me aleje de Harry no te servirá de nada.
- ¿Alejarte? ¡Nada más lejos que eso! Me encanta que rondes cerca de Harry. - Adam volvió a reír y Jodie seguía sin entender nada.
- En mi cabeza tenía sentido. No sé por qué te ríes. - susurró. - Caroline es la novia del chico que me gusta... lo lógico sería que intentaras apartarme de él.
- Déjame que te enseñe una cosa y creo que entenderás mi postura.
Aquello dejó a la pequeña Jodie totalmente descolocada. ¿Qué iba a enseñarle? ¿Y qué narices tenía que entender? Todo aquello se estaba volviendo demasiado raro pero la cosa tenía que ver con Harry y Caroline, o eso había entendido ella, así que iba a llegar al fondo del asunto. Sin embargo, con total parsimonia, Adam se metió la mano en el bolsillo y eso puso en tensión a Jodie quién se relajó cuando vio que el chico sacaba su teléfono móvil y no una navaja multiusos. Segundos después el chico le mostraba algo que se hallaba en su aparato. Era un mensaje de móvil. - Puedes leerlo en voz alta, si quieres. Me lo sé de memoria. - le dijo él.
- “Discusión solucionada: el enano sigue creyendo que le amo por encima de todo... ¡vaya tontería, ¿verdad?! En cuanto salga de su casa me paso por la tuya, que tengo ganas de verte. Te quiero.” - leyó Jodie en voz alta. - Caroline. - susurró.
- ¿Me entiendes ahora?
Adam esperaba no tener que pronunciar las palabras que se le estaban cruzando por la mente a la chica. No le gustaba tener que decir que era “el amante” de Caroline, aunque fuese cierto.
- ¿Caroline le está...?
La pequeña Jodie apenas podía articular una palabra. No podía creerse lo que acaba de leer. Era imposible que ella, por muy zorra que fuera, le estuviera poniendo los cuernos a Harry. No era justo para el chico de rizos. Pero entonces entendió muchas cosas, cosas que no había entendido hasta entonces: las actitudes esquivas de ella, las excusas que tenía para no aparecer cuando quedaban, la manera en la que trataba a Harry como si fuera un trofeo al que podía exhibir... Cerró los ojos y se imaginó a Harry destrozado al enterarse de que todo había sido una mentira y que su amor había terminado en la basura. Al volver abrir los ojos se sorprendió al notarlos anegados de lágrimas, pero no podía llorar.
- ¿Siendo infiel a Harry? - le ayudó Adam. - Sí.
- ¿¡Y lo dices tan tranquilo!? - se quejó ella.
- ¿Tienes en cuenta que el otro soy yo?
- ¡Me das asco! - gritó ella. - ¡Me das asco!
Adam intentó acercarse a la chica pero ella retrocedió, enfadada e irritada. En aquel preciso momento odiaba a Adam por permitir el sufrimiento de la persona a la que más había querido nunca. De Caroline se lo esperaba, ¡claro que sí! Esa guarra era capaz de todo... pero nunca jamás había creído que cualquier otra persona podría permitir y estar conforme con ser el otro y más sabiendo que los sentimientos de otros estaban en juego. No sólo Caroline estaba jugando con Harry, Adam también. Y eso a ella le dolía. Le dolía como si estuvieran jugando con ella, o puede que incluso más.
- Jodie, escucha... - empezó a decir el chico.
- ¡No! ¡No escucho! - Jodie se pasó las manos por la cara. - ¡¿Que vas a decirme que lo sientes?! ¡¿Qué no querías hacerlo?! Ahorrátelo porque no te creo. Tanto tú como ella os estáis aprovechando de Harry y de sus sentimientos.
- Te equivocas. - susurró él. - Desde el principio he intentado que Caroline deje a Harry y que esté conmigo. La quiero, ¿sabes? Y prefiero ser el otro que no ser nada. Por eso te necesito.
- ¿Me necesitas? - Jodie enarcó una ceja. - Ah, ya claro... para quitarte a Harry de encima, ¿verdad? Eres muy egoísta Adam. Y no entiendo como puedes querer a Caroline. ¿Quién te dice que ella no te hará eso si sale contigo?
- Ella me quiere. - rebatió él y ella solo pudo carcajearse irónicamente.
- ¡Venga ya! Es una mentirosa. Y una puta.
- No consiento que hables así de ella.
- Me importa bien poco lo que me consientas o no, Adam. - se quejó ella. - Estáis jugando con los sentimientos de Harry y con los míos. ¿Sabes cuantas veces había soñado con estar cerca de él y que se fijara en mi? ¿Sabes cuantas veces había soñado tener una mínima oportunidad? Y cuando lo consigo resulta que he tenido que tragarme mis palabras y quedarme con las ganas de estar con él porque él está enamorado de una tía que encima le pone los cuernos. ¡Esto es de locos!
Adam escuchaba en silencio a Jodie y esta cada vez estaba más enfadada y indignada, con Caroline, con Adam, con ella misma, con el mundo... ¡Aquello no podía estar pasando! Aunque podría habérselo imaginado. Las señales siempre habían estado ahí. Suspiró cansada. Alejaría a Harry de aquella situación, aún no sabía como pero lo haría.
- No tenéis ni la más mínima idea de lo que estáis haciendo y del daño que le haréis. Y si le hacéis daño a él, me lo hacéis a mi. - susurró. - Pero no te preocupes, pienso salvarle de esta situación y de esa … arpía que dice ser su novia.
La chica apartó a Adam con rabia y desatrancó la puerta rápidamente dispuesta a irse, aunque no sin antes girarse para mirar a aquel chico con odio. Ella sabía que odiar estaba mal y que era un sentimiento demasiado negativo pero estaba tan dolida por Harry que no podía hacer otra cosa.
Sin decir nada se marchó corriendo pasillo abajo notando como sus mejillas se mojaban con sus lágrimas. Corrió por los pasillos, como si así pudiera huir de Adam, de Caroline, como si así todo lo que había pasado jamás la alcanzaría... pero ya la había alcanzado y caía sobre ella como una losa, una losa que la oprimía.
De repente, mientras corría cegada por sus lágrimas, se chocó con algo. O más bien con alguien. Cerró los ojos deseando con todas sus fuerzas que no fuera Caroline, porque no podría hacerle frente, no en aquel estado.
- ¿Jodie? ¿Por qué lloras? ¿Estás bien? - esa voz le era familiar.
En cuestión de segundos se vio envuelta entre los fuertes brazos de Harry Styles, que una vez más estaba allí para salvarla cuando era ella la que debía salvarle a él. Jodie se acurrucó en el pecho del chico, llorando desconsoladamente, sin poder decir una palabra. Y él, en vez de insistir más, la abrazó fuerte en medio del pasillo de los estudios de televisión aún sin saber lo que le pasaba.
Good night loves,
Mery xx.