27 feb 2012

You belong with me; Capítulo diez.

¡Madre mía, capítulo diez ya! Tengo que escribir ya de ya... que sólo tengo hasta el quince escrito... pero es que entre exámenes, trabajos y demás... estoy absolutamente saturada. De hecho ahora en cuanto suba esto me voy a estudiar latín para el examen de mañana...
En este capítulo se empieza a liar parda, y a partir de aquí empieza la trama gorda. Este capítulo no tiene canción porque seguí con la del capítulo pasado, ya que estaba on fire xDDDD Así que nada, disfrutar de este capítulo que para mí es uno de los mejores.

Capítulo diez; ¿¡Qué quieres que me desfigure la cara!?

La pequeña Jodie volvió a la cafetería y se incorporó a la conversación que estaba centrada en el concierto en el que coincidieron hacía una semana aproximadamente. Todo el mundo estaba sentado en el mismo sitio que antes pero Caroline se había sentado entre medio de Harry y Louis. Ella sonreía con autosuficiencia y hablaba como si estuviera sacada de otro mundo. Así era ella; tan fantástica, tan estupenda, tan perfecta para él.

-Fue una gran noche – comentó Liam. – Lo más divertido fue cuando Louis le quitó el walkie talkie a Simon.
-¡Fue muy divertido! – exclamó el aludido - ¿Os acordáis como me decía “Louis devuélveme eso que no es para jugar”?
-Y tú, como siempre, no le hacías caso – rió Zayn.
-Para mí lo mejor fue cuando… ¿Dylan? ¿Se llamaba así el chico de seguridad? – preguntó Harry.
-Sí, Dylan. – afirmó Sam.
-Cuando él abrió la puerta que vosotras veníais detrás… y estábamos Louis y yo boca abajo en el sofá.
-¡Lo mejor fue ver vuestras caras! – añadió Niall.
-¿Tan mala cara pusimos? – preguntó Naomi.
-Os quedasteis atónitas – rió Louis.
-Hombre… ¿cómo te quedarías tu si vas a ver a tu cantante favorito y te lo encuentras con un walkie talkie y boca abajo en un sofá? – rió Jodie.
-Visto de esa manera… - todos rieron.
-Si es que tenéis unas ocurrencias… - comentó Caroline. Se produjo un silencio un poco incómodo.
-Ya deberías saber cómo son – contestó Liam.
-Lo sé, Liam. – rió la presentadora de televisión. – Son cómo dos niños pequeños.
-Pero somos felices – dijo Louis sacando la lengua.

Naomi rió; le gustaba Louis. Mucho. Y más cuando actuaba así porque le hacía ver lo normal y genial que eral. Porque le demostraba que era natural, y que así era él en su vida diaria. Louis Tomlinson el chico veinteañero con espíritu adolescente.

-¿Y para vosotras, cuál fue la mejor parte de aquella noche? – preguntó Zayn mirando a Sam.
-Para mí fue… - comenzó a decir la rubia.
-¡Déjame adivinar! – saltó de repente Louis. - ¡Cuando conociste al cachas guapo de seguridad!

Zayn fulminó con la mirada a Louis que empezó a reírse descontroladamente. Sam se sonrojó, cierto era que había sido una de las mejores partes de la noche pero ella iba a decir el momento en que estuvo a solas con Zayn aunque no sabía si era lo correcto decirlo. Así que sólo rió y negó con la cabeza.

-No fue esa; aunque tengo que decir que fue una de las mejores partes de la noche.

Zayn sonrió entre aliviado y tenso; por una parte estaba contento de que no hubiera sido ese el mejor momento de la noche para Sam. Pero por otro lado la misma chica había reconocido que también fue importante para ella conocer al chico. Aquel tal Dylan tenía pinta de ser boxeador o algo parecido, y es que siendo guardia de seguridad… tenía que haberse machacado en el gimnasio. Y lo peor de todo; se había ganado el corazón de aquella chica rubia. El joven de ascendencia paquistaní no sabía exactamente cómo ni cuándo pero Sam le había hechizado de una manera especial. Puede que sólo fuera un capricho o puede que aquella sensación fuera más intensa de lo que él creía. Pero por el momento él sólo quería verla sonreír, y si fuera posible pasar un buen rato junto a ella. Aunque él sabía que el joven guardia de seguridad llamado Dylan no permitiría que aquello pasara.

-Pues para mí la mejor parte de la noche fue cuando… Espera, déjame que piense. – rió Naomi. – Sí, creo que fue cuando cantasteis “Moments” delante de nosotras, que me acuerdo que Jodie lloraba como una madalena.
-Es que la canción es muy bonita – susurró la aludida.
-Pues sí. Es una de mis canciones favoritas – volvió a hablar Naomi.
-¿Y para ti Jodie, cual fue el mejor momento de la noche? – preguntó Louis.

Harry sonrió pensando que ella diría que fue cuando Liam se marchó dejándolos solos. Pero ella no dijo nada, se quedó pensando y se encogió de hombros.

-Fue una noche muy mágica, no puedo quedarme con un momento en concreto.
-Que bonito ha quedado eso – rió Liam. – Pero a mí no se me olvidará nunca la cara que pusiste cuando te dije que Niall y Harry estaban hablando de ti.

Bingo. Tema clave. Ella se sonrojó. Y Niall sonrió ampliamente puesto que aún mantenía lo que había dicho aquella noche.

-¿Hablasteis de ella? – preguntó Caroline curiosa.
-Sí. – afirmó Harry. Su novia lo miró con cara de pocos amigos. – Estábamos Niall y yo hablando y él sacó el tema.
-Vaya – sonrió falsamente la presentadora. – Que afortunada eres, Jodie.
-Lo sé, no todo el mundo podrá presumir de que el guapísimo Niall Horan empezó a hablar sobre mí. – iba a añadir “con Harry Styles” pero se calló para no darle el gusto de oír su nombre pronunciado por ella al chico de rizos que tenía sentado al lado.

A Harry se le borró la sonrisa de la cara. No iba a decir nada, no había nada que decir. Pero aquello no iba a quedar así.

-¿Y qué dijeron? – inquirió Caroline.
-No lo sé. Pregúntales a ellos. – respondió de la manera más cordial posible.
-Yo le dije a Harry que ella era muy guapa y que ambos harían buena pareja – sonrió él irlandés.

Jodie se ruborizó y Harry aprovechó el momento. Se acercó a la chica y le pasó el brazo por los hombros pegando sus caras; mejilla con mejilla sin dejar de sonreír. Ella estaba atónita. ¿Qué se suponía que estaba haciendo? Harry era bipolar. Y Jodie lo estaba comprobando en aquel mismo momento.

-¿Hacemos o no hacemos buena pareja? – preguntó él riendo.
-¡Y tanto! – dijo Sam. – Sois la pareja del año.
-Apoyo esa idea Sam – rió Louis mirando a Caroline.
-Ya veo los titulares; “Jodie y Harry; la pareja más perfecta del año.” - rió Zayn.
-No veas tú tantos titulares, Zayn – apuntó Caroline bastante malhumorada.
-¿Por qué? Hacen buena pareja – dijo Naomi riendo inocentemente.
-Porqué no habrá titulares de ningún tipo – contestó la presentadora.
-¿Y tú que sabes? – inquirió Sam. – Hacen buena pareja y todo puede pasar.

Todos los chicos sabían que Caroline se estaba enfadando, y Harry no podía salir en su defensa cómo siempre hacía cada vez que los chicos hacían comentarios para molestarla. Él debía actuar como si entre ellos no hubiera nada; lo había negado cuatro veces aquella tarde y ahora no podía salir con la sorpresa y menos delante de aquellas tres chicas. Harry deseó que a su novia no le diera un impulso de celos inexplicable que hiciera que se descubriera todo el pastel. Pero por desgracia aquello no fue así y su novia tuvo que estropearlo todo con tan solo seis palabras.

-Porque Harry y yo estamos saliendo.

Perfecto. La fantástica y maravillosa presentadora de televisión había metido la pata hasta el fondo. Harry resopló. Y a Jodie aquello le sentó como una patada en el culo. Se apartó de él. Y miró a la presentadora que sonreía con aquellos aires de superioridad. Todos los chicos miraron a Harry que estaba atónito en su silla.

-¿Qué? – preguntó entonces Jodie.
-¿Te lo repito, monina? ¿O quieres que te haga una demostración gráfica? – le contestó ella burlonamente.
-No, déjalo. Creo que lo he entendido – repuso ella intentando calmarse.

Harry se levantó de la silla; pálido, y sin decir nada. Y salió de la cafetería seguido de su novia. No fueron muy lejos puesto que se escuchaban los gritos desde allí. Él no paraba de recriminarle cosas, y ella ponía excusas tontas.

-¿¡Por qué no podías estarte callada por una vez!? – preguntó él histérico.
-¿¡Y que querías que hiciera!? ¿¡Qué escuchara como todos decían lo bien que os iría si fueseis pareja!? – gritó ella.
-¿¡Y tú no puedes entender que ella es una fan; y tu mi novia!? No entiendo porqué te pones así por tonterías.
-¡Si sólo fuera una! ¡Pero es una tras otra, Harry! Entiéndeme – le pedía ella.

Todos estaban callados escuchando la pelea entre aquel chico adolescente y la presentadora de televisión que no tenía pinta de acabar muy bien. Las tres chicas estaban perplejas por lo que acababan de oír, y los chicos no se creían que Harry estuviera discutiendo con su amada, Caroline Flack.

-¿Qué te entienda? – preguntó él subiendo más la voz. - ¿¡Y quién me entiende a mí, Caroline!?

Ella no le respondió. No tenía argumentos para hacerlo; y lo sabía. Así que se calló y esperó a que él dijera todo lo que tenía que decir.

-¡Ellas forman parte de mi trabajo, por favor! ¡No seas cría! ¡Yo soy lo que soy gracias a ellas, y son una parte importante de mi vida pero lo que parece ser que no entiendes es que te quiero a ti; sólo a ti! ¿¡No lo ves!?
-¡Ya sabes lo que pienso de ellas! ¡Y me pongo negra sólo de pensar que tienen su habitación llena de fotos con tu cara! – dijo ella.
-¿¡Y qué quieres que haga!? ¿¡Me desfiguro la cara!? ¡No, espera. Mejor aún! ¡Me cuelo en sus casas y les arranco los posters! Caroline… por favor.
-Da igual, Harry. Ya lo hablaremos cuando estés más calmado. – repuso ella bajando la voz.
-¡Genial, estupendo! Ahora quedo yo como el insensible, el que siempre está enfadado y gritando. Me parece perfecto. – se cabreó más él.
-¡Yo no he dicho eso!
-¡Pero lo piensas, que es peor! – resopló. – Vete Caroline, no quiero seguir discutiendo. Ya te llamaré más tarde.
-Harry… - empezó a decir ella.
-¡Ni Harry, ni hostias! – se intentó calmar un poco- Me acabas de decir que me calme, pues contigo aquí no puedo. Así que por favor; vete. Luego te llamo. Adiós, Caroline.
-Adiós, Harry.

Fue lo último que se escuchó allí. Y los chicos empezaron a cuchichear en la cafetería. Harry llegó poco después de que la puerta de la revista se cerrara tras la presentadora de televisión. Se sentó allí con cara de pocos amigos, y todo seguía en silencio. Aún resonaban en todo el edificio sus gritos. Nunca nadie había visto tan enfadado al pequeño Harry pero es que aquella vez su novia se había pasado de la raya.

-Jodie, ¿quieres que le pida una tila a Pierre para ti? – preguntó Naomi.
-¿A quién? – dijo Louis al momento.
-Al camarero – repuso la chica.
-¡Vaya, ya te sabes su nombre! – Louis sonó algo molesto.
-Sí, y el tuyo también me lo sé. ¿Quieres verlo? – rió ella, y antes de que pudiera decir nada añadió – Louis William Tomlinson.
-Naomi – murmuró Jodie. Su amiga hizo un sonido gutural a modo de respuesta – Te lo agradecería mucho si me fueras a pedir la tila.
-¡Ahora mismo voy! – dijo ella.
-¡Voy contigo! – añadió Louis levantándose de la silla.

Se levantaron los dos, y Naomi le dijo que iba a por una tila no al fin del mundo, y que no se iba a perder; pero Louis insistió en ir con ella. Pierre estaba limpiando la barra cuando vio que aquella encantadora chica se acercaba, otra vez con la super estrella de la música pegada a ella. ¿Qué pasaba, no podía moverse ni dos centímetros sin que aquel chico estuviera a su lado? “Así no hay manera de hablar con ella tranquilamente” pensó para sí.

-Pierre, ¿me pones una tila? – preguntó ella sonriente.
-Claro, ahora mismo. – contestó él con un acento francés bastante marcado.

Así que el tal Pierre era francés. Interesante. Louis observó la escena con mucha parsimonia; las miradas entre el camarero y la chica, las sonrisas… No se perdía detalle.

-¿Qué ha pasado? – preguntó Pierre sirviendo la tila en una taza.
-Discusiones de enamorados – contestó Louis rápidamente. – No te preocupes, no es nada.
-Vaya. Espero que se arregle pronto. – puso la tila en la barra y la chica la cogió.
-Gracias, Pierre. Luego cuando nos vayamos a ir vengo y te lo pago todo.
-No hace falta mujer, invita la casa – sonrió él.
-¡Vaya, que amable! – dijo Louis irónicamente. – Tendré que venir más veces a que invite la casa.
-Cuando quieras puedes venir – Pierre intentó ser cortés.
-Lo tendré en cuenta.
-Louis, por favor… - murmuró la chica.
-¿Qué? No he dicho nada malo. – miró al chico y añadió. - ¿O sí?
-No, no. Nada malo.
-¿Lo ves, Naomi? Si es que soy un ángel caído del cielo – rió él. – Dame anda, voy a llevarle la tila a Jodie que debe estar subiéndose por las paredes.

Le cogió la taza de las manos y empezó a encaminarse hacia la mesa no sin antes canturrear un “no tardes que te vamos a echar de menos”.

-Menudo personaje – murmuró Pierre.
-Es divertido. Con él nunca te aburres. – rió ella.
-Parece que lo conocieras de toda la vida.
-En cierta manera, es como si así fuera. – se quedaron mirándose unos segundos.
-¿Vendrás más veces por aquí? – preguntó él finalmente.
-Puede; no lo sé.
-Dime que vendrás, por favor. Pero si lo haces… sin ángeles caídos del cielo. Gracias – ambos rieron, y la chica se despidió con la promesa de volver desangelada.

Un beso;
Mery Da Font.

22 feb 2012

You belong with me; Capítulo nueve.

Sé que subo tarde; que tendría que haber subido el capítulo a las cinco y media pero estoy haciendo un trabajo en grupo sobre la lectura obligatoria de Castellano. Así que estoy un poco liada, pero he aprovechado un ratito de descanso para entrar y poneros el capítulo para que no me peguéis ni nada por el estilo. Por tanto no me pienso extender mucho más que el trabajo sigue esperándome; únicamente deciros que espero que os guste.
Y finalmente aquí os dejo el enlace a ala canción que usé para escribir este capítulo que seguramente que todos la conocéis;

Capítulo nueve; No me gusta tu novia.

Simon se marchó a hablar con el director de la revista y dejó a los chicos un poco de espacio; un poco de libertad. Los cinco chicos acompañados por las tres amigas se dirigieron hacia la cafetería de la revista y allí se sentaron todos a tomar algo mientras hablaban un rato. Y a su vez hacían tiempo para ver si así dejaba de llover un poco.

Naomi se levantó a la barra a pedir una botella de agua ya que cuando había ido el camarero a tomarles nota se le había olvidado pedirla. Se apoyó en la barra y esperó a que el chico le diera la botella de agua, pero antes de que eso sucediera Louis se sentó en el taburete que estaba su lado.

-Hey, hola. – dijo él.
-Hola, otra vez – rió ella.
-¿Molesto? – preguntó. – Quiero decir, a lo mejor querías ligar con el camarero a solas y yo soy un incordio.
-No molestas. No tenía intención de ligar con el camarero – rió ella. “Sólo quiero ligar contigo” pensó para ella, pero jamás se lo diría y menos siendo un chico con pareja estable.
-Bien. – añadió él. Nadie dijo nada más.

El camarero vino y rompió el silencio de aquellos instantes. Le dio la botella de agua a la chica y ella le dio las gracias. El camarero era bastante guapo, y era posible que estuviera interesado en ella; se notaba en su mirada.

-Creo que me lo he pensado mejor… – rió ella. – No estaría mal poder ligar a solas con el camarero.
-Si quieres me voy – sonrió con aire burlesco y se levantó de su asiento.
-No te preocupes, puedes quedarte. Ya voy yo a buscarlo – concluyó ella. – De todas maneras gracias por venir a hacerme compañía.

Dicho esto la chica se fue con la botella de agua en la mano hacia donde se encontraba el camarero; limpiando una de las mesas del fondo. Pero mientras iba hacia allí no podía parar de pensar lo que había hecho. ¿De verdad había dejado a Louis Tomlinson plantado en un taburete de una cafetería por un camarero? Aquello le parecía una inmensa locura, y más teniendo en cuenta que se había vestido así para él.

Louis volvió a la mesa donde estaban todos sin Naomi pero sin perder su habitual sonrisa. Aquella chica que desde el principio le había parecido muy guapa hoy estaba radiante. Se sentó en su sitio al lado de Harry e intentó incorporarse a la conversación con normalidad.

-¿Y Naomi? – preguntó Jodie.
-Ha ido a ligar con el camarero – dijo él riendo.

Todavía no podía creerlo, le habían dejado por un camarero. Pero pensándolo fríamente él tenía novia, y el camarero no. ¿Para qué buscarse problemas enamorándose de un chico comprometido? Era más fácil tener un lío con un camarero de un café que con él. Y Naomi lo sabía. Pero le costaba aceptarlo.

-¿Ligando? ¿En serio? – preguntó Sam atónita.
-Lo digo totalmente en serio. – aseguró el chico. – Comprobadlo vosotras mismas.

Las dos chicas miraron hacia donde Louis señalaba. Y efectivamente allí encontraron a su amiga hablando con el camarero; acto seguido rieron, y compartieron una mirada llena de complicidad. ¿Qué estaba pasando allí? No conseguían entender nada. Su amiga tenía al chico de sus sueños a menos de dos metros y se ponía a ligar con un camarero. A Jodie le pareció totalmente surrealista; pero ya hablaría luego con su amiga.

-Anda que no sabe…- murmuró Sam.
-¿Por qué lo dices? – inquirió Zayn.
-Porque el chico es guapo – respondió Jodie por su amiga.
-¡Pero yo lo soy más! – exclamó Louis de repente.
-Ai, que te has puesto celosín. – dijo Liam riendo.
-No me he puesto celoso, yo tengo a Eleanor. Pero yo soy más guapo.
-Claro, claro. – aportó Harry.
-¡Tú te callas ricitos!

Niall bebió un trago de su refresco y rió. En aquel momento Naomi se acercaba hasta la mesa y se sentó en su sitio; al lado de Louis que seguía alterado como un niño pequeño.

-Uh cómo está el patio, ¿no? – rió.
-Ha sido todo culpa tuya – dijo Sam.
-¿Mía? – preguntó la recién llegada.
-Exacto – corroboró Liam. – Louis esta celoso porque no es el centro de atención.
-No estoy celoso. – se apresuró a decir el aludido.
-Si tú lo dices…- murmuró Zayn.

Naomi estaba perpleja. ¿Louis estaba celoso? ¿De quién? ¿Del camarero? No, eso era imposible. Louis era más guapo que ese camarero siete pares de veces aunque ella jamás se atrevería a decirlo.

Se quedaron en silencio pero cuando parecía que nadie iba a decir nada sonó el móvil de Harry. El chico sacó el teléfono del bolsillo y lo miró. Era un mensaje de ella. Sonrió. Y se dedicó a contestarlo bajo la atenta mirada de todo el mundo. Poco después volvió a sonar; otro mensaje. Y Jodie se estaba empezando a desesperar.

-¿Puedes quitarle el sonido al móvil, por favor? – preguntó de repente.

Harry la miró y asintió con la cabeza. No sabía a qué venía esa petición pero él la aceptó para no molestar más a aquella chica.

-Gracias – dijo intentando sonreír.
-De nada. – contestó secamente él.

La conversación siguió entre los demás excepto Harry que seguía en silencio y enganchado al aparato. Jodie intentaba no mirarle, pero no podía evitarlo. Sabía perfectamente quien era la persona con la cual se estaba enviando tantos mensajes, y eso le rompía el alma. Pero no permitió que aquello se notara más de lo que se había notado hasta entonces.

-¡Harry tío, deja el móvil ya! – le echó la bronca Zayn.
-Zayn tiene razón; estamos todos hablando y tú con el móvil. – añadió Liam.

Harry les dedicó una mirada poco amistosa. Y ellos la aguantaron. Las tres amigas observaban atónitas aquella escena. ¿Tan importante era para el pequeño su móvil y su conversación con quién fuera que estuviera enviándole mensajes?

-Hazza, no es por molestar tu interesante conversación vía whatsapp… - empezó a decir Louis. Harry dejó de mirar a sus dos amigos. Y Louis siguió hablando – Teniendo en cuenta que han venido solo para vernos… estaría bien pasar tiempo con ellas.
-Tenéis razón. – admitió el pequeño. Envió un último mensaje y guardó el móvil. – De todas maneras me iré en breves.
-¿Y eso? – preguntó Sam entrometiéndose en la conversación.
-Lo siento chicas… pero me vienen a buscar dentro de poco. – contestó.
-Vaya… - murmuró Jodie. – Pues que te vaya bien, Harry.
-Gracias Jodie.

La tensión se palpaba en el ambiente y los chicos hicieron lo posible para que desapareciera. Harry era muy simpático y amable, pero cuando se trataba de Caroline se enfadaba muy rápidamente. Nadie quiso decir nada al respecto así que desviaron la conversación hacia otro tema.

Fuera seguía lloviendo, y no tenía intención de parar.

-Simon nos ha contado muchas cosas graciosas sobre vosotros – comentó Naomi.
-¿En serio? – preguntó Zayn. - ¿Cómo qué?
-Nos contó que Niall una vez se asustó por culpa de Harry y Louis y se le cayó el bocadillo encima – rió Sam.
-¡Mataré a Simon! – dijo el irlandés. - ¿Por qué os cuenta esas cosas?
-Es un hombre bastante agradable, nos hemos reído mucho con él – añadió Jodie.
-Estoy de acuerdo, pero eso era algo secreto… - murmuró Niall.
-No te preocupes, no se lo diremos a nadie – dijo Sam poniéndole la mano en el hombro para consolarle.
-Gracias – rió él.

Naomi empezó a hablar con Liam de cosas sobre la gira, sobre los ensayos y demás. Ella le preguntaba todas sus dudas y él se las respondía con gran amabilidad. La verdad que estaba siendo un encuentro muy agradable, y todo gracias a la lluvia incesante del exterior. Ya que los chicos les habían hecho prometer que no se irían hasta que parara, o si las venían a buscar en coche. Sam estuvo tentada de llamar a Dylan para que fuera a recogerlas, pero no le pareció una buena idea. Así que decidieron esperarse.

El móvil de Harry vibró y él lo sacó sin importarle nada lo que pudieran decir los demás. Otro mensaje; “Estoy fuera con el coche, ¿te queda mucho? Te quiero - C.” Él sonrió estaba muy bien allí con sus amigos realmente, y no quería hacerles un feo a aquellas tres chicas, pero se moría de ganas de verla. Así que tecleó rápidamente; “Mejor aparca y vente al café de la revista con nosotros; lo pasaremos bien. Te quiero.”

-Al final me quedaré un rato más – sonrió Harry.
-¡Genial! – exclamó Louis. – Tenemos Hazza para rato.
-Puede – rió él.
-Esa expresión no me gusta nada señorito Styles – apuntó Liam mirándole.
-¿Qué pasa? Estoy normal.
-Mentira. Pareces más feliz. – añadió Jodie.
-Bueno, es posible que lo esté. – se encogió de hombros.

¿Qué le hacía estar tan contento? Nadie lo sabía. Pero Liam no tardó mucho en entenderlo cuando vio que la puerta de la revista se abría y que por ella entraba Caroline Flack. La que faltaba. Harry era un idiota. ¿Cómo se le ocurría invitarla estando con tres fans? “El día que este chico use la cabeza le daré un premio” pensó para sí. Miró a Jodie, y volvió a mirar a la chica que caminaba hacia su posición; aquello iba a ser una odisea.

-¡Pero que ven mis ojos! – dijo Niall. – Es Caroline Flack.
-Hola Niall, yo también me alegro de verte – saludó ella al irlandés.

Harry sonreía. Y todos estaban atónitos. La presentadora de televisión miró a las tres chicas con un poco de mala cara. Fans. No eran especialmente de su agrado, pero ni ellas tres, ni ninguna. Prefería que no se entrometieran entre ella y su chico… si es que era su chico.

Las tres chicas se levantaron y le dieron dos besos a la recién llegada. Por pura cortesía y educación ya que no tenían muchas ganas de pasar lo que quedaba de tarde junto a ella. Se presentaron mutuamente y después de quitarse la chaqueta se sentó con ellos en aquel café. Ella y Harry compartieron algunas miradas llenas de mensajes secretos que sólo ellos sabían descifrar, pero no fueron más allá de eso. No era el momento, ni el lugar.

-¿Y qué te trae por aquí? – preguntó Zayn.
-He venido a buscar a Harry – contestó ella sonriente.
-Que tierno – comentó Sam irónicamente.
-¿Verdad que sí? – replicó la presentadora siguiéndole el juego.
-Mucho – cortó Jodie intentando no sonar muy grosera.
-¡Bueno, ya estamos todos! – exclamó Louis. - ¿O has invitado a alguien más?
-A nadie – contestó Harry que se había dado por aludido.

Desde entonces la conversación no fue igual de fluida y tranquila como hasta el momento; siempre había momentos de tensión entre las chicas y Caroline. Y todos estaban incómodos por ello. Harry parecía estar arrepentido, y miraba a Jodie muy seguido que cada vez tenía un semblante más serio y apagado. Él sabía, o por lo menos intuía, que aquella situación no era de su agrado por razones obvias. Pero lo hecho, hecho estaba. Ya no había marcha atrás.

-Ahora vengo – dijo Jodie levantándose de la silla.
-¿A dónde vas? – preguntó Naomi.
-Al baño. Vuelvo en seguida no te preocupes.

Y con la mejor de sus sonrisas se marchó de allí. Aunque no le duró mucho puesto que a medio camino hacia el baño esa sonrisa se esfumó. En la cafetería Harry le dio un beso en la mejilla a Caroline y dijo que iba a buscar a Simon un momento ya que tenía que hablar con él de no sé qué cosa.

Jodie entró en el baño y se apoyó contra el mármol donde estaban las picas para lavarse las manos. Se quedó allí unos segundos pensando en todo lo que estaba pasando. Aquella tarde había sido una de las mejores de su vida hasta que Harry se encaprichó con el teléfono, y encima luego ella aparece tan tranquila como si nada. No le gustaba nada pero no por ser la novia de Harry, que eso también le hacía odiarla un poco más, sino porque las miraba por encima del hombro y se creía mejor persona que ellas simplemente por salir en televisión y estar con el chico más perfecto del mundo.

La puerta del baño se abrió otra vez. Acababa de entrar en el baño la única persona que no esperaba que lo hiciera; Harry Styles.

-¿Qué haces aquí? Esto es el baño de las chicas. – dijo ella secamente.
-Sé que es el baño de las chicas. – él se acercó. – He venido a hablar contigo.
-¿Conmigo? ¿Por qué? ¿Teniendo allí a tu novia vienes aquí a buscarme a mí? Vamos Harry, no digas tonterías.
-Caroline no es mi novia – mintió como un bellaco, pero sólo para hacerla sentir mejor.
-Ya claro. – murmuró ella. - ¿Y qué quieres?
-Saber qué te pasa – dijo él acercándose un poco más.
-Que esta situación es desesperante.
-Desesperante es tener que actuar de la manera que todo el mundo espera de ti porque eres un personaje famoso, eso es desesperante; que Caroline venga a tomarse algo con nosotros no lo es.
-Para ti no lo será; pero a mí tenerla cerca me pone de los nervios – le recriminó ella.
-¿Se puede saber porqué?
-Porque no me gusta tu novia. Eso es todo… - susurró ella.
-¿Otra vez? – suspiró él. Se sentó en el mármol. - ¿Y por qué no te gusta?
-¿Tú has visto como nos ha mirado? Y ya ni hablemos de las cosas que dice de nosotras…
-¿Qué cosas? – inquirió él.
-Espera… - Jodie se paró a pensar unos segundos- Ah, sí. Cito textualmente lo que ella dijo “Las fans de One Direction son unas inmaduras y unas crías consentidas”.
-No comparto para nada esa visión que tiene ella sobre vosotras, pero no puedo cambiarla. Ella es así. Y yo os entiendo, y para mi sois una parte muy importante en mi vida; pero hay veces que no puedes hacer nada. – bajó del mármol y le pasó la mano por la espalda para reconfortarla.

Ella se quedó en silencio. ¿Harry estaba defendiendo a Caroline? Lo que le faltaba ya aquella tarde. Suspiró. Al menos intentaba entenderla a ella también.

-Sé que no puedes hacer nada para que ella cambie; pero tampoco podrás hacer nada para que ella me guste. – dijo al fin ella.
-Vale. Lo respeto y lo entiendo. Pero no te encierres en los baños de una revista cuando hay allí cuatro maravillosas personas que esperan verte sonreír.

Fue lo último que dijo antes de marcharse alegando de que su visita a Simon estaba siendo muy larga y que la final acabarían sospechando. Segundos después se abría la puerta otra vez para dejarla sola en aquella estancia.

Un beso muuuuy fuerte;
Mery Da Font.

17 feb 2012

You belong with me; Capítulo ocho.

¡Buenas noches lectores míos! Cuelgo hoy porque mañana me voy por ahí así que no podré estar a las nueve y media para subir capítulo... por tanto hoy viernes aquí lo tenéis; CAPÍTULO OCHO. Espero que lo disfrutéis muchísimo, que comentéis y que nada... Sólo deciros que a partir de este capítulo se empezarán a liar las cosas de una manera bestial, así que estad muy atentos.
La canción de este capítulo es de la serie JONAS L.A porque el título dice mucho, y la propia canción en si también... os dejo el link para que la escuchéis;
Yout biggest fan - Jonas L.A ( http://www.youtube.com/watch?v=vTX7aKr9O4I )

Capítulo ocho; One Direction y su intento de ejercer de salvadores de la humanidad.

Después de la fiesta que los chicos tuvieron la noche anterior tocaba levantarse pronto y tocaba responder a sus obligaciones como cantantes que son. Por la mañana tenían que ir a hacer una sesión de fotos y por la tarde tenían una entrevista en la revista más leída del momento sobre cotilleos adolescentes.

A las diez y media de la mañana los chicos se encontraban en el estudio fotográfico. Habían ido con Simon, como siempre, y ahora les tocaba una hora, o puede que incluso dos de fotografías. Lo divertido es que mientras las hacían ellos hablaban, cantaban, bailaban… y así las fotos quedaban más naturales y bonitas.

Cada uno estaba en una posición diferente; Louis le pasaba la mano por encima de los hombros a Zayn, Niall y Liam hablaban de cualquier tontería, y Harry posaba tranquilamente mirando a la cámara. Iban siguiendo las indicaciones del fotógrafo y así poco a poco iba pasando el tiempo.

-Anoche lo pasamos bien, ¿eh? – comentó Louis.
-Sí, sobretodo tú – rió Niall.
-Él siempre se lo pasa bien – esta vez fue Liam el que habló.

Foto. Sonrisas. Foto. Risas.

-¿Y qué esperáis? ¿Qué sea un aburrido? – rió el veinteañero cambiándose de posición.
-Eso en ti es imposible – rió Harry colocándose bien la chaqueta.
-Y tú tampoco te quedas atrás, majete – opinó Liam.
-¡Eso, eso! – metió lío Louis mientras lo miraba.
-¿Yo? ¿Qué se supone que he hecho?

Foto. En esta Harry salió agarrándose la chaqueta, y Louis con el brazo apoyado en su hombro al más puro estilo rockero. Liam estaba con Niall y Zayn creando un singular trío.

-Encima preguntas que has hecho… - murmuró Zayn.
-¡Es que si no sé de qué habláis! Tendré que preguntar… ¿no? – rió.
-Hablamos de tu bailecito ayer con quién tú ya sabes – rió Niall poniendo énfasis en las últimas palabras.
-Parecías sacado de una película de Harry Potter y que estuvieras hablando de Voldemort – opinó Liam.
-Pues no vas mal encaminado – rió Louis. – A Harry lo tenemos, y a Voldemort también.

Louis se quejó ya que su amigo le había dado una colleja bastante fuerte. Todos rieron. No es que les cayera mal Caroline, pero ya habían advertido a Harry de que las cosas podían salir mal, no solo por su diferencia de edad sino también por la fama de ambos, y por las cosas típicas que tiene el amor; riñas, disputas, celos…

-Sois idiotas – rió Harry. No se lo quería tomar a mal. Estaba feliz.
-No lo somos – protestó Louis.
-Oye por curiosidad, ¿te dijo porqué vino tan tarde? – preguntó Zayn.
-Sí. Me dijo que había surgido un imprevisto en los estudios, y que tuvo que quedarse un poco más.
-¿De qué clase? ¿De la clase: una amiga mía está llorando porque su novio la ha dejado? ¿O de la clase... tengo que quedarme a hacer horas extras con mi compañero de programa? – rió Louis. Le gustaba chinchar a Harry aunque sabía que si Caroline había hecho algo parecido su amigo lo pasaría muy mal.
-¡Y yo que sé! La cuestión es que vino, y que luego me compensó el rato que no pudo estar conmigo. Y ya está.
-A saber cómo te lo compensó – volvió a reír Louis.
-¿Y a ti que te importa? – rió Niall – Es mejor que no lo sepamos, créeme.
-Cierto. Mejor que no lo sepamos. – concluyó Louis riendo.

Todos rieron mientras el fotógrafo no había parado de hacer fotos a lo largo de toda esa conversación. Había una del momento exacto en que Harry le pegaba a su amigo y se veía como todos reían debido a aquel gesto. Era todo tan natural, tan espontaneo. Así eran ellos, y eso era lo bueno de aquellos cinco chicos.

Les enseñaron las fotos una vez terminada la sesión y la verdad es que quedaron preciosas todas y se lo habían pasado bien aquella mañana. Una vez hecha la sesión fueron con Simon a comer en un restaurante del centro, y luego se pusieron rumbo a la entrevista que tenían aquella tarde a las cinco.

No muy lejos de allí se encontraban las chicas en casa de Jodie. Estaban nerviosas, y felices. Se estaban cambiando de ropa, probándose miles de conjuntos, y maquillándose mientras de fondo en el ordenador de la más pequeña sonaba música. Bailaban y reían; cómo cuando eran unas crías. Sin preocupaciones, sin problemas, simplemente disfrutando del momento.

Naomi no estaba muy convencida con todo aquello, siempre había vestido a su manera, con sudaderas y por lo general no usaba maquillaje. Pero por alguna extraña razón que no consigue entender se dejó engatusar por aquellas dos chicas locas de la moda y la belleza. En aquel momento la chica de pelo rizado se estaba probando un conjunto creado por la más pequeña no le convencía mucho, se veía rara, pero de todo lo que se había probado era lo que más le gustaba. Llevaba unos pantalones ajustados, una camisa de tirantes negra que parecía un vestido, además de una chaqueta estilo gabardina que iba a juego.

-No me convence mucho… - murmuró saliendo del baño.
-¡Vamos, Naomi! ¡Estás preciosa! – exclamó al pequeña. – Cuando Louis te vea se va a caer de culo como que yo me llamo Jodie.
-Pues vete cambiando el nombre… - volvió a murmurar ella.
-¡No seas tonta! – rió Sam.

Todas sonrieron y Naomi que aún seguía sin estar demasiado convencida de aquello se quedó en la cama sentada esperando a que sus amigas terminaran de discutir sobre que ropa deberían ponerse.

Poco después ya sabían que ropa se iba a poner cada una; Sam había optado por unos pantalones ajustados, una camisa de color blanco y una chaqueta preciosa de color marrón a juego con los zapatos. Y Jodie había escogido un vestido en tonos marrones y unos legins del mismo color además de una gabardina. Una vez vestidas se dirigieron al cuarto de baño al lado de la habitación de Jodie, que era parecido a un hotel en el cual tenías tu espacio para dormir y el baño. Mientras se maquillaban en el reproductor aleatorio de Jodie empezó a sonar una canción que, por lo menos aquella tarde, era muy adecuada para aquel momento. “Your biggest fan” de los Jonas Brothers.

-¡Súbele la voz! – le dijo Jodie desde el baño a su amiga.

Naomi hizo caso y subió el volumen. Aquella canción inundó toda la estancia, y las tres empezaron a cantar la canción. Jodie y Sam acabaron de maquillarse mientras que bailaban y cantaban aquella canción. Volvieron a el cuarto de la chica y allí se encontraron con Naomi, las tres disfrutaron de esa canción que las describía por completo. Ellas eran sus mayores fans. ¿Quién más sino podría hacer locuras como aquellas? Sólo ellas, estaba claro. Ellas no tenían claro, ahora se lo tenían que hacer ver a ellos.

-Every time you smile for me – cantó Naomi.
-Takes me a while to bring myself back… - continuo Sam.
-‘Cause you’re all that... And I just had to let you know that I’m screaming out in the crowd for you – esta vez cantaron las tres cómo si no hubiera mañana.

Sam miró el reloj; cinco menos diez. Por suerte no estaban muy lejos del lugar y si se daban un poco de prisa podrían llegar para verles entrar… sino, deberían esperar hasta que ellos salieran de la entrevista. Y con su habitual prisa de no llegar nunca a tiempo salieron corriendo de camino al recinto varios minutos más tarde.

En la calle todo estaba gris, como siempre en Londres, pero ellas estaban acostumbradas y en parte les gustaba que estuviera así. Caminaron entre la multitud, esquivando a la gente, a la vez que iban calculando el tiempo mentalmente. No iban a llegar. Pero tenían que intentarlo.

-No vamos a llegar – advirtió Sam mirando al reloj.
-¡Deja de mirar el reloj, y corre! – gritó Naomi mientras empezaba a correr por la transitada calle.

No era demasiado frecuente ver correr a tres chicas vestidas como si fueran a salir de noche en plena tarde por el centro de Londres pero es que nuestras chicas no eran demasiado corrientes. De alguna manera u otra siempre destacaban, y eso las hacía diferentes. Cruzaron un semáforo a toda prisa, parecía una carrera olímpica y su medalla iba a ser verles. Todo el mundo se giraba a mirarlas y sonreían extrañados pensando que motivo podía haber hecho que corrieran de semejante manera. Giraron por la calle a la derecha, la recorrieron entera, y luego giraron a la izquierda. Estaban cerca. Sam miró el reloj sin dejar de correr; cinco menos dos minutos.

-¡No vamos a llegar! – repitió la rubia.
-¡Eres una pesimista! – contestó Jodie.

Estaban a tan solo dos calles de la meta; la redacción de la revista. Apretaron un poco más, y giraron hacia la derecha otra vez. Una calle. Sólo una. Pocos minutos después mientras corrían por la calle fijando su vista en la puerta de la redacción vieron un coche negro llegar. “¡Mierda! Sam tenía razón” pensó Jodie.

-¡Lo veis! - dijo Sam dejando de correr.
-Bueno, no pasa nada… Había que intentarlo – sonrió Naomi.

Respiraron mientras caminaban hasta la redacción. Con un poco de suerte los chicos se pararían a saludar algunas fans y podrían verles algunos segundos. Si no les tocaría esperar hasta el final de la entrevista, y lo más seguro es que fueran las únicas que se quedaran hasta que salieran puesto que las demás ya les habían visto y el cielo amenazaba tormenta.

Llegaron a la puerta y se quedaron atrás puesto que todas las chicas que habían llegado antes estaban ocupando todo el espacio. Se intentaron hacer paso entre la gente, y pudieron ver como los chicos se habían parado a hacerse un par de fotos. Estaban igual de guapos como los recordaban, e igual de sonrientes, aunque puede que incluso un poco más. Segundos más tarde los chicos entraron por la puerta del edificio dejando a todas aquellas chicas allí. Y no pasó mucho tiempo hasta que la puerta se despejó casi por completo.

-¿Y ahora qué hacemos? – preguntó Jodie. – Parece que va a llover.
-¿Qué quieres que hagamos? – contestó Sam con otra pregunta.
-No sé. – murmuró la pequeña.
-No me he vestido así para nada – rió Naomi. – Así que nos quedamos aquí aunque truene.
-Me parece bien – Sam se encogió de hombros.

Dentro de la redacción los chicos estaban más pendientes del tiempo que hacía fuera que de la entrevista en sí. No sabían si quedaba gente fuera esperándolos pero si era así no querían que la tormenta les pillara. Preocupados fueron contestando las respuestas que el entrevistador les hacía, hasta que cayó un rayo. Los chicos se miraron; tenían que hacer algo por las fans que estaban fuera, si es que quedaba alguna.

-Simon, ¿puedes ir a mirar si hay alguien fuera? – preguntó Niall.
-¿Alguien fuera? ¿Por qué? – preguntó su jefe atónito.
-No queremos que, si hay alguien fuera esperando a que salgamos, se mojen – explicó Liam.
-¿No se podrían quedar en el vestíbulo de la redacción? – preguntó Louis con cara de pena. – Por favor.
-Está bien, veré que puedo hacer. – contestó Simon sonriente y orgulloso de que aquellos cinco chicos se preocuparan tanto por sus fans.

Simon salió de la sala y bajó por las escaleras hasta el vestíbulo. No se dio mucha prisa, no parecía que fuera a llover de inmediato, y tampoco veía muy probable que con aquel tiempo hubiera alguien esperando fuera. Saludó a la chica de recepción y la informó que iba a mirar si había alguien para hacerles pasar allí para resguardarles de la lluvia. Ella sonrió a modo de respuesta y Simon siguió su camino.

Fuera quedaban cinco personas pero, antes de que llegara Simon a la puerta para informar de aquella decisión tan repentina, dos de ellas decidieron marcharse. Por tanto allí se quedaron las tres amigas con un ojo puesto en el cielo.

La puerta se abrió y las chicas observaron nerviosas. ¿Ya iban a salir? ¿Tan rápido? Era imposible. No serían ellos. Durante los segundos que la puerta se quedó abierta la expectación fue máxima, y cada vez estaban más nerviosas. Otro rayo, acompañado por un trueno. Y entonces por la puerta apareció Simon. Él sonrió. Sólo tres personas, que ya le eran un poco conocidas, habían aguantado allí para ver a los chicos.

-¡Hola chicas! Encantado de veros, otra vez– sonrió él.

Ellas estaban atónitas. ¿A dónde iba Simon? Saludaron tímidamente intentando averiguar qué era lo que él estaba haciendo allí, y que pensaría de ellas. Es posible que pensara que estaban locas, pero no importaba demasiado en aquel momento.

-Os estaréis preguntando que hago aquí… - prosiguió él. – La verdad es que no sé porque les hago caso a estos cinco chicos más malos que el diablo. – rió.
-Si no lo sabes tú, ¿cómo lo vamos a saber nosotras? – rió Sam también.
-Cierto. Bueno, la cosa es que… Los chicos estaban preocupados por el tiempo, y me han pedido que baje para ver si había alguien aquí fuera. Y cómo estáis aquí tengo que informaros de la segunda parte de su plan maestro.
-¿Plan maestro? – preguntó Jodie.
-Sí. Quieren ejercer de protectores y salvadores de toda la humanidad – todos rieron. - Bueno tanto quizá no, pero no querían que sus fans se mojaran y el cielo cada vez está más negro.
-Vaya… - murmuró Naomi.
- Así que Louis me ha pedido por favor y con cara de cordero degollado (y a eso no me puedo resistir) que os hiciera pasar al vestíbulo para esperarles. – concluyó Simon.

Las chicas se quedaron atónitas. ¿Iban a estar ellas tres en el vestíbulo de la redacción de la revista, con Simon, esperando a los chicos? Sonrieron tímidamente y pasaron por la puerta que él les sostenía para que entraran.

Una vez dentro se sentaron en un banco y empezaron a charlar con Simon ya que no quería dejarlas allí solas esperando vete tú a saber cuánto rato. Él les contó anécdotas graciosas de los chicos, y ellas escuchaban con atención.

-Un día estaba Niall comiéndose un bocadillo enorme con mayonesa, pollo, lechuga, y no sé que más, y llegaron Louis y Harry por detrás gritando… - las chicas rieron. – Lo mejor de todo es que Niall pegó tal bote de su asiento que todo el bocadillo se desmontó y se le cayó encima. Se manchó toda la camisa y la lechuga, el pollo, el tomate, y demás, quedó tirado por la mesa. – explicó Simon.
-Pobre Niall – rió Naomi.
-La verdad es que sí, pero los chicos se rieron un montón – comentó Simon.
-Normal. Lo siento por él, pero yo también me hubiera reído muchísimo – añadió Sam.
-Por lo menos le ayudarían a recoger todo, ¿no? – rió Jodie.
-Pues… no. Me tocó recogerlo a mi – Simon se rascó la nuca, y rió. – Al parecer soy como una especie de padre-madre y servicio de limpieza a la vez.

Mientras ellos estaban allí abajo charlando, arriba en el estudio los chicos estaban mucho más relajados a medida que la entrevista pasaba, y se estaban riendo un montón. Pero había ciertas preguntas incomodas que ellos preferían obviar, sobretodo el más pequeño. Aunque siempre acababan respondiéndolas con amabilidad.

-Harry, tengo que hacerte una pregunta un poco personal – empezó a decir el entrevistador.

El chico se tocó los rizos, sabía exactamente qué era lo que le iba a preguntar, pero él hizo como si nada.

-Dispara – sonrió él.
-Verás… hay ciertos rumores sobre que tu y Caroline Flack tenéis un romance, ¿es cierto? Si es así, ¿Cómo es vuestra relación, no os afecta todo aquello que dicen sobre vuestra diferencia de edad?

Todos los chicos miraron a su amigo. ¿Diría la verdad o tiraría otra de sus evasivas para no responder a aquella pregunta? Seguramente optara por lo segundo, Harry no quería causar un revuelo mediático y menos a causa de su vida personal.

-Caroline y yo somos buenos amigos – respondió con calma. – Ella es una persona encantadora, y creo que es muy guapa. Además, ¿qué hay de malo en qué seamos amigos? Quiero decir… ella es una persona muy agradable, y me gusta pasar tiempo con ella. Eso es todo.
-Y para interés de tus fans… ¿es posible que entre ella y tú pasara algo? – insistió el entrevistador.
-En estos temas nunca se puede dar nada por seguro, quien sabe. Sólo el tiempo puede acabar hablando en temas del corazón – sonrió Harry.

Pero el tiempo ya había hablado en aquella relación, y es que ambos llevaban viéndose cerca de dos meses o puede que incluso un poco más. Se conocían de antes y la presentadora sabía que Harry sentía algo más que respeto y admiración por ella. Y aparentemente todo les iba de maravilla.

Lo que quedaba de entrevista fue agradable, y sin más preguntas personales o con respuestas fingidas. No mucho más tarde el entrevistador dio por finalizado su encuentro, y los chicos se dirigieron hacía el vestíbulo. Se encontraban en el inicio de las escaleras, Liam empezó a bajar los peldaños poco a poco junto a él iban Harry y Zayn. Las risas no cesaban y ya empezaban a ver la recepción.

-¿Y Niall? – preguntó de repente Liam.
-¡Estoy aquí! – gritó el irlandés.

El chico de pelo rubio se estaba deslizando por la barandilla de la escalera en plan película, avanzándolos a todos. Las chicas lo observaron sonrientes. Se escuchó a alguien decir “¡Eh! ¡Qué buena idea!” y acto seguido apareció Louis deslizándose, también, por allí. Se quedaron a los pies de las escaleras sin percatarse todavía de la presencia de las tres chicas. Quienes sí lo hicieron fueron los otros tres chicos. La mirada de Sam y Zayn conectó desde el primer instante, y ninguno de los dos estaba dispuesto a perder el contacto visual. Liam miró a Jodie, sonrió tiernamente y ella le devolvió la sonrisa. Harry, que se había dado cuenta de que estaban allí, hizo ver que no las había visto. Pero nada más verlas sonrió inconscientemente.

-¡Sois más lentos que un desfile de cojos! – exclamó Louis desde abajo.
-Y tu eres un incivilizado, igual que Niall. – dijo Liam. - ¿Qué maneras son esas de bajar una escalera? – intentó parecer enfadado pero no lo consiguió.
-¡No intentes parecerte a Simon! ¡Eres un muermo! – rió Niall.
-Niall, te he oído – esta vez habló Simon.
-¿Cuánto rato llevas ahí sin decir nada? – preguntó girándose.

Lo primero que vio Niall fue a Simon sentado en el banco junto a tres chicas. Esas caras le eran familiares, ya las había visto antes. Se quedó pensativo un segundo y lo recordó todo; eran las chicas del concierto, las de la foto del facebook, las del camerino. Sí, eran ellas. La rubia era Sam, la otra chica castaña era Naomi, y la que tenía los ojos verdes era Jodie.

-Desde hace un buen rato – contestó Simon.
-¡Vaya, tenemos visita! – exclamó ignorando completamente a Simon.
-Hola – saludaron las chicas al unísono.
-Hola – contestaron todos.

Se acercaron y se saludaron debidamente; una larga y bonita ronda de besos. Dos para cada uno. Les explicaron que habían corrido por toda la calle para verles pero que casi no llegaron a tiempo y que por eso se habían quedado esperándoles a pesar del mal tiempo. Cayó otro rayo en ese mismo instante, y las nubes empezaron a llorar. Londres se convirtió en su pañuelo de lágrimas y en su consuelo. Pero nadie sabía cuánto tiempo les duraría el disgusto a aquellas caprichosas y tristes nubes.


Un beso muy muy fuerte;
Mery Da Font.

15 feb 2012

You belong with me; Capítulo siete.

Bueno, bueno... ¡Hola a todos! Hace poco que he tenido un aumento considerable de seguidores en twitter, que espero que se pasen a leer la novela... por tanto; bienvenidos sois todos aquellos que os incorporáis ahora. Y bienvenidos seguís siendo todos aquellos que me seguís siempre.
¿Que puedo decir del capítulo? Es bastante triste... La verdad es que necesitaba escribir algo así, que demostrara mis sentimientos frente a todo esto; a todo esto que llamamos el "fenómeno fan". Repito es mi punto de vista, esto y todo el fan-fic; cómo yo me lo imagino, y lo que yo quiero expresar de todo este mundo. La importancia de las fans pero simplemente como fans, los juegos de superestrellas por aburrimiento, las pocas posibilidades que tienes de que ocurra algo entre ellos y tu, las ralladas indescriptibles que puedes tener viendo fotos o escuchando canciones... Y miles de cosas más que creo que todos hemos pensado más de una vez, y más de dos.
Así que nada aquí tenéis la canción triste del capítulo que es de mi querida y adorada Taylor Swift; y que desde que escuché esta canción supe que estaba hecha para mi y para todas las fans de cualquier cosa.
Superstar - Taylor Swift ( http://www.youtube.com/watch?v=WDNryMHAqHc )

Capítulo siete; Dame una foto para colgarla en mi pared, superestrella.

Un par de días después de aquella mágica noche Jodie se encontraba tirada en su cama junto a Naomi las dos con un casco puesto en la oreja y con una misma canción sonando todo el rato. “Superstar” de Taylor Swift. La alegría de haber conocido a sus ídolos duró más bien poco, y ahora sólo les quedaba la tristeza de asumir que lo más probable era que ellos no las recordasen ya.

Jodie abrazaba su almohada y su amiga se encontraba mirando al techo con los ojos llorosos. No sabían nada de Sam desde el día anterior, pero no les importaba, y menos ahora. Sabían perfectamente que Sam no entendería el motivo de su tristeza aunque a ella también le afectara aquella situación. Su amiga no era como ellas; la tristeza las invadía muy fácilmente y lo exteriorizaban demasiado, pero Sam no. Ella era fuerte, y sí; es cierto que estaba triste porque ninguno de aquellos cinco chicos la recordaría pero antes de aquella noche ni si quiera la conocían y eso la reconfortaba. Además ella estaba muy ocupada enviándose mensajitos con Dylan; habían congeniado muy bien, y él era un encanto de chico. Eran amigos. Era justamente lo que ella necesitaba para no acabar como sus dos amigas: tirada en la cama llorando.

This is wrong but, I can't help but feel like there ‘aint nothing more out there.”

La canción volvía a repetirse por decimoquinta vez aquella tarde. Naomi se secó las lágrimas que caían tímidas por sus mejillas, y Jodie sorbió por la nariz. Estaban cansadas de llorar, pero no podían hacer otra cosa. Solo tenían ganas de eso; llorar, inundar su habitación de lágrimas y ahogarse en ellas.

You smile that beautiful smile and all the girls in the front row scream your name.

Entre lágrima y lágrima los recuerdos de aquel concierto venían a su mente. Los gritos de las chicas cada vez que ellos sonreían, o miraban hacia aquella posición. Pero lo que ellas recuerdan con más cariño eran esas sonrisas tan cálidas, y tan cariñosas, que se dedicaban entre ellos.

Naomi cogió el ipod en sus manos, y miró las fotos que tenía guardadas en él. Su amiga se incorporó, y ambas las miraron con nostalgia. Iban pasando una a las fotos; Liam cantando, Harry sonriendo, Niall saltando, Louis bailando, Zayn sentado en el sofá… Todas y cada una les traían recuerdos. Recuerdos que jamás se borrarían de sus mentes, pero que quizá en las mentes de otras personas sólo han durado una noche.

I'm no one special, just another wide-eyed girl who's desperately in love with you.

Jodie suspiró. Estaba enamorada. Podía parecer un poco tonto eso de enamorarse de alguien a que prácticamente no conoces, con el que sólo has pasado diez minutos a su lado. Era un amor triste, y cansado. Un amor incondicional, que no esperaba nada a cambio, y que no tenía límites. Un amor de esos que parecen sacados de otro mundo, de esos que miles de chicas sienten, también, por la misma persona. No sabía si su amiga estaba en su misma situación, pero intuía que ella sentía algo parecido. Pero peor aún, su príncipe aparte de tener un montón de chicas enamoradas como ella, tenía una princesa que compartía con él todos los momentos de su vida; se despertaban juntos, desayunaban juntos, salían de paseo juntos, sonreían juntos… Pero Naomi soñaba con ser ella la que compartiera todas esas cosas con él. Igual que Jodie deseaba ser la princesa del cuento de uno de aquellos chicos.

Give me a photograph to hang on my wall, superstar.

El título de aquella canción se les clavó en la mente; superestrella. Pensándolo fríamente, ¿cuántas chicas se encontraban en esa misma situación? Muchas. ¿Y cuántas estaban enamoradas de ellos? Otras tantas. Tenían una probabilidad entre millones de no pasar desapercibidas. Y pensándolo con crueldad, aunque les doliera, sabían que nunca serían esa persona especial que ellos se merecían. Ellos merecían una chica de aquellas de revista, de esas que son guapas, listas, y con un cuerpo de escándalo. Una de esas que nunca les hará sombra pero tampoco los dejará atrás. Una modelo, una bailarina, una presentadora de televisión… ¿Y ellas qué eran? Dos simples chicas enamoradas hasta las trancas que quizá si fueran unas de esas chicas que están hechas a su medida es probable que se armaran de valor y consiguieran no pasar desapercibidas.

And I knew when I saw your face I'd be counting down the ways to see you.

Puede que esa fuera la solución para pasar más tiempo juntos; buscar la manera de poder verles sonreír, buscar la manera de cómo atravesar medio mundo (si hiciera falta) para deleitarse con una canción, un abrazo, o una mirada.

¡Claro! ¡Esa era la solución! Jodie se secó las lágrimas sonriendo un poco más que antes. Se levantó de la cama en un salto mientras su amiga la observaba atentamente, atónita, sin entender nada.

-¿Qué haces? – le preguntó la morena.
-Mirar dónde van a estar los chicos los próximos días – sonrió la pequeña encendiendo el ordenador.
-¿Para qué? – volvió a preguntar Naomi levantándose con el ipod aún en modo reproducción.
-¿Cómo que para qué? ¡Para verles!
-¿Para verles? ¿Qué quieres hacer? ¿Perseguirles?
-Efectivamente – el ordenador hizo el típico sonido al encenderse y Jodie buscó rápidamente en el buscador.

“One Direction” tecleó como un rayo. Al momento salieron miles de entradas de información, y la chica con una sonrisa aún mayor le dio a un enlace. Acto seguido apareció una página con un montón de fechas de conciertos, firmas de CDs, entrevistas de radio, de televisión y de revistas. La fecha más próxima era a la tarde siguiente; a las cinco en los estudios de una de las revistas más exitosas del momento en cuanto a cotilleos para adolescentes.

-Vamos a ir – afirmó Jodie.
-Se van a cansar de nosotros –dijo Naomi.
-¿Qué quieres quedarte aquí torturándote con una canción o salir a buscarles? Yo desde luego prefiero salir a buscarles – concluyó la pequeña.

You played in bars, you play guitar and I'm invisible and everyone knows who you are.

Naomi seguía escuchando esa canción y reflexionando sobre aquello que acababa de decir su amiga. Ella quería verles, y quería dejar de ser invisible. Habían avanzado un paso en el concierto de hacía cuatro días, pero quería avanzar un poco más. Antes era la fan desconocida, ahora era la chica del concierto, ahora quería ser la chica pesada que los sigue. Cierto es que el término “chica pesada” no le agradaba mucho, pero era la única manera de verles.

-¿Me dejarás sola? – preguntó la pequeña haciendo caritas de pena.
-Sabes que no – sonrió ella. – Pero esto es una locura.
-Puede que lo sea, pero prefiero ser una loca feliz que una cuerda amargada.
-Entonces… ¿a que esperamos a ser unas locas felices? –rió su amiga.
-Mañana empezaremos a serlo.
-Hay que llamar a Sam para ver si quiere venir con nosotras mañana – observó la más mayor.
-Cierto, ahora mismo la llamo.

Jodie cogió su teléfono y marcó el número de Sam. Esperó pacientemente mientras los tonos de llamada seguían sonando. Cuatro tonos, y su amiga no contestaba.

Sweet, sweet superstar.”

Naomi apagó el ipod; no quería llorar más. Ahora sólo tenía ganas de empezar a ser una loca feliz, una pesada agobiante, una devoradora de sonrisas, y una cazadora de miradas tímidas. Sonrió, a veces, aquella pequeña chica de ojos verdes parecía más madura que todas ellas juntas. A veces, tenía ideas brillantes y locas que nadie sabía cómo acabarían. Y esa era una de ellas.

En aquella misma habitación su amiga caminaba de un lado al otro, nerviosa. Pero por fin la muchacha sonrió; Sam le acababa de contestar al teléfono.

-¡Sammy! – contestó ella.
-¿Sammy? Sólo me llamas eso cuando quieres algo pequeño ponny… - rió la rubia.
-Es un bonito apodo, no como pequeño ponny – le recriminó la otra. – Bueno… escúchame, ¿te apetece venir mañana a ver a los chicos?
-¿Mañana? ¿Cómo, cuándo y dónde? - preguntó Sam.
-Sí mañana. A las cuatro y media en mi casa. Ya te lo contaré todo.
-Pues entonces nos vemos mañana – ella rió y se escuchó una voz masculina de fondo. Jodie sonrió.
-Hasta mañana. Ah, y saluda a Dylan de mi parte.
-Lo haré, no te preocupes. Un besito, pequeña.
-Otro para ti, Sammy. – dijo la pequeña mientras colgó el teléfono.

Mañana sería un largo día lleno de nervios para aquellas tres chicas que pasarían de ser las chicas del concierto a ser las chicas locas más felices del mundo.

12 feb 2012

You belong with me; Capítulo seis.

Primero de todo deciros que LO SIENTO, tendría que haber subido ayer a las 21.30 pero estando en casa de mi madre me ha sido prácticamente imposible porque; 1º no tenía el fic allí, y 2º mi madre me hace apagar el ordenador a las nueve o así.
Y una vez dicho esto... jkidchsfudufid ¡SÍ, AQUÍ TENÉIS EL CAPÍTULO NÚMERO SEIS! Morid todas. Este capítulo es fiestero a más no poder, así que espero que lo disfrutéis mucho. Dentro de poco las cosas se empezarán a liar bastante... Y me gustaría que me dierais vuestras opiniones sobre que parejas os gustan más, sobre quien debería estar con quien, o sobre algo que os gustaría que pasara... así participáis más en la historia.
Ah, otra cosa que quiero decir antes de subir capítulo... COMENTAD. Sé que estamos en crisis pero un comentario es gratis... y antes solo podían comentar las personas con blog, pero ahora podéis comentar todos; depende de vosotros que siga subiendo más capítulos. Porque si no hay comentarios yo pienso que no lo lee nadie, y para que nadie lo lea... pues no lo subo; lo escribo para mi y punto. ¿Vale? Y no quiero que me toméis mal ni nada; pero es que a veces cabrea. Ea. xDDDD
Ala, y por último antes del capítulo deciros que aquí tenéis las canciones que me inspiraron:
I'm sexy and I know it - LMFAO ( http://www.youtube.com/watch?v=4xBQ_iydufE )
Glad you came - The Wanted ( http://www.youtube.com/watch?v=BiEEJds8JFE )

Capítulo seis; Me alegra que hayas venido.

En la barra de una de las discotecas más prestigiosas de todo el país se encontraba Niall junto a Liam pidiendo el que sería el primer cubata de aquella interminable noche. Era una de esas pocas en las que no estaban de concierto y, por tanto, podían dedicarla a divertirse. Aquella discoteca era su refugio, su vía de escape, y su sitio habitual para salir de fiesta. Era muy exclusiva, y allí podían ser ellos mismos sin verse rodeados de gente que los veían como superestrellas. Louis conocía al dueño del local cosa por la cual siempre habían siendo bienvenidos y jamás les habían puesto problemas por la edad de Harry. Él era el que más disfrutaba, ya que podía hacer todo aquello que se supone que a su edad, y siendo menor de edad, no podía hacer.

-¿Os pongo lo de siempre? – preguntó el camarero.
-Claro Eddie. Ya nos conoces, somos muy tradicionales – rió Liam.
-Si, claro… ¿Y la vez que os dio por probar aquello que llevaba…? –Niall intentó recordarlo, pero se dio por vencido. Así que le preguntó a Eddie, el chico de la barra – ¿Qué llevaba?
-Ron, vodka, y whisky. Además de un chorrito de licor de manzana, sin alcohol. – respondió sonriente mientras preparaba cinco vasos de tubo.
-Exacto. ¿Y cómo acabasteis ese día, Señorito Payne?
-No muy bien – admitió el chico riendo. – Pero bueno, los inventos se acabaron.
-Que te lo crees tú. Deberías saber que Harry para celebrar su cumpleaños se beberá todo lo que le pongas delante y más – informó Niall. Los tres rieron.

Eddie cogió una botella de tequila, una de vodka, una de ron, y una de whisky las puso en la mesa y en cada vaso puso dos cúbitos de hielo. Se sabía aquellos cinco cócteles de memoria. Y sabía que cada uno vendría en el momento adecuado para llevarse el suyo a otra parte. Abrió la botella de tequila y echó un chorro en dos vasos, y con la botella de vodka hizo lo mismo en los tres vasos restantes. Acto seguido en el vaso de Louis puso un poco de whisky y licor de manzana hasta llenar el vaso de tubo. El siguiente era el vaso del irlandés que le miraba sonriente observando cómo preparaba todos los cubatas. A él además de tequila le puso un chorro de ron, y lo llenó de refresco hasta arriba. Niall sonrió satisfecho de su bebida que no duraría mucho en aquel vaso. El siguiente que contenía medio vaso de vodka era el de Harry; en aquel vaso sólo añadió un poco de whisky con sabor a melocotón y luego licor del mismo sabor sin alcohol. En los dos vasos que quedaban en uno puso ron además de vodka y para acabar de llenar el vaso le puso refresco, ese era para Zayn. Y para Liam, aparte del vodka, llevaba un chorrito de ron, y licor de manzana.

Los cinco cubatas estaban preparados, y los dos chicos de la barra cogieron los suyos. Y esperaron para ver cómo sus amigos acabarían desfilando uno a uno por la barra para recoger sus bebidas. El primero en aparecer fue Zayn había estado bailando con una chica que era amiga suya; pero su aparición fue más que fugaz.

-¡Hola Eddie! ¿Qué hay? – dijo cuando llegó.
-Lo de siempre. ¿Y tú qué? – respondió el pelirrojo.
-Más de lo mismo. He estado bailando con Natasha. – rió. - ¿El mío es el de siempre? – añadió mirando a los vasos.
-Sí, el cuarto.
-Perfecto. ¡Gracias Eddie! – cogió el vaso y se fue.
-Uno menos – murmuró Liam riendo.
-¿Qué te apuestas que el siguiente en venir en Harry? – se apresuró a decir el irlandés.
-¿Harry? ¿Por qué? Normalmente viene Louis antes que el enano.
-Ya. Pero Caroline todavía no ha llegado. – Niall miró el reloj. – Y ya debería estar aquí. Te apuesto lo que quieras que Harry vendrá a por la primera copa en menos de diez minutos si Caroline no aparece por esa puerta.
-Ya veremos si tienes razón, Nialler – rió Liam bebiendo de su vaso.
-Siempre tengo razón – concluyó mirando hacia donde se encontraban Harry y Louis.

Estaban los dos en compañía de Eleanor y Danielle; riendo, bailando y hablando de cosas varias. Liam debería estar con ellos, pero le gustaba observar a su chica desde la lejanía y ver cómo se divertía, cómo bailaba al son de la música. Todos estaban sobrios lo cual era un poco extraño por parte de los chicos, pero la noche era larga y acababa de empezar. Eleanor bailaba con Harry haciendo con movimientos extraños intentando imitar a Louis. A su vez que Louis y Danielle creaban coreografías casi imposibles de realizar mezclando los pasos de baile de unos y de otros. De vez en cuanto el pequeño miraba a la puerta, especialmente cuando se abría, para ver si por ella entraba la persona que él estaba esperando.

-No tardará en llegar, tranquilízate – le dijo Eleanor al oído ya que con la música no se oía nada.
-Es fácil decir eso… - murmuró Harry.
-Lo sé. Pero hazme caso, soy mujer; tengo lo que se llama intuición femenina. - rió ella.
-Pues que no te falle – él también rió y siguió bailando.

Pasaron unos minutos más bailando. Y él no dejaba de mirar a la puerta y a su reloj. Nada. Caroline no aparecía. ¿Y si no iba a ir? Pero, ¿por qué no iba a hacerlo? Para una vez que podían verse después de casi una semana… Los pensamientos en la cabeza Harry se iban acumulando. ¿Y si no quería verle? ¿Y si se estaba cansanda de él? Puede que estuviera agobiada. Quizá era eso; él la agobiaba mucho con su actitud de adolescente. Sí. Era eso. Harry estaba seguro. Sacudió la cabeza para quitarse esos pensamientos de la cabeza y se acercó a la barra donde estaban sus dos amigos.

-¿Qué hay ricitos? – le preguntó Liam.
-Nada nuevo. Y por aquí, ¿qué tal? – respondió alargando la mano hacia los vasos.
-Lo mismo – contestó Niall sonriendo. Tenía razón él. Siempre la tenía.
-¿Habéis visto a Caroline? – preguntó mientras cogía su vaso.
-No. Parece ser que aún no ha llegado – respondió Liam.

Harry se encogió de hombros y le pegó un trago a su vaso. Se tocó los rizos, y se quedó pensando unos segundos. Iba a cambiar. Eso era lo que debía hacer; cambiar. Por ella, por él, por su relación. No la agobiaría, no esperaría mirando a la puerta cada tres minutos a ver si venía o no, le dejaría el espacio que ella necesitara. Se comportaría de manera más madura a su lado, sería el chico que ella se merecía. “Es exactamente eso lo que tengo que hacer” pensó para sí. Y empezó a ponerlo en práctica en aquel mismo instante cuando miró s sus amigos y les dijo:

-Si la veis, decirle que si necesita algo estoy por ahí con Zayn y Tasha.
-Vale – respondió Liam. – Se lo diremos.

Y allí se quedaron los dos solos, otra vez, con Eddie hablando sobre el extraño comportamiento de su amigo. Normalmente estaría a punto del colapso nervioso porque ella todavía no había llegado; pero hoy parecía tranquilo. Sólo lo parecía, porque todos sabían perfectamente que a Harry siempre se le había dado de maravilla aparentar que estaba bien.

-¿Qué le pasa? – preguntó Niall.
-Yo que sé, está raro. – respondió Liam.
-Anda, vamos con Louis y las chicas – propuso Niall levantándose.

Se despidieron de Eddie, y cogieron el cubata de Louis para dárselo. Él lo aceptó de buena gana y empezó a beber a la vez que bailaba. Liam y Danielle empezaron a bailar cada uno por su cuenta, pero acabaron muy juntos y sonrientes. Niall se unió a Louis y su chica, los tres lo estaban pasando en grande.

-Oye, ¿dónde está Hazza? ¿Ha llegado Caroline? – preguntó Louis sin dejar de bailar.
-Ni rastro de la presentadora de televisión… y Harry esta con Zayn y Tasha. – le informó Niall.
-Que raro… - murmuró Louis. – Bueno, ya llegará.

Y no le dieron más importancia que esa mientras seguían bailando todas las canciones. En el otro lado de la discoteca estaba Harry con Zayn y un montón de amigos suyos. Él ya los conocía pero no se sentía del todo cómodo, aunque hizo el esfuerzo. No quería estar allí, dando a entender que la estaba esperando, cuando Caroline llegara.

De repente empezó a sonar una canción que les era más que familiar a aquellos cinco chicos, y que además les unía especialmente sobre todo a Louis y a Harry. Era su canción, con la que siempre habían sonreído y bailado hasta caer muertos. “I’m sexy and I know it”. A Harry no le dio tiempo a reaccionar ya que habían pasado menos de cuarenta segundos de canción y ya tenía a Louis a su lado arrastrándole hasta la pista. El pequeño no tenía muchas ganas de bailar y menos ahora, pero hizo el esfuerzo y se divirtió.

-¡I’m sexy and I know it! – cantaba Louis mientras se subía al podium.

Harry lo miró con cara de espanto. No se iba a subir ahí a bailar, ni loco. Pero la sonrisa de su amigo lo acabó convenciendo. ¿Qué más daba? Podía pasárselo bien; debía pasárselo bien. Además de momento no tenía que seguir con su plan hasta que no llegara Caroline. Así que se dejó llevar por la locura de su amigo veinteañero.

-¡Girl look at that body! – cantaban Harry y Louis señalando sus cuerpos y mirando a Eleanor y a Danielle.

Ellas reían, y es que aquella escena era realmente divertida. Ellos arriba bailando a su manera particular, y todos los demás a bajo mirándoles y bailando a la vez. Liam sonrió; Harry parecía volver a ser el mismo. Entonces Louis se acercó a Harry de manera un tanto provocativa y empezó a levantarle la camisa al son de la música. Harry lo miraba y se reía. Louis estaba loco. Cada vez que subía un poco más la camisa hacía caras extrañas como si se muriera por los huesos de su amigo. Acabó en el suelo a los pies del ricitos mientras que él cantaba con el cubata en la mano.

-¡I’m sexy and I know it!

La canción terminó y los dos amigos se chocaron los cinco felices por haber compartido aquel baile. La fiesta continuó y Zayn se unió al grupo. A las once y media de la noche los chicos iban por su tercer cubata; y aún quedaban unos cuantos más. Harry dejó de mirar la puerta cuando el culo de su vaso estuvo vacío por segunda vez. El alcohol empezaba a dejar huella en él, y en todos los chicos. Pero todos sabían lo que hacían, por el momento.

-¡Esta canción es buenísima! – dijo Niall.
-¿Cuál es? – preguntó Zayn.
-“Glad you came” de The Wanted – le contestó su amigo.

La canción empezó a sonar por todo el local. Louis bailaba con Zayn y Danielle. El irlandés estaba con Eleanor y Liam y Harry iban a su rollo. Lo estaban dando todo, y la canción acababa de empezar. Y entonces la puerta del local se abrió y por ella apareció una guapísima presentadora de televisión a la cual llevaban una hora y media esperando. Llevaba un vestido de color negro, y unos tacones altísimos. Lo primero que vio al entrar al local fue aquel grupo tan particular bailando y riendo. Sonrió para sí, y se culpó por hacer esperar tanto a aquel pobre chico de pelo rizado. Pero la culpa se fue pronto, tampoco estaba tan mal acompañado mientras la esperaba. Y no parecía que se lo estuviera pasando mal.

Caminó hasta la barra y se pidió un cubata especial de aquella discoteca que llevaba martini, ron y whisky. Lo iba a necesitar. Habló con Eddie unos minutos, y luego se quedó allí mientras se lo bebía casi de un trago.

En la pista Harry la acababa de ver y sonrió. Siguió bailando, iba a esperar allí, sin moverse un centímetro. Llevaba hora y media mirando a la puerta; lo más lógico es que fuera ella ahora a buscarle a él.

-¡Turn the lights out now! – cantó Liam subiendo los brazos.

Todos le siguieron y sin dejar de cantar continuaron bailando aquella canción. A la espera de que la recién llegada se uniera a su grupo.

Ella se acercó con paso firme y decidido hasta su posición. Pidió disculpas por su retraso, y le dijo a Harry a la oreja que ya se lo compensaría de alguna manera. Aunque también tuviera que darle la explicación pertinente de su retraso. El chico sonrió y empezó a bailar con ella. Juntos. Por fin.

Las manos de ella recorrieron el torso del chico, pasando por todos los botones de su camisa, y acabaron metiéndose por el interior de esta. Él la rodeó con sus brazos, y juntó un poco más sus cuerpos que no paraban de balancearse al ritmo de la música. Ella sonrió, y se mordió el labio. Harry estaba tremendamente guapo con esa camisa aunque puede que no lo suficiente para ella.

Los demás se habían emparejado de manera diferente; cada oveja con su pareja. Niall se quedó junto a Zayn ya que Natasha se había ido aquella noche demasiado pronto. Danielle y Liam bailaban de una manera similar a la que lo hacían Harry y Caroline. Y Louis y Eleanor iban a su rollo, juntos pero puede que no fuera tan sensual como los demás. Más divertido, más suelto, más estilo Louis. Aunque de vez en cuando se acaramelaban y se llenaban de besos.

Harry se acercó hasta la oreja de Caroline, le apartó el pelo de la cara, y sin dejar de bailar le susurró:

-Me alegra que hayas venido.

Besos y abrazos de la autora;
Mery Da Font.