6 mar 2014

You Belong With Me: Capítulo cincuenta y cuatro.

¡HOLI!
Una vez más os pediré perdón por no subir regularmente... y mantengo que lo del horario de subidas seguiré (cuando acabe de subir este fic al que le queda ya poco). De verdad que lo haré. Aunque me cueste. Y bueno... no me excusaré por no subir... simplemente diré que a veces no tengo ganas de escribir, o no tengo tiempo material entre las clases y todo... Aunque tardar tanto es ya demasiado. Lo sé y lo siento.
Así que os dejo el capítulo cincuenta y cuatro y espero que os guste.
Respecto a todo lo que tengo atrasado y tengo que escribir os diré también que estoy en ello... siento mucho la tardanza y admiro vuestra paciencia.



Capítulo cincuenta y cuatro: Ajustando cuentas.

Jodie se había pasado dos días sin salir de casa (desde lo ocurrido con Harry) sin hablar con nadie que no fueran sus padres, hecha un ovillo en su cama mientras le daba vueltas sin parar a miles de pensamientos que no hacían otra cosa que atormentarla. Su teléfono no había parado de sonar en esos dos días pero ella no había querido responder a las llamadas, ya fueran de Louis, de Eddie, o incluso las de Sam. Suspiró. Aunque, una cosa estaba clara, si hubiera sido Harry el autor de esas llamadas le habría faltado tiempo para responder.
Las pretensiones de la chica eran quedarse allí hasta que todo el mundo se olvidara de ella o hasta que el mundo se acabara, lo que pasara primero.

*

Dos días antes.

Un coche desconocido estaba aparcado delante de la casa de los chicos de One Direction pero nadie se había dado cuenta ya que los acontecimientos sucedidos el día anterior no dejaba mucho tiempo para fijarse en detalles insignificantes como los coches aparcados.
Del vehículo se bajo un chico moreno, alto y con una figura muy bien definida; era atlético y fuerte pero sin pasarse. Sin pararse a contemplar la casa o el precioso día que hacía el chico caminó decididamente hacia la puerta, una vez allí picó al timbre y esperó a que le abrieran. No pasó mucho rato hasta que un sonriente Liam Payne le abrió la puerta.

- Hola – dijo el chico.
- ¿Qué hay? - contestó Liam. - ¿Tu eres...
- Dylan. El novio de Sam.
- Cierto, sabía que te conocía. - sonrió el cantante. - ¿Quieres pasar?
- Bueno, de hecho vengo a hablar con Zayn. ¿Está en casa?
- Sí, pasa al recibidor, voy a llamarle.

Dylan pasó al interior de la casa y se quedó asombrado al verla. ¡Y eso que no la había visto entera! Sus ojos no veían más allá del recibidor y el comedor pero todo parecía muy espacioso, luminoso y decorado con un gusto exquisitamente caro.
El mayor de los cinco amigos se adentró en la casa en busca del chico de ascendencia árabe dejando a Dylan esperando allí. El joven se desabrochó la chaqueta y se cruzó de brazos mientras no dejaba de devorarlo todo con la mirada. ¡Menudo chollo eso de ser cantante! Y pensar que él había estado trabajando para ellos... ahora les tenía más bien envidia y quizá algo de asco (pero eso era algo que nadie debía saber, y Sam la que menos).
Pocos minutos después apareció Zayn Malik caminando por el comedor hasta llegar a la posición en la cual se hallaba Dylan. Iba descalzo y sólo vestía unos pantalones de chándal de color gris lo cual dejaba ver todos sus tatuajes e hizo que el joven que lo esperaba rodara los ojos.

- Dylan, qué sorpresa. - dijo Zayn cuando estuvo a unos metros de él. Ninguno de los dos hizo un gesto de saludo, ni un intento de ello, y eso denotaba cierta hostilidad entre ellos.
- Ya ves. Me he dignado a visitar a la estrella del pop. - siseó el joven, su voz sonó sarcástica lo cual no pilló por sorpresa al cantante.
- ¿Qué quieres?
- Wow. ¡Tranquilo Malik! - rió Dylan mientras el otro chico alzaba una ceja.
- No me digas que me calme y menos cuando eres tú el que ha venido a mi casa. - le advirtió Zayn. - Así que ya me estás diciendo qué quieres y te largas cuanto antes.
- Vaya, el famosillo tiene mal genio. - volvió a reír el chico mientras se acercaba peligrosamente a Zayn. - Pues mira... te diré lo que quiero. Quiero que dejes en paz a Sam, que no te acerques a ella; ni la toques, ni la mires, ni la llames. Nada. ¿Entendido?
- ¿Me estás amenazando? - preguntó Zayn incrédulo. ¡Aquel idiota se había tomado la molestia de ir hasta su casa para amenazarle! No se lo podía creer. - ¿Y en mi casa?
- Sam es mía, está conmigo. Acéptalo. Me prefiere a mí, tu solo eres un pasatiempo que sale en las revistas... Así que aléjate de ella.

El cantante sonrió socarronamente y alzó, todavía más, las cejas. Así que esto era por Sam. La cosa se estaba poniendo interesante... La cosa era que él, técnicamente, no había hecho nada, solo ofrecerle un amigo a la chica para cuando ella lo necesitara pero si Dylan se sentía amenazado era porque, quizá, para Sam las cosas estaban empezando a ser diferentes. Y al mayor no le extrañaba. Sinceramente nunca entendió que había visto en ese prototipo de guardia de seguridad con afanes de policía hormonado.
Esta vez fue Zayn quien se acercó peligrosamente a Dylan, la distancia entre ellos era ahora de unos escasos diez centímetros, y la tensión entre ellos era más que palpable.

- Mira, Dylan – empezó a decir Zayn con amargura pero sin levantar la voz en ningún momento. - Tú no eres nadie para decirme qué debo hacer, ni con quién. Y respecto a eso de que Sam te prefiere a ti... no estoy tan seguro, porque siempre vuelve a verme. Eso sí, nunca, jamás, le he puesto una mano encima, no al menos de la manera en la que tu piensas. No me he acostado con ella, ni lo haré, porque respeto las relaciones de los demás... pero plantéate tu relación porque parece que está haciendo aguas.

Mientras hablaba Zayn había cogido la camiseta del chico con su puño derecho y lo había acercado más a él para poder decirle todo eso mirándole a los ojos, amenazante, desde demasiado cerca. Era cierto que le sudaban las manos y estaba nervioso porque el hecho de que Dylan fuera más fuerte que él también le condicionada bastante pero no iba a permitir que le amenazaran en su casa y más que condicionaran su vida. Zayn no era un chico violento y todo el mundo lo sabía... pero no iba a dejar que Dylan lo descubriera. Por primera vez parecía que se había despertado un Zayn algo más agresivo.

- Ahora... tú y tu cara de niño guapo os vais de mi casa, para no volver. - anunció firmemente soltando al chico del agarre.
- Me voy, no te preocupes, no tenía ganas de quedarme. - dijo Dylan tocando la zona donde Zayn le había agarrado de la camisa. - Pero créeme que volveré si tú y tu cara de famoso de pacotilla no os alejáis de Sam.

Dicho esto, que fue dicho a propósito y con tono socarrón, Dylan abrió la puerta principal de la casa y la cerró tras de sí con un portazo dejando a Zayn en el recibidor de su casa con cara de pocos amigos.

*

Liam y Danielle estaban sentados en la terraza del jardín de la enorme casa que tenían los chicos a las afueras de la ciudad disfrutando del poco sol que brindaba la primavera inglesa. En la mesa que tenían delante de ellos había un par de bebidas refrescantes y unos aperitivos. Era una agradable manera de pasar la mañana con tu pareja.

- ¿Cómo están las cosas por aquí? - preguntó Danielle mientras bebía de su vaso.
- Bueno... todo está algo revuelto. Ya sabes lo de Harry y Caroline... - susurró Liam. Al final todos se habían enterado pero preferían no hablar del tema, por lo menos no en presencia del pequeño. - ¿Se sabe algo de Jodie? ¿Está bien?
- No nos coge el teléfono a ninguna... lo hemos intentado sin parar desde anoche, pero nada.
- Qué raro... pensé que os contaría lo ocurrido, desde su punto de vista. - siseó Liam.
- Nosotras también... pero Sam dice que Jodie cuando realmente está mal prefiere sufrir ella sola. Es raro pero también es comprensible. - Liam asintió porque su novia tenía razón. - Lo último que sabemos fue que ella habló con Louis esa noche para contarle lo ocurrido.
- Y así fue como Louis pudo encontrar a Harry...
- Exacto.

Los dos se quedaron en silencio unos segundos mientras el sol se abalanzaba sobre ellos, bronceándolos tenuemente y dándoles algo de calor que agradecían infinitamente. El viento quiso hacer acto de presencia y jugó coquetamente con el pelo de Danielle a lo que ella sonrió y lo colocó en su sitio.

- ¿Y Harry cómo está? - preguntó entonces la chica.
- Se niega a creer que sea verdad. Así que... sigue como siempre, aunque se le ve bastante más decaído.
- Porque en el fondo sabe que es verdad. - sentenció Danielle. - Era de esperar. Y más por su parte.
- Danielle... - advirtió su novio.
- ¿Qué? Es verdad, Liam.
- Ya, pero sigue siendo la novia de Harry.
- Pero no quita que haya sido una mala novia. - la chica remarcó la palabra “mala”, aunque podría haber usado un apelativo peor.
- Acepto que ha sido una mala novia – accedió Liam remarcando la misma palabra que su chica. - ¿Pero qué quieres hacerle? Es algo entre ellos dos.
- No te olvides de Jodie. - el chico enarcó una ceja. - Está metida en el pastel, también.
- Pero ella está con Eddie.
- ¡Vamos Liam! ¡Todo el mundo sabe que está coladita por Harry! - rió Danielle. - Hasta Eddie.
- ¿Tu crees que...
- ¿Que lo dejaría si pudiera estar con Harry? - el chico asintió. - Sí. Y Eddie también lo sabe. Así que será él el que la deje ir... ya lo verás.
- Es triste. Eddie es un buen chico y siempre hemos tenido buena relación con él...
- No tiene por qué cambiar eso, Liam. - comentó su chica. - Eddie es un chico razonable y sabe que no se puede obligar a alguien a estar contigo.
- Pero hay cierta tensión entre él y Harry... quizá no vuelva a ser lo mismo.
- Deja de preocuparte por eso... pasará lo que tenga que pasar. Y es normal que haya tensión entre ellos les gusta la misma chica.
- ¿Jodie? - preguntó Liam comiendo una de las galletitas saladas que tenían en la mesa.
- No, Eleanor. - los dos se quedaron en silencio unos segundos. - ¡Claro que Jodie, tonto!
- Bueno, según Harry está muy enamorado de Caroline.
- Harry no sabe lo que quiere. - rió la chica. - Pero cuando Eddie encuentre a alguien con quien compartir su vida, que no sea Jodie, claro está, las cosas volverán a ser iguales. No te preocupes.
- Supongo... - susurró Liam. - ¿Y ahora qué hacemos?
- Localizar a Jodie y hablar con Harry.

*
 


El timbre de casa de Jodie sonó incansable y repetidas veces. La chica se acurrucó en su cama, mucho más, debajo de las sábanas sin querer salir. El timbre volvió a sonar y ella rodó los ojos. ¿Por qué nadie abría la maldita puerta?

- ¡Mamááááááá! Abre la puerta. - gritó la chica sin moverse pero nadie contestó a su grito. - ¿¡Mamááááá!? - El silencio le contestó y la chica chasqueó la lengua. No quería ir a abrir ella. Y el timbre sonó otra vez. - ¿¡Papaááááá!? - Nada.

La chica se levantó de la cama, se puso las zapatillas y bajó hasta el piso de abajo. Durante el trayecto el timbre seguía sonando incesante, una y otra y otra y otra vez. Resopló. ¿Quién narices era tan insistente? Rodó los ojos cuando estuvo en el comedor.
Antes de abrir se miró al espejo y suspiró al ver lo que vio. Tenía el pelo revuelto, los ojos hinchados y envueltos en ojeras. Y llevaba así dos días. ¿Por qué? Se suponía que ella tenía un novio y debía ser feliz con él, no debería estar llorando por una pelea con un chico el cual tenía novia (aunque ésta fuera una zorra). El timbre sonó otra vez y ella rodó los ojos. ¡Qué pesadez!

- ¡Yaa voooooy! - gritó y una voz cantarina le contestó a través de la puerta pero no reconoció de quién era, ni que decía. Segundos más tarde Jodie abrió la puerta y se encontró en su puerta, plantados como dos árboles, a Niall Horan y a Louis Tomlinson. - ¿¡Louis!? ¿¡Niall!?
- ¡Por fin! - rió Louis colocándose bien el pelo con un movimiento de cabeza. - ¡Ya era hora!
- Hola Jodie. – saludó Niall riendo.
- Podemos pasar, ¿verdad? - rió Louis también con naturalidad y pasando al interior de la casa. Jodie rodó los ojos. Se le había olvidado lo despreocupado que era este chico y lo difícil que era decirle que no.
- Claro, claro... ¡adelante! Cómo si estuvierais en casa.

Niall sonrió y se adentró en la casa sentándose en el sofá al lado de su amigo Louis. Al principio se había opuesto a ir a buscar a Jodie pero después de dos días sin que la chica diera señales de vida y con Harry actuando como si no hubiera pasado nada... debían intervenir y aquella era la única manera. Además, ver la cara de la chica había sido divertido aunque tenía peor aspecto que de costumbre, se notaba que esos dos días no habían sido los mejores de su vida. Pero para eso habían ido hasta allí: para acabar con todo aquello.

- ¿Cómo estás? - preguntó Louis que estaba sentado como un indio en el sofá de casa de la chica.
- ¿No es obvio? - respondió la chica suspirando. - Mal, Louis.
- Ya lo esperaba.
- Por eso hemos venido – se apresuró a decir Niall. - Ya que no contestabas...
- ¿Y Harry? ¿Cómo está?
- Estás mal y te preocupas por él... ¿en serio? - Louis rodó los ojos. - ¡Preocúpate por ti, mujer!
- Es normal que se preocupe por él... nosotros también lo hacemos. - concedió Niall. - Está... bien, supongo.
- ¿Supones?
- Sigue en fase de negación – suspiró Louis. - Y por eso necesitamos tu ayuda.
- ¿Mi ayuda? - preguntó la pequeña, sorprendida.
- Sí. Nos tienes que ayudar a saber quién es el amante de Caroline... nombre, descripción, todo lo que puedas decirnos nos sirve. - explicó el irlandés. - Y luego... tenemos que idear la manera de que Harry los pille y pueda comprobar que es real para que pueda seguir con su vida.
- Debe verlo para poder superarlo – concluyó Louis. - Y tu vas a ayudarnos.
- Estáis locos. - suspiró Jodie. - No vais a conseguir nada y os vais a ganar broncas con Harry.
- Vamos a ver, Jodie. - dijo Louis levantándose y acercándose a ella. Le puso una mano en los hombros y la miró con ternura. - Tu quieres que él sea feliz y sólo lo será si se libra de Caroline... así que no hay ninguna otra manera.

Jodie meditó lo que los chicos le proponían y no le pareció tan mal plan. Debían hacer que Harry pillara juntos a Caroline y a Adam, su amante, para que se diera cuenta de que las cosas no eran tan bonitas como parecían. Estaba claro que eso sería un gran palo para él pero... ¿qué podía ser peor, ya? El daño estaba hecho... ahora hacía falta repararlo.

- Esta bien. Os ayudaré. Pero máxima discreción con todo esto... debe parecer casualidad. - dijo ella. Niall y Louis saltaron de alegría y se acercaron a abrazarla.
- Caroline Flack... vete despidiéndote de tu rol de niña buena. Vamos a desenmascararte. - comentó Niall muy solemne a lo que Jodie y Louis rieron sin poder evitarlo.

See you soon, xoxo
Mery.