29 abr 2013

You Belong With Me: Capítulo treinta y nueve.

¡HOLA! Sé que es tarde... pero le he prometido a @AwayFrom1D que le daría amor... y su manera de que le de amor es subiendo el capítulo de Hodie, por fin. Así que nada... espero que os guste y esas cosis :)))


Capítulo treinta y nueve: London Eye (parte dos).
Jodie caminó por la cabina, nerviosa. No se esperaba encontrase con Harry, es más, desde la noche de los premios que no le veía y no estaba segura de sí quería verle. Los últimos días habían sido unos buenos días para ella, a pesar de que no había olvidado que seguía queriéndole como al que más, Eddie había sido una buena compañía y parecía que las cosas funcionaban. Aunque, por alguna extraña razón, esperaba que Harry no supiera nada y, así, todo sería más fácil.
Intentó abrir la puerta pero estaba cerrada con un mecanismo de seguridad, con el cual solo podías abrir desde fuera. Chasqueó la lengua.
-       Jodie… escucha… yo – empezó a decir él.
-       Harry, no lo intentes porque no te va a servir de nada.
-       ¡Escúchame! Es lo único que te pido.
-       Que no quiero escucharte. Es lo único que te digo y, parece ser que, no lo entiendes.
Ella se sentó en el otro banco que había, lo más lejos que pudo de él, con las piernas cruzadas, como si fuera un indio, y se dedicó a mirar por la ventana. Si tenía que estar cuarenta minutos allí con él iba apañada.
Harry resopló puesto que sabía que no iba a ser nada fácil hacer que ella entrara en razón… pero es que si las cosas fueran al revés, el habría actuado de la misma manera. O quizá peor. 
Permaneció sentado en el banco, justo delante de ella, sin decir una palabra. Tenían cuarenta minutos para estar juntos allí y encontraría la manera de hacer que terminara bien.
Jodie miraba el paisaje por la ventana y veía como poco a poco la noria se movía, lenta, pesada, con su movimiento habitual. Su mirada se posó en la multitud que se concentraba a sus pies, en la entrada de la noria, donde aún seguían Niall y Louis mirando hacia arriba, como si esperaran algo.
Entonces sonó el teléfono dentro de su bolso. Rebuscó en él bajo la atenta mirada de Harry, cuando lo encontró, leyó el mensaje que tenía.
“Dale una oportunidad a Harry. Y no nos mates, anda. Niall, xx”
Dejó el móvil donde estaba sin poder contener una sonrisa. Lo tenían todo planeado los muy… cabrones. Miró al chico de rizos que, por un segundo, no la espaba mirando a ella sino que miraba a sus zapatos, pensativo.
Ninguno de los dos sabían cuanto tiempo habían estado en silencio pero aquello les estaba matando. Tenían tantas cosas que decirse y tantos muros que no iban a derribar por orgullo… que su historia parecía una tragedia de aquellas que son dignas de un libro.
-       Jodie…
Empezó a decir él. Esperaba que ella le respondiera algo cortante y seco pero no lo hizo. Era como si realmente quisiera escuchar lo que le tenía que decir. Solo faltaba que quisiera hablar, también, y para ello tenía que encontrar la manera de provocarla.
-       Verás… sé que he sido un capullo y un insensible, también.
Jodie se giró a mirarle y lo miró fijamente, como si le diera la razón en lo que estaba diciendo pero sin una sola palabra. Y, a Harry, le estaba matando su silencio.
-       Y que me merezco la hostia que me diste – ella enarcó una ceja. – Y quizá me merezca unas cuantas más... pero no me gusta estar en esta situación. Quiero decir, no quiero estar mal contigo. Porque… porque tu eres una buena chica y… y yo no soy, precisamente, el bueno de la película.  
Harry se levantó y paseó por la pequeña cabina de la noria en la cual estaba encerrado. Aquello se estaba convirtiendo en un monologo en el que, si ella no decía algo pronto y se dejaba llevar demasiado, acabaría diciendo más cosas de las necesarias.
Se pasó las manos por los rizos, pensando que decir para que ella le contestase ni que fuera una simple palabra. Se había llamado capullo e insensible y no le había dado ni la razón. ¿¡Qué más quería!? Suspiró. 
-       Sé también que no tiene mucho sentido que venga, precisamente ahora, a pedirte perdón y pienso que no me crees cuando te digo que me importas lo suficiente como para montarme en una noria contigo por sorpresa, aún corriendo el riesgo de que no me hagas caso…
Jodie cambió de posición y siguió mirando por la ventana, como si aquello no fuera con ella. El chico desvió su mirada hacia el oscuro cielo de Londres. Estaba claro que necesitaba más que todo aquello para hacerla hablar y aunque no quería recurrir al tema estrella de la última semana… era su única opción en aquel momento.
-       No tengo derecho a encerrarte aquí para pedirte perdón y menos cuando tú estás intentando empezar algo con Eddie. – Suspiró. Ya está, ya lo había dicho.
Ella se sobresaltó al escuchar el nombre del pelirrojo en los labios de Harry. ¿¡Cómo narices se había enterado!? Lo que menos quería era que él lo supiera porque supuestamente estaba intentando olvidarle.
Se levantó del banco rápidamente y le miró.
-       ¿Cómo sabes eso? – preguntó ella en un susurro. Harry sonrió satisfecho.
-       Eso no importa ahora. Lo que importa es que… estoy intentando arreglar lo que hice.
-       No hay nada que arreglar. Lo dejaste todo bien claro con lo que dijiste y yo, supongo que, también con la hostia que te dí aquel día.
Harry se posó la mano en la cara, recordando el momento en que ella le había pegado. Parecía que volvía a notar el dolor, como si le hubiera vuelto a pegar. Se giró y se quedó de espaldas a ella, mirando hacia el vacío.
-       Pero… - añadió ella aún susurrando. – Si te interesa saberlo… Eddie y yo no tenemos nada serio. No somos novios, ni nada por el estilo.
Jodie no tenía ni idea de porqué le había dicho aquello, quizá una parte de ella deseaba que sí que le importara y necesitaba aclarárselo.
-       Pérdoname, Jodie, por favor. – le suplicó él mirándola de nuevo. – No quise decir aquello cuando fui a verte a tu casa, de verdad. No sé que me pasó… estaba nervioso y tenía mucha presión encima, ya sabes como es Caroline. Justo venía de verla… y bueno… ella no quiere que tenga mucho trato contigo.
-       Ella no quiere que tengas trato con nadie. – le cortó la pequeña.
-       Quizá es algo posesiva… - accedió Harry a lo que ella enarcó una ceja. – Bueno, bastante. Pero eso no viene al caso… La cosa es que yo dije algo que no sentía de verdad.
-        Ah, o sea, que ahora… no eres tan inalcanzable como lo eras antes de conocerte, ¿no?
Jodie repitió aquella frase con recelo y rabia. Esa era frase, por la cual él le estaba pidiendo perdón, que jamás debería haber sido dicha y que, sin embargo, salió disparado, como un misil, de la boca del chico de rizos.
-       Mira Jodie…
Harry se acercó a ella y la miró a los ojos. Le acarició suavamente la mejilla, sin decir ni una palabra, disfrutando de la sensación de tenerla tan cerca, otra vez. Se sintió bien. Por una vez, se sintió bien. Suspiró porque no quería hacerle más daño del que ya le había dicho.
-       Como ya he dicho fui un capullo y sigo siéndolo… no creo que eso cambie nunca, no se tratar a la gente como se merece y eso es un hecho. Y por eso te pido perdón… porque me pasé y porqué no te he tratado como te mereces.
Jodie abrió la boca para replicarle algo pero él no la dejó hablar. Le apartó un tímido mechón que caía libremente y se lo colocó detrás de la oreja.
-       No puedo pedirte que dejes a Eddie, si es que estáis juntos, al igual que no puedo impedir que hagas tu vida con cualquier otra persona… no puedo hacerlo porque no puedo asegurarte que vaya a dejarlo todo por ti. Me gustaría, creéme que sí, todo sería mucho más fácil y sé que así se acabarían los sufrimientos… pero no puedo hacerlo. Así que sólo te pido que me perdones y espero que lo hagas, por favor.
Las palabras resonaron en la cabeza de Jodie como un eco profundo. Una a una. Poco a poco. A ella también le encantaría que él lo dejara todo por ella… pero, por desgracia, no iba a ser así.
-       ¿Qué se supone que debo decirte ahora? – susurró ella confundida. Harry sonrió dulcemente.
-       Dime que me perdonas. Por favor…
-       Supongamos que te perdono, después, ¿qué pasará? ¿Tú correrás a los brazos de Caroline, otra vez, y yo… yo me quedaré en las mismas?
-       No sé lo que pasará luego, Jodie... – dijo él con sinceridad. – Mi vida es como una carrera de atletismo, de esas en las que se saltan vallas, y ahora estoy saltando esta… Luego ya saltaré las que vengan.
Jodie no sabía que decir… Harry tenía razón, en parte, pero ella tenía miedo de lo que pasara después. Obviamente, siempre estarían mejor si se perdonaran pero las cosas seguirían como hasta entonces… cada uno por su lado y como si nada.
Se miraron a los ojos, intensamente, durante unos segundos que parecieron horas y finalmente él rompió el silencio, otra vez.
-       Bueno… ¿me perdonas o no?
Ella se acercó al chico de rizos y se dejó envolver por los brazos de este en un tierno abrazo. Apoyó la cabeza contra su pecho escondiendo algunas tímidas lágrimas que salían sin poder evitarlo.
-       Maldita sea Harry… - susurró ella. – Claro que te perdono.
Harry sonrió contento por haber saltado una de las vallas aunque estaba seguro que las que venían eran igual de difíciles o incluso más. 


Besos, Mery, xx.

23 abr 2013

COMING SOON: NUEVOS PROYECTOS.

¡¡Hola a todas!!
Los escritores siempre tienen algo en mente: un lugar, un personaje, una pequeña conversación, lo que sea... y poco a poco eso conforma una nueva historia. Y, a veces, tienen hasta más de una a la vez en la vente.  Esta entrada es para avisaros y dejar constancia de todos mis nuevos proyectos que estoy segura vendrán unos cuantos más. Porque escribir es lo que me gusta y lo que hago casi a diario. Así que ya sean historias largas o cortas... algo tendréis.
Esto estará continuamente cambiando porque los proyectos van acabando y van empezando otros nuevos. Aunque sólo os dejaré los que tenga claros que realizaré y que subiré al blog porque sino es así y tuviera que dejaros todas las ideas que se me ocurren, después  me "obligaría" a escribirlos. Y eso no mola.
Espero que esperéis con ansias las nuevas historias igual que yo espero con ansias subirlas y ver vuestras opiniones.

ACCIDENTALLY IN LOVE.


Autora: Elisabeth Jones y Mery Da Font (o lo que es lo mismo: una amiga mía y yo).
Género: Cómedia romántica.
Idioma: Castellano.
Advertencias/comentarios de la autora: Contiene un par de escenas subidas de tono y bastantes palabrotas o expresiones malsonantes. Lo leéis bajo vuestra responsabilidad, yo no me hago cargo de nada.
Grupo/Cantante/Personalidad protagonista: McFly  y One Direction (aunque más concretamente: Danny Jones y Harry Styles, pero aparecen todos).
Resumen: Eli y Mery son amigas y compañeras de piso desde ya hace un tiempo. La mayor, Eli, es fotógrafa y la pequeña proyecto de periodista. Sus vidas son de lo más normales y tranquilas hasta que a ambas se les presenta una oportunidad que no pueden rechazar: realizar el especial de fin de año que se emitirá en todas las televisiones de Londres en directo y que les llevará a conocer a nueve chicos muy dicharacheros que se las ingeniaran para volverlas locas, en todos los sentidos. 

EXORDIUM.


Autora: Mery Da Font.
Género: Drama/Bandas callejeras.
Idioma: Castellano.
Advertencias/comentarios de la autora: Contiene bastantes escenas subidas de tono y muchas palabrotas o expresiones malsonantes, teniendo en cuenta el contexto de la historia. Además de hablar de sexo, prostitución, drogas, alcohol, y el consumo de estas substancias. Lo leéis bajo vuestra responsabilidad, yo no me hago cargo de nada.
Grupo/Cantante/Personalidad protagonista: One Direction y WentWorth Miller.
Resumen: Una de los muchos suburbios de Londres está controlado por dos bandas. Dos bandas que están enfrontadas entre ellas por el control de dicha zona: los Slippery Snakes y los Silver Beasts. Hay una guerra declarada y abierta entre ellas, guerra que derramará sangre. Aunque, ¿quién dijjo que entre tanto chico malo, tantas chaquetas de cuero y tantos problemas no se puede encontrar alguien con quién compartir más que palabras?

17 abr 2013

You Belong With Me. DOS CAPÍTULOS. (+IT'S MY B-DAY).

YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYY!!
Hola a todas preciosisisisisisisimas lectoras :)
Pues no sé si lo sabréis o no, pero hoy es mi cumple y bueno me hago oficialmente una adulta. Sí, sí... cumplo 18. ¡Qué vieja! Pero gracias a eso podré entrar sin un adulto al concierto del 22 porque el adulto seré yo. MUAHAHAHAHAHAHAHA. Ok. Dejando eso de lado... pues he tenido un día bastante chachioso y me ha venido a ver una amiga a la cual quiero mucho mucho mucho y me ha traído una cosica muy bonica de parte de Harry (teoricamente xDDD). Era una piruleta de esas gigantes, unas gafas rollo rayban de mi color favorito y un dibujito del guaposo de rizos.

( Este es el dibujito que me ha hecho Eli... es una tontería de nada pero me ha hecho mucha ilusión)

Y bueno, como estoy muy contenta y eso... os dejo dos capítulos y así disfrutáis como yo. Espero que os guste y esas cosas.


Capítulo treinta y siete: Tiene que salir bien.
Harry había amanecido en un Londres bastante tranquilo después de los últimos tumultuosos días en los que había pasado de todo. Los chicos ya se habían enterado de lo de Jodie y Eddie y encima habían escuchado el propio testimonio de la chica, aunque ella no era consciente. Sintió celos al escuchar su propia voz decir que sí se había enrollado con él y que, probablemente, no le importaría repetirlo.

* * *

Se encontraban sentados en dos sofás, todos, alrededor del móvil que estaba en la mesa de café. Los chicos algo desconcertados y más callados que un muerto estaban siendo testigos de todo lo que las chicas hablaban.
-       Va Jodie, cuéntanoslo todo. – le pidió Anne mientras se acercaba más al teléfono que tenía puesto el manos libres.
-       No hay mucha cosa que contar, Anne. Además si ya lo sabéis…
-       Bueno, queremos escucharlo de tu boca. – esta vez habló Eleanor. – Venga, enana, no te hagas de rogar. Cuéntanos esos detalles de chicas, por favor.
-       Si, venga, cuentamos. – la animó Danielle. - ¿Cómo besa? ¿Besa bien? ¿Y quien se lanzó él o tu?
Los chicos estaban algo atónitos. ¿Aquello era algo que las chicas solian contarse siempre? ¿Sabrían todo de todas y, por tanto, también de lo que hacían con ellos? Liam rodó los ojos. ¡Qué cotillas podían llegar a ser! Aunque pensándolo bien… ellos también solian contarse esas cosas.
Harry rodó los ojos sin estar muy seguro de si quería escuchar la respuesta a eso. Estaba a punto de levantarse e irse pero la mano de Louis en su hombro lo retuvo y lo tranquilizó, en parte. Aunque el menor seguía sin entender porque se sentía así. 
-        A ver… - cedió la pequeña que en su cuarto miraba a Eddie mordiéndose un labio. – Sí, besa bien. Muy bien. ¿Cómo? Es… no sé. Es suave e intenso a la misma vez, como si te electrizara. Y respecto a quién dio el paso… sinceramente no lo sé.
Harry rodó los ojos. ¡Lo que le faltaba! Escuchar como narices besaba otro…
-       ¿Cómo que no lo sabes? – dijo Eleanor, intentando investigar en el asunto.
-       No. Había bebido algo más de la cuenta por lo de Harry, ya sabéis.
Todas las miradas se dirigieron al chico de rizos que les devolvió la mirada serenamente. Él no tenía la culpa. Bueno, quizá un poco sí… Había creado cierta tensión entre ellos y encima, Caroline, que era como la guinda del pastel la había liado más. Pero… ¿qué cojones hacía él intentando justificar todo aquello? Si no era asunto suyo…
-       Hablando de Harry… ¿quién besa mejor? ¿El pelirrojo o él? – preguntó Anne mirando al susodicho. Aquello era una provocación en toda regla pero, por alguna extraña razón, quería quedarse a escuchar la respuesta.
-       Emh… - la voz de Jodie dudó al otro lado de la línea. – Son diferentes. Primero que el beso que me di con Harry fue como una especie de reto donde uno intentaba dominar al otro. Fue muy pasional e intenso. Y… - suspiró. – Empate.
-       ¡Lo sabía! – gritó Danielle. – Te gustan los besos de Eddie tanto como los de Harry y eso es un problema, enana.

* * *

Los acontecimientos estaban sorbrepasando la capacidad de aguante del chico de rizos quien se había ido a dar un paseo para poder despejar sus ideas. Quería pensar y reflexionar sobre sus sentimientos de celos a los cuales no les encontraba una explicación lógica. Suspiró. Había pasado casi una semana desde eso y seguía siendo el tema de casi todas las conversaciones y el tema predominante en sus pensamientos.
Su subconsciente y su coche lo llevaron hasta un Milkshake City. Ese sitio le traía muchos recuerdos, de todo tipo. Se sentó en una de las mesas y pidió un batido y una madalena.
-       Aquí tienes Harry. – le dijo la conocida camarera cuando le trajo el pedido.
-       Gracias. – sonrió él. – Oye, ¿tienes un papel y un boli?
-       Claro, ahora mismo te lo traigo.
Poco después Harry estaba absorto en sus cosas, sin prestar atención a la gente que le miraba, escribiendo cosas en ese papel. Cosas inconexas y sin sentido. Cosas como: celos, ojos verdes, peleas, idiota, fan, novia, pelirrojo…

*

Niall y Louis estaban en el recibidor de su casa poniéndose las chaquetas y preparándose para salir. Ya habían avisado a Paul que les esperaba en la puerta con un equipo de seguridad reducido. Se iban de paseo por el centro de Londres y aunque normalmente lo hacían sin necesidad de la escolta… aquel día habían quedado con alguien y querían tener cierta soledad que era lo que esos gorilas que parecían armarios les proporcionaban.
-       ¡Nos vamos! – anunció Louis abriendo la puerta.
-       ¡Adiós! Pasarlo bien y darle recuerdos a Jodie de nuestra parte. – gritó Liam desde el comedor.
-       ¡Lo haremos!
Salieron de la casa y se montaron en el gran Range Over negro. Durante el trayecto hasta el centro de Londres, concretamente hasta el London Eye que era el punto de encuentro con Jodie, Niall se quedó mirando por la ventana con una expresión algo preocupada.
-       ¿Sabes algo de Harry? – preguntó a su amigo.
-       No, ahora iba a llamarlo para que mueva su culo hasta el London Eye.
-       Como no salga bien, Tomlinson… - susurró Niall.  
-       Saldrá bien, irlandés. – le aseguró el mayor. – Tiene que salir bien o nos tocará salir al escenario en calzoncillos.
-       Y seguiremos aguantando a la… - el rubio iba a decir una palabrota pero se contuvo porque esa “zorra” de Caroline Flack seguía siendo la novia de su amigo.  
-       No me lo recuerdes.
 Louis cogió su teléfono y llamó a su amigo, tal y como tenía previsto aunque este no supiera nada del plan que él y el irlandés se traían entre manos. El mayor confiaba en sus dotes de convicción para hacer que, estuviera donde estuviera, Harry moviera su asqueroso trasero hasta la noria más importande del Reino Unido.
Siendo sinceros, le costó un poco convencerlo ya que tampoco se encontraba en su mejor momento pero, al final, después de asegurarle miles de veces que iban a arreglar su asunto con Jodie el pequeño accedió a encontrarse con ellos en el London Eye a las siete.

* * *

-       Sobre todo, no te puede ver nadie. Ocúltate, escóndete, lo que sea. – Louis había repetido eso como ochenta veces y el chico de rizos seguía sin encontrarle un significado a aquello.  
-       ¿Y cuando sé que tengo que salir para encontraros? – preguntó desconcertado.
-       Tú escóndete y envíame un mensaje diciéndome dónde estas. Paul irá a buscarte cuando se lo diga o yo mismo, si es necesario.
-       Lou, esto es muy raro de verdad. – susurró Harry. - ¿De qué me va a servir para arreglar las cosas con Jodie esconderme en el London Eye?
-       Confia en nosotros, ricitos.

*  * *

 Llegaron al centro de Londres y los dos chicos se bajaron del coche seguidos de tres seguratas y Paul. Caminaron tranquilamente por las concurridas calles hablando sobre el plan: repasándolo una y otra vez. Tenía que salir bien.
Niall miró su reloj eran las seis y media, con suerte harían una cola para entrar de algo más de treinta minutos y así le daría tiempo a Harry a llegar hasta el punto de reunión. Él no era muy fan de las colas y más desde que ahora tenía el chollo de poder saltárselas todas pero esta vez debían hacerla y, es más, quería hacerla.
-       Louis… es peligroso que hagáis la cola para subir. Podéis subir los primeros, si queréis. – dijo Paul.
-       ¿Peligroso, Paul? ¿Qué tipo de gente hay en el London Eye? ¿Niños con sus madres, quinceañeras, parejas de enamorados? ¿Qué es lo máximo que nos puede pasar? ¿Qué nos reconozcan y nos pidan fotos? – Louis rodó los ojos. – Por favor, me apetece ser una persona por normal una vez.
-       Vale, vale. Como queráis.
Justo en aquel momento le virbró el móvil. Le acababa de llegar un mensaje que ponía todo el plan en marcha.
“Hey, Lou, estoy en el London. ¿Dónde estáis? Me voy poniendo a la cola, os espero. Jodie, xx.”
Sonrió. Estaban a menos de cinco minutos a pie del lugar donde se reunirían con la chica. Apretó un poco más el paso y los demás se amoldaron a su nuevo ritmo.
Al llegar allí observaron una larga cola pero no les importó. Buscaron a Jodie entre la gente, bajo la atenta mirada de todos aquellos que ya les habían reconocido, y se acercaron a ella. La saludaron con abrazos, besos y palabras de alegría.
-       ¿Era necesario traer tanta seguridad? – rió ella. – Os he visto en situaciones peores sin ninguno de ellos.
-       Ellos son como… tu seguro. – rió Niall, también.
-       ¿Mi seguro?
-       No preguntes. – dijo simplemente Louis.
Niall miró el reloj. Seis y cuartenta. Sonrió más tranquilo. Ahora solo tenían que esperar a Harry y que, por una vez, hiciera las cosas bien. 

Capítulo treinta y ocho: London Eye (parte uno).
Llevaban en la cola del London Eye cerca de cince minutos. Casi eran las siete y eso significa que Harry estaba al llegar.
En esos quince minutos algunas fans se acercaron a los dos chicos y les pidieron unas fotos que Jodie sacó de muy buena gana y esperó pacientemente a que los chicos pudieran estar por ella otra vez. Podría haberle molestado puesto que ambos habían quedado con ella pero el hecho de ser una fan hacía que ella lo comprendiera mejor.
-       Por cierto, os conozco ya desde diciembre o así… - empezó a decir Jodie. – Y no tengo ni una foto, ni un autógrafo, ni nada… ¿Qué clase de fan soy?
-       Una que tiene nuestros números de teléfono y viene a nuestra casa a dormir. – rió Niall.
-       Ya veo ya. – ella miró a la noria. – Me debéis una foto, eh.
-       Cuando quieras. – repuso Louis mirando a su teléfono.
A unos cincuenta metros del London Eye, Harry aparcaba su coche y se bajaba de él con tranquilidad aunque sin dejarle de dar vueltas a lo que le había dicho Louis. Su amigo podía ser muy raro e enigmático si se lo proponía.
Caminaba rápido y dio un rodeo para llegar a la noria por la parte de atrás y así no ser visto por la cola, que era lo que Louis le había dicho. “Sobre todo, no te puede ver nadie.” Había cogido uno de sus gorros del coche, además de unas gafas de sol y la bufanda que ya llevaba. Supuso que con eso serviría para no llamar la atención. Rodó los ojos sin entender nada de la situación pero confiaba en sus amigos, eran su única opción.
Se acercó a la cabina en la cual se compraban los tickets para subir a la noria por la puerta de atrás y picó a ella con fuerza. Esperó con las manos en los bolsillos y los hombros encogidos, como si así fuera a pasar desapercibido. Poco después abrió un chico joven y lo miró.
-       Hola. – dijo simplemente.
-       Señor, la cola es por el otro lado.
-       Lo sé, lo sé. Es que… verás…
Harry se quitó la bufanda y las gafas de sol y sonrió alegremente. La expresión del chico cambió por completo y también le sonrió.
-       Señor Styles… - susurrró él.
-       Sé que la cola es por el otro lado y que me la estoy saltando con todo el morro… pero he quedado con alguien, que sí que está en la cola, pero no me apetece ser visto precisamente hoy. – le explicó el chico de rizos.
-       ¿Y que puedo hacer por usted?
-       ¿Me deja que me quede aquí, en un rincón de la cabina, hasta que esa persona llegue para comprar el ticket y subir con ella?
-       Claro, no hay ningún problema. Pase.
Harry  pasó a la pequeña cabina y se quedó allí sin decir absolutamente nada, con sus gafas, su gorro y su bufanda. Miró su reloj: las siete y cinco. Sonrió. Sacó su móvil y le envió un mensaje a su amigo.
“Estoy en la cabina de los tickets, por si te interesa. ¿Cómo va todo? Harry. Xx”
Louis estaba tan pendiente de su móvil que nada más recibirlo le contestó.
Perfecto, Styles. Todo está saliendo a pedir de boca, cuando estemos a punto de llegar a comprar los tickets voy a por ti. Louis, xx.”
Ahora sí, no había marcha atrás. Y todo saldría bien. Sino… les iba a dar de hostias a los dos hasta que se perdonaran. Aunque sí que estaba claro que iba a ser muy difícil que Jodie escuchara las explicaciones de Harry. Eso estaba en las manos del ricitos.
Otros quince minutos habían pasado y Jodie, Niall y Louis se encontraban ya al principio de la cola prácticamente. La noche iba cayendo en Londres, las luces se encendían y Jodie no paraba de repetir que las vistas desde la noria serían estupendas aunque Louis y Niall creían que cuando estuviera allí no se fijaría precisamente en las vistas.
-       Voy a comprar los tickets, quedaros aquí y prepararos para subir que ya esta acabando la vuelta. – anunció Louis.
-       Perfecto. Te esperamos. – sonrió el irlandés.
Louis salió corriendo de la cola y se acercó al mostrador de los tickets sin mucho problema puesto que la gente le dejaba pasar. Eso de ser famoso tenía sus ventajas.
Se acercó a la ventanilla y el chico que había allí, el mismo que le había abierto la pierta a Harry le miró.
-       Hey, ¿Qué hay? – saludó Louis.
-       Señor Tomlinson, un placer tenerle por aquí.
Harry levantó la vista de su teléfono y miró a su amigo a través de las gafas. Sonrió ampliamente. No tenía ni idea de que era lo que tenía que hacer ahora pero le daba igual. Louis estaba allí y estaba dispuesto a ayudarle en lo que hiciera falta.
-       El placer es mío. – dijo él. – ¿Me podrías ayudar?
-       Claro, ¿Qué se le ofrece?
-       Quiero dos tickets para la siguiente vuelta y llevarme al rizos que tienes allí apalancado – los tres rieron.
-       Ahora mismo, señor.
El chico le dio los dos tickets y Louis los pagó de buena gana, ya pasaría cuentas luego con Harry si era necesario. Esperó a que Harry saliera de la cabina y se reunió con él. Se abrazaron unos segundos y luego chocaron los puños.
-       Cuéntame tu plan.
-       Vas a subirte a la noria con Jodie. Los dos en una cabina. Tienes cuarenta minutos para hacer que te escuche y te perdone. Es todo cuanto puedo hacer.
-       ¿¡Estás loco!? Me matará… - repuso Harry.
-       La encerrona era la única opción. Tienes que hacerlo si quieres arreglar las cosas y sé que quieres porque no sueles comportarte como lo hiciste.
Mientras Louis le explicaba todo y Harry pensaba que narices iba a hacer con Jodie solos en la cabina por cuarenta minutos… y, sobre todo, como narices iba a hacer que ella le escuchara caminaban hasta la entrada de la noria.
Jodie y Niall esperaban allí a que Louis llegara pero estaba tardando mucho. El guarda les hizo pasar la cinta que indicaba que estarían dentro en la siguiente vuelta. Jodie miraba a todos lados  y Niall observaba su teléfono por si se provocaba algún contratiempo. Pero levantó la vista un momento y vio a Louis y Harry corriendo hacia su posición.
-       ¡Mira Jodie, que bonito el Big Ben iluminado! – le dijo a la chica intentando desviar su atención.
-       Es bonito sí, pero parece que no lo hubieras visto nunca, Niall.
-       Sabes que estas cosas me hacen ilusión – él se encogió de hombros.
-       Oye, ¿y Louis?
-       ¡Estoy aquí! – se escuchó su voz y lo vieron llegar entre la gente, solo.
-       Has tardado mucho…
-       Lo siento. Unas fans me pillaron por sorpresa – se disculpó rascándose la nunca.
Niall lo miró con cara de expectación preguntando sin palabras donde se encontraba el chico de rizos y Louis sonrió dando a entender que todo estaba bajo control.
La noria se paró y la gente empezó a pasar por grupos cada una a una cabina.  Cuando les tocó a ellos Jodie entró hablando tranquilamente confiando en que Niall y Louis la seguían y que ellos entregarían sus tres tickets. Pero tras ella entraron ambos y Harry a un metro de distancia, sin que ella lo supiese.
Se metió dentro de la cabina y miró el paisaje sin dejar de hablar. Todavía no se había dado cuenta de nada. Harry fue empujado, literalmente, hacia el interior de la cabina aunque no estaba muy seguro de hacer aquello. Le tenía demasiado aprecio a su vida. 
-       Buena suerte – susurró Niall a Harry  cerrando la puerta tras él.
-       Louis, ¿me estás oyen…
Jodie se giró y no se encontró a Niall y a Louis como ella esperaba sino que en su lugar se encontró a Harry con una expresión indescifrable. Miró al exterior y se encontró a los dos amigos saludándola. ¡Los mataría!
-       ¿¡Harry!?
-       Hola. – dijo él, simplemente.
-       ¿¡Qué estás haciendo aquí!?
-       Yo también me alegro de verte.
Se sentó en uno de los bancos que había bajo la atenta mirada de ella. Ahora que ya estaba metido de lleno en el asunto no se encontraba tan nervioso como antes y, a decir verdad, ya se esperaba una reacción como aquella así que no se sorprendió en absoluto.
Observó como ella se pasaba las manos por el pelo, desesperada. Claramente no le gustaba la idea de la encerrona pero, como había dicho Louis, esa era su única opción. La única manera de que le escuchara. 



Besitooos y abrazos,
Mery Da Font, xx!

9 abr 2013

You Belong With Me; Capítulo treinta y seis. (+ de 5.000 visitas)

¡HOLA HOLA HOLA! Aquí vuelvo a estar yo con otro capítulo para vosotras, queridas lectoras.
Estoy muy contenta porque ayer superé las 5.000 visitas en el blog (que se dice pronto, eh. Cincomil. Cincomil.) Ha costado algo más de un año pero, por fin, veo que la cosa va marchando y que sí que leéis la historia y entráis a mi blog. ¡Me hace mucha ilusión, de verdad! No os podéis imaginar cuanto... Y quiero daros las GRACIAS a todas y cada una de vosotras, a todas y cada una de las que hacéis posible que el contador de visitas vaya subiendo y que a mi me den ganas de seguir escribiendo. ¿Y qué mejor manera de daros las gracias que subir un capítulo más? Ah, que se me olvidaba, ¡dentro de muy poco, (un capítulo o dos) habrá escena Hodie! Que estáis deseándolo todas, lo sé.
Pues nada... que millones de gracias a todas, otra vez más, y que no me enrollo. Espero que os guste el capítulo y esas cosas. <333


Capítulo treinta y seis: Buenas noticias o, quizá, no tan buenas.
Eran cerca de las nueve de la mañana cuando aparecieron por la puerta de la casa de One Direction el grupo completo de chicas entre excepto Jodie y Sam, que seguían recuperándose de la larga noche. Aunque al parecer Danielle, Eleanor y Anne estaban más que recuperadas y tenían una sonrisa enorme en sus labios.
-       ¡Qué buenos ánimos por la mañana! – rió Zayn.
-       Ya ves. Es lo que tienen las buenas noticias.
La voz de Eleanor resonó en la estancia mientras se acercaba a Louis y le daba un beso tierno. A él ese beso le supo a gloria y más después de la llamada que había recibido. Pero aquel saludo tímido le sabía a poco así que la correspondió más apasionadamente dejándola desconcertada.
-       ¿Buenas noticias? ¿Te refieres a lo que pasó anoche? – preguntó Niall pensando en que celebración particular habrían tenido ellos dos y la otra parejita oficial del grupo.
-       Más o menos. – esta vez quien habló fue Danielle.
-       ¿Más o menos? – inquirió su novio.
Las tres chicas rieron al ver el desconcierto de los chicos. Les gustaba tener información que ellos no sabían y, en realidad, no podía esperar a contarla y ver sus reacciones, en especial la de Harry.
-       Pues eso. Más o menos. – Anne se sentó en la mesa cogiendo un cruasán de la mesa.
-       ¿Queréis contarlos lo que quiera que sea que sabéis que nosotros no? – preguntó Louis.
Compartieron una mirada de complicidad antes de decidir que ya era el momento para contar lo que sabían. ¡Las buenas noticias volaban! Aunque eso de buenas… era relativo, para algunos más que para otros.
-       Venga, no os hagáis de rogar. – rió Harry bebiendo de su café.
-       Vale, lo diremos. – accedió Anne.
-       ¿Preparados?
-       Sí. – asintieron los cinco al unísono.
-       Bueno… pues… - empezó Danielle.
-       ¡Jodie y Eddie se han enrollado! – gritó Eleanor sin poder contenerse más.
Se hizo un silencio en la cocina. Las tres chicas estaban muy ilusionadas por la noticia y los cinco chicos estaban algo desconcertados aunque Liam y Zayn se alegraban mucho. Los otros tres… no tanto.
-       ¿¡A qué es genial!? – preguntó entusiasmada Anne.
-       ¡Claro! Merece estar con alguien que la quiera. – comentó Liam remarcando la palabra “alguien” y fijando su vista en Harry quien parecía ausente.
-       Pero… a ver…- la voz de Louis sonaba sorprendida. – Rebobinemos. ¿Cuándo se han liado? ¿Por qué? Y lo más importante… ¿cómo narices os enteráis de todo tan rápido?
-       Sam nos ha llamado y nos lo ha explicado todo. – respondió rápidamente Danielle. – Y se liaron anoche, en la discoteca.
-       ¿Sabemos el testimonio de la propia Jodie? – preguntó Niall dedicándole una mirada preocupada a Louis.
-       No. Pero no tardaremos en tenerlo – rió Eleanor.
A partir de aquella noticia en la mesa de la cocina no se hablaba de otra cosa. Todos estaban muy animados hablando del asunto, todos menos Harry quién seguía leyendo el periódico con su taza de café. Ladeó la cabeza y rodó los ojos. ¿Eso eran buenas noticias? Desde luego que no.
Estaba tan sumido en sus pensamientos que ni tan si quiera se dio cuenta de que se había quedado a solas con Niall.
-       Harry… - dijo él. - ¿Estás bien?
-       ¿Por qué lo dices? – preguntó el de rizos.
-       No sé, has estado muy callado.
-       Estaba leyendo el periódico. – el irlandés alzó una ceja.
-       Dime la última palabra que has leído.
-       ¿Qué?
-       Pues eso. ¿Qué es lo último que has leído?
-       Ai, Niall… no sé. – se rindió Harry.
-       ¿Ves? No estabas leyendo. – dijo triunfante.
-       No. ¿Y qué? – se quejó su amigo.
-       Qué te pasa algo.
-       No seas pesado, ¿quieres? – le pidió el menor dándole otro sorbo al café.
-       No, no quiero.
Se quedaron en silencio unos segundos. Niall estaba en lo cierto. Le pasaba algo pero intentaba aparentar normalidad como si en su interior no hubiera crecido esa sensación nueva en él: celos. Rodó los ojos, otra vez. ¿Por qué estaba celoso? Ni él mismo lo sabía.
Se suponía que él estaba con Caroline y estaba muy feliz. ¿Por qué no podía dejar que ella fuese feliz con Eddie? El pelirrojo era un gran chico y habían sido amigos desde hacía mucho tiempo. Debería alegrarse por la noticia, no sentir celos.
-       Venga vamos. – dijo Niall levantándose.
-       ¿A dónde?
-       Al comedor. A las chicas les ha dado por hacer de detectives. – rió.-  Vamos a investigar el caso Jodie.
*
Después de desayunar el pelirrojo y su acompañante se habían tumbado otra vez en la cama a dejar pasar el tiempo. Estaban tapados con la sabana hablando de todo y de nada. De lo que había pasado y de lo que estaba por llegar. Jodie sonrió sinceramente porque a pesar de estar enamorada de Harry se sentía muy bien con aquel chico. Y quería hacer preguntas sobre cómo se conocieron los dos chicos, la relación que mantenían, sus secretos y miles de cosas más.
El sol entraba por la ventana y los bañaba con su luz dorada. Parecía una escena de película solo que aquello era real, era un pequeño cuento de hadas particular dentro de la gran historia de su vida.
-       ¿Y cómo os conocisteis?
-       ¿Quién? ¿Harry y yo? – Jodie asintió. – Fácil: la discoteca. Mis cocteles fueron los primeros que consiguieron satisfacer el tremendo pozo sin fondo, en cuanto alcohol se refiere, que Harry tiene en su interior.
-       Vaya… - dijo la pequeña. – O sea, que pilló una buena.
-       ¿El primer día? – Eddie rió al recordarlo. – Bastante. Y luego se convirtió en algo rutinario, aunque él fuera menor. Eran buenos tiempos.
-       ¡Cierto! ¡Serás inconsciente! Harry era menor… - rió ella.
-       Harry ya sabía lo que se hacía, créeme.
-       Tú eres el mayor, se supone que, debes dar ejemplo y no dar cocteles explosivos a menores.
-       Habló la que cuando vino por primera vez seguía siendo menor y casi se bebe el agua de los floreros. – Jodie volvió a reír recordando aquella noche con las chicas. - ¿Te recuerdo como me suplicabas que te pusiera una copa más?
-       No, gracias.
Los dos se quedaron en silencio unos segundos y se miraron intensamente. Ella rodó por la cama y se acercó un poco más al chico pelirrojo, que no le quitaba los ojos de encima.
-       Pero respecto a la copa y mis suplicas… - susurró ella seductoramente mientras le pasaba las manos por el pelo. – Al final cediste.
-       Nunca.
-       ¿Cómo que no? Serás mentiroso Edward.
Era la primera vez que ella le llamaba por su nombre completo y ¡qué bien sonaba! ¡Edward! Parecía música para sus oídos, una música que podía escuchar todo el día sin parar y no le importaría.
-       Yo no miento. – rió él acercándose a ella. – Nunca. – añadió en un susurro.
Estaban bastante cerca el uno del otro, otra vez, casi podían respirar sus alientos, casi podían besarse, si quisieran. Y querían hacerlo. Ambos. Aunque quizá no con la misma intensidad. Eddie acarició el brazo de Jodie que estaba tendido en la cama y sonrió cuando empezó a sonar el teléfono de la chica.
Se acercó a cogerlo y vio un nombre bastante familiar en la pantalla: Eleanor Calder. Rodó los ojos. Estas ya se habrían enterado debido a la gran bocaza de Sam y ahora querrían explicaciones. Explicaciones que ni ella tenía.

Besos, 
Mery Da Font, xx.