Hey there!
Aquí estoy otra vez con otro capítulo. He tardado un poco porque entre el concierto y tal... no he tenido tiempo. Y además que mis feelings están multiplicadas a la máxima potencia y a la mínima me pongo tonta. Entonces pues ha costado lo suyo escribir.
Peeeero ya está. Aquí tenéis el capítulo cuarenta y uno que, en apariencia, no es muy importante pero luego tendrá su relevancia porque... dos de los personajes entran en el juego ideado por Louis. Espero que os guste... y poca cosa más. <3
Capítulo
cuarenta y uno: Las ideas de Louis Tomlinson.
Caroline Flack caminaba por la calle, haciendo sonar sus
tacones con cada paso que daba produciendo un ritmo frenético y, a veces,
aburrido. Los periodistas, muchos compañeros de ella de la televisión, la
perseguían haciéndole preguntas de todo tipo y todas eran sobre su romance con
el joven y guapo integrante de One Direction, Harry Styles.
Ella decidió no contestar a nada y seguir con su camino
cuando sonó su teléfono. Lo sacó con toda la tranquilidad y vio quien era el
responsable de la llamada. Sonrió. ¡Qué oportuno era este chico! Se encogió de
hombros dispuesta a coger la llamada aunque estuviera siendo grabada y
fotografiada por no se cuantas cámaras.
-
Hey, ricitos – contestó y oyó la risa
de Harry al otro lado – No llamas en buen momento.
-
¿Ocupada?
-
Perseguida. – rió ella. Casi notó como
la sonrisa de Harry se desvanecía pero lo que él no sabía era que precisamente
ella iba buscando eso: los escándalos mediáticos.
-
Vaya, entonces no te entretendré mucho
– susurró.
-
Eh, cariño, no pasa nada. Sabes que eso
me da igual, si quieres hablar, hablemos.
A todo esto ella seguía caminando, con los periodistas a
su lado, y se dio cuenta de que no podía ir a su destino. Tendría que dar un
rodeo. No podía ser vista yendo a casa de Adam. Se volvió a encoger de hombros
y sonrió. Después de todo no sería tan mala idea estar con el pequeño e
inocente Harry Styles.
-
Yo solo llamaba para contarte la última
genial idea que ha tenido Louis – enfatizó la palabra “genial” dando a entender
que, en el fondo, no iba a ser tan genial.
-
Dispara.
-
Quiere que vayamos todos a cenar…
-
¿Todos? ¿Quiénes? – Harry suspiró y
Caroline se temía la respuesta del chico. Quizá tampoco estaría mal montar la
escena de novia celosa delante de las cámaras.
-
Pues ya sabes… los cinco, sus acompañantes
y …
-
Y Jodie y Sam y sus respectivos
acompañantes. – terminó ella. El silencio se hizo algo incómodo.
-
Sí. Esa era la idea. – susurró él, por
fin.
-
Sabes, Hazza, que no me hace ni pizca
de gracia…
-
¿Tenemos que tener esta discusión
cuando tienes a vete tu a saber cuantos periodistas grabándote?
-
Vale, vale. ¿Cuándo es?
-
Esta noche.
-
Esta bien… Iremos juntos si es lo que
quieres, cariño. – ella pudo notar como Harry sonreía y sonrió también
anotándose un tanto porque acababa de quedar como la pobre novia del cantante
famosísimo que tenía que lidiar con miles de cosas.
-
Gracias, princesa. ¡Ya verás como nos
lo pasaremos bien! – rió él, más animado. – Ponte guapa, que quiero presumir de
novia.
-
Serás tonto… siempre presumes de novia,
y lo sabes.
-
Y tú de mí – contraatacó él. – Bueno,
cariño, te paso a buscar luego. Te quiero.
-
Adiós, amor. Yo también.
Caroline colgó el teléfono y se lo guardó, sonriendo,
victoriosa. Aunque no le hacía mucha gracia tener que ver a Jodie aquello le
daba un nuevo giro a su relación con el chico de los rizos de oro.
*
Jodie aquella mañana se había despertado en una cama que
conocía bastante bien a pesar de no ser la suya. Y volvió a oír, como desde
hacía un par de semanas, la voz suave y calida de un chico pelirrojo.
-
Hey, preciosa, han venido a verte
Eleanor y Danielle. – susurró Eddie mientras le apartaba el pelo de la cara.
Ella había sonreído ampliamente a modo de respuesta y se
había levantado para reunirse en el comedor de casa de su novio, si es que ella
y el pelirrojo compartían una relación tan seria y formal para poder tener ese
nombre, con sus amigas.
Se sentó en el sofá con las piernas cruzadas, como si
fuera un indio, pasándose las manos por la cara intentando eliminar el sueño de
su rostro. No pasó mucho rato hasta que Eddie le trajo a la pequeña una taza de
leche caliente, como a ella le gustaba, y un par de galletas. Era un desayuno
improvisado mientras que ella intentaba averiguar porqué sus amigas habían ido
hasta casa de Eddie a buscarla y, sobre todo, como sabían que estaría allí.
No le dio tiempo casi a desayunar y acabar de despejarse
cuando las dos chicas empezaron a hablar como locas. La verdad es que tenían
muchas cosas que contarse y apenas habían pasado dos semanas, quizá un poco
más, desde aquella encerrona en el London Eye. Y en esas dos semanas se había
mantenido alejada del grupo, sobre todo de Harry, para evitar incomodidades y
disgustos pero parecía que eso iba a terminar.
-
Louis está organizando una cena y
quiere que vengáis tú y tu acompañante, que ya damos todos por supuesto que
será Eddie. – explicó Eleanor.
-
¿Y todos llevarán su acompañante?
-
Esa es la teoría, la práctica puede ser
otra – Danielle rió y pensó que sería mejor para todos si la estirada novia de
Harry no apareciera en el restaurante.
Jodie hizo una mueca. No le apetecía nada tener que
aguantar a Harry dándole besos y tonteando con su novia pero tampoco quería
hacerle el feo a Louis, él era un buen chico.
A ver, tampoco malinterpretemos… Harry también era un buen chico, a
ratos. Giró la cabeza, buscando los ojos verdes de Eddie, los cuales eran
preciosos –pero quizá no lo suficiente- y cuando los encontró no supo descifrar
lo que decían pero tampoco le importó mucho. Le vio sonreír ampliamente y la
tranquilizó. Harry tenía a Caroline. ¿Y qué más daba? Ella tenía a Eddie.
-
¿Qué dices? ¿Vamos? – preguntó.
-
Podría ser divertido. – aceptó él. –
Además hace mucho tiempo que no veo a los chicos.
Poco después Eleanor y Danielle abandonaban el acogedor
piso de Eddie dejándolos a ambos solos, otra vez. Se despidieron con un alegre
“hasta luego” y bajaron las escaleras riendo y hablando de la buena pareja que
hacían. Aunque no podía olvidar el asunto de Harry. Eso sí que iba a ser
complicado.
Caminaron fuera del edificio y se internaron en las
calles de Londres, llenas de bullicio, de personas, de tráfico, de vida. Sabía
que tenían el riesgo de ser vistas, de ser perseguidas, pero tampoco les
importó. No iban a dejar de hacer su vida por culpa de los medios de
comunicación.
-
¿Vas a llamar a Louis? – preguntó
Danielle.
-
¿Para qué?
-
Para decirle que sí que vienen y que
podría empezar a pensar algo para cambiar el rumbo de la apu...
Danielle se calló al momento puesto que se dio cuenta de
que había hablado más de la cuenta sin saber si su amiga estaba al corriente de
la apuesta de los chicos o no. Pero ya era muy tarde. Había hablado más de la
cuenta y sabía que Eleanor no iba a dejar las cosas así… Rodó los ojos. Si
Louis se lo hubiera contado como Liam a ella esto no habría pasado.
-
¿Cambiar el rumbo de qué?
-
Ah, no. Nada. – se encogió de hombros.
– Ya sabes que a Louis no le gusta Caroline y pensaba que quizá querría
fastidiarla un rato.
-
Danielle…
Eleanor insistió parándose en medio de la calle pero la
mayor se negaba a decirle nada.
-
No es nada, enserio.
-
¿Cómo que no? Te conozco lo suficiente…
vamos… suéltalo. – volvió a insistir.
-
¡Vale! ¡Vale! Está bien… - suspiró. –
Los chicos tienen una apuesta sobre Harry y su novia. Lo que hace que, a su
vez, esté Jodie en el pack.
-
¿¡Qué!?
-
Fue idea de tu novio – Danielle levantó
los brazos, intentando quitarse el muerto de encima. – Se ve que quieren que
Jodie y Harry estén juntos, quien lo consiga queda exento de salir al escenario
en calzoncillos.
-
¿Y dices que fue idea de Lou…?
-
Eso dice Liam. – se volvió a encoger de
hombros mientras seguían caminando. – Él no quería entrar y Zayn tampoco pero
entre él y Niall los han liado pero bien.
Eleanor estaba perpleja. ¿Una apuesta? ¿Para deshacerse
de Caroline? A ver… no era un mal plan… pero en cuanto se enteraran Harry y
Jodie iba a arder Troya. Es decir… todo aquello era una conspiración para que
acabaran juntos aunque, en cierto modo, podría acabar beneficiándoles a ambos.
Y a ellos también. Aún no podía creerse que Louis fuera tan… ¿insensible? Puede
que esa fuera la palabra, sí. ¡Y encima apostarse salir en calzoncillos al
escenario! Aquello era una locura. Una gran locura.
-
Esto es increíble…
-
Dímelo a mí – admitió Danielle.
-
¿Y tú desde cuando lo sabías? –
inquirió su amiga.
-
Desde… hace bastante.
-
¿¡Y no me dices nada!?
-
Lo siento pero prometí no decir nada.
Aunque al final…
-
Ya veo, ya. – Eleanor se encogió de
hombros. - ¿Quién tiene que salir al escenario en calzoncillos si Jodie y Harry
acaban juntos?
-
Zayn y Liam. – ambas rieron al
imaginarse la escena.
-
Me da a mí que… estamos en bandos
opuestos, ¿no? – rió Eleanor.
-
No, creo que no. Aunque sea mi novio…
yo quiero que esos dos acaben juntos. Además ya le he visto en calzoncillos,
así que no me importa.
Ambas rieron dándose cuenta de que aunque aquello fuera
un plan descabellado podría funcionar si nadie más se enteraba. El único
inconveniente de todo aquel plan maestro es que nadie había contado con que
entrara en el juego el pelirrojo encantador que ahora ocupaba el tiempo de
Jodie y que, quizá poco a poco, acabara ocupando su corazón.
Eleanor pensó entonces que la idea de cenar todos juntos,
que también había sido propuesta por su novio, tenía otras intenciones que,
quizá, iban altamente relacionadas con dicha apuesta. Ladeó la cabeza, negando,
dándose cuenta de que Louis era muy impredecible.
Sacó su teléfono y le envió un mensaje a su novio.
“Sé lo de la apuesta… anda que tu también, vaya ideas. ¿Algún plan para
esta noche? En seguida voy a casa y hablamos. Te quiero, xx.”
*
Los ojos de Louis se ensancharon, sorprendidos, al leer
el mensaje de su novia y se preguntó como narices se había enterado de lo de la
apuesta. Se quedó pensando unos segundos y luego cayó en la cuenta: Liam.
Salió corriendo de la habitación y caminó por el pasillo
en busca de su amigo pero al llegar a su destino vio que la habitación de Liam
estaba vacía. ¿Dónde estaba? Empezó a correr por la casa y a gritar en busca
del chico.
-
¿¡LIAM SE PUEDE SABER POR QUÉ LE HAS
DICHO A DANIELLE LO DE LA…
En medio de la escalera se encontraron Louis y Harry quién
miraba interrogante a su amigo. El mayor se quedó quieto y no dijo nada más. Ni
tan siquiera había pensado que Harry estaba en casa cuando se propuso echarle
la bronca a gritos a Liam.
-
¿Por qué gritas, Lou? ¿Qué se supone
que le ha dicho Liam a Danielle? – preguntó el chico del pelo rizado.
Justo en ese momento apareció Liam en el pie de la
escalera. Uf, salvado por la campana.
-
¿Qué te pasa a ti? A ver si no voy a
poder hablar con mi novia – Harry rió.
-
Pues no porque le cuenta las cosas a la
mía. – se quejó. - ¡Quería decirle yo lo de la cena! Ya me habéis jodido el
plan.
Harry se encogió de hombros y siguió su rumbo hasta la
planta de arriba. Louis esbozó una sonrisa, había salido victorioso de esa pero
iba a echarle la bronca a Liam por ser tan bocazas.
Cheers and kisses, xx!
Mery Da Font.
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