24 jul 2013

You Belong With Me; Capítulo cuarenta y seis.

ME VAIS A MATAR. LO SÉEEEEEEEEEEEEE. SOY CONSCIENTE DE ELLO. Pero como ya he dicho muchas veces ahora en verano estoy saliendo un montón y casi no toco el pc... pero aún así aquí os traigo otro capítulo. En principio parece que no tiene importancia... pero sí que la tiene porque se descubre un secreto. Bueno, secreto que vosotros ya sabíais pero que los personajes de la historia no... chan chan chan chaaaaaaaan.
Espero que os guste y que no me matéis mucho bbys. Os quiero. <3




Capítulo cuarenta y seis: Los estudios de televisión.
Cerca de las once de la mañana Niall y Liam estaban en los estudios de televisión, los cuales conocían de memoria, rodeados de productores, estilistas, presentadores, concursantes, cámaras, etc. Sonreían al recordar la de veces que se habían visto envueltos en esa marea de gente, llenos de nervios.
Los dos se quedaron mirando todo hasta que una voz muy conocida los llamó levantando la voz por encima del ruido y los sacó de sus pensamientos.

-          ¡Olly! – gritó Niall. Se saludaron con un coche de hombros de lo más varonil y rieron. - ¡Te echaba de menos, amigo!
-          ¡Y yo a ti! – le contestó. Sonrió ampliamente y Liam le devolvió la sonrisa. - ¿Qué hay, Liam?
-          Aquí acompañando al irlandés, que tenía ganas de verte.
-          Vaya, que gran honor.

Los tres rieron y Niall reconoció a una figura ente la multitud perfectamente emperifollada, vestida de punta en blanco y estaba casi gritando a la gente que tenía a su alrededor. Hacía ruido con los tacones cada vez que caminaba, nerviosa, entre la gente quejándose de las cosas que estaban mal, de lo que faltaba por arreglar y un largo etcétera. Niall enarcó una ceja. Jamás cambiaría. Y una vez más se preguntó… ¿Qué cojones le habría visto Harry a Caroline Flack aparte de ser una cara bonita y estar buena?

-          Yo me voy a buscar a Danielle, a ver si le doy una sorpresa.

Liam se despidió de los dos chicos que asintieron y le vieron desaparecer entre la gente hasta que se quedaron solos otra vez. Se quedaron charlando y poniéndose al día de sus cosas durante unos minutos. Poco después la actividad en los estudios fue disminuyendo.

-          ¿Qué estabais haciendo, ensayo general? – preguntó Niall quien ya se conocía aquello.
-          Sí. Preparándolo todo para la gala de mañana por la noche. – Olly empezó a caminar con Niall al lado, de camino al plató. – Va a ser… interesante.
-          ¿Interesante? ¿Y eso?
-          ¿No os lo han dicho? – preguntó el mayor, sorprendido.
-          Emh… no. ¿Qué nos tienen que decir?
-          Caroline está pensando en invitaros, rollo “invitados especiales” o algo así.
-          ¿En serio? ¿Y por qué nadie nos ha dicho nada?
-          Ni idea… se supone que era ella la que tenía que avisaros. – Olly se encogió de hombros. – Yo no sé nada. Pero la cuestión es que venís. ¿A que sí?
-          Olly… yo… no sé – suspiró Niall. – ¿Lo sabe Simon? ¿Y Paul?
-          Ya te he dicho que no sé nada. Aquí es Caroline la que maneja el cotarro.

Niall le dedicó una mirada, entre la gente, a Caroline y se quedó quieto en medio del escenario de Factor X. Se sentó en el suelo, como solía hacer cuando participaba en el programa, y empezó a pensar que podría sacar Caroline de todo aquello. Tres segundos más tarde Olly estaba sentado a su lado.

-          ¿Nostalgia?
-          No mucha. Factor X solo fue el principio de la locura – rió Niall.
-          Lo sé. – accedió el presentador. – A mi me pasó lo mismo. Luego acabé aquí, junto a Caroline.
-          Pero sigues haciendo música.
-          Sí, eso es cierto. – él sonrió. – No me puedo quejar.
-          Nosotros tampoco.

Se hizo el silencio entre ellos y Olly se dio cuenta de que su amigo irlandés no le quitaba los ojos de encima a Caroline, quién ni se había percatado de que habían llegado dos miembros de One Direction a los estudios. Mientras tanto… el rubio seguía intrigado. Si antes de ir ya tenía muchas sospechas sobre Caroline, ahora tenía muchas más. Y no sabía por qué ninguna de ellas era buena.

-          ¿Todo bien, Nialler?
-          No. – susurró el irlandés y acto seguido miró a su amigo. - ¿Qué quiere Caroline con todo esto?
-          ¿Alguna exclusiva? No sé.
-          ¿Exclusivas? ¿De qué? – siseó. – No hemos hecho nada fuera del otro mundo últimamente. Estamos en nuestros días de descanso.
-          Bueno… ten en cuenta que el programa está llegando al final, va bien tener invitados que ya hayan pasado por él y que hayan llegado tan lejos como vosotros.
-          Hay algo más. Estoy seguro.
-          Si tú lo dices… - ambos miraron a Caroline. – Últimamente tú y Louis estáis muy hostiles con ella, ¿por qué?
-          Tenemos una corazonada.

Entonces Caroline se dio cuenta de que la miraban y buscó por el estudio hasta que vio a Niall y a Olly sentados en el escenario. Ellos la saludaron con la mano, como si no pasara nada, y vieron como su nerviosismo aumentaba por alguna razón que desconocían. Pero Caroline solo tenía una cosa en mente… No podían verla con Adam. O se iría todo a la mierda.

-          ¿Una corazonada?
-          Sí. – suspiró Niall. – Hay algo en ella que no me da buena espina. Es como… como si ocultara algo.
-          ¿Caroline? ¿Ocultar algo? – Olly rió irónicamente. – No sé que decirte. Si es así… está muy oculto porque siendo un “personaje público” es difícil tener secretos, y lo sabes. – el irlandés suspiró.
-          Por eso estoy aquí.
-          ¿Para vigilarla?
-          Para que me ayudes a vigilarla.

La expresión de Olly cambió al completo. El irlandés era una caja de sorpresas y aquella vez no iba a ser menos. Cuando el mayor se recuperó del estado de shock, debido a que se había visto implicado en todo aquello sin previo aviso, Niall procedió a contarle todo lo que creían sobre Caroline, sus comportamientos extraños, sus peleas con Harry, los desplantes y un largo etcétera.
El mayor observaba a Caroline y la notaba más nerviosa que de costumbre, más alerta, y eso le dio que pensar. Quizá Niall estuviera en lo cierto, quizá escondiera algo. La cuestión era qué. ¿Tendría que ver con Harry o con ella? ¿Sería algo de su pasado o, por el contrario, de su futuro o presente? ¿Malos comportamientos? ¿Desplantes? ¿Ya no había amor? Es más… ¿lo había habido alguna vez?

-          ¿Por qué siempre me acabas liando, Nialler?
-          Porque eres buena persona.
-          Ya será eso.

El irlandés le colocó la mano en el hombro mientras miraba al infinito concentrado, fijándose en todo lo que ocurría a su alrededor. Algo le llamó la atención y sintió la necesidad de ir a ver que estaba sucediendo… quizá era el momento de descubrir algo, quizá la suerte estaba de su parte.

-          Oye Olly, me tengo que ir… luego hablamos.

Niall salió corriendo por los estudios de televisión detrás de algo, o de alguien, que Olly no consiguió ver pero tampoco estaba seguro de querer saber que era. Se encogió de hombros y volvió a trabajar.
La gente al ver a Niall correr se apartaba para dejarle pasar y él sonreía con alegría ante aquel gesto sin perder de vista a su presa. Presa que no tenía ni idea de que estaba siendo perseguida aunque no tardó en averiguarlo. Caroline Flack se giró unos segundos para ver de donde procedían las pisadas que le seguían los talones y se encontró con un sonriente rubio.  
Ella aceleró el paso al verle tan cerca y él tuvo la seguridad de que sí que escondía algo y lo escondía allí, en los estudios de televisión, ¿sino porqué correría al verle acercarse? Pero algo le distrajo de su maniobra de espía. Era su móvil. Lo sacó rápidamente y miró quien le llamaba. Suspiró. Observó otra vez a su alrededor y Caroline ya no estaba. Resopló cabreado.

-          ¿Qué hay Harry?
-          Eso digo yo, ¿dónde andas?
-          He venido a ver a Olly – dijo Niall mientras caminaba por los pasillos camino a los camerinos y las bambalinas.
-          Anda que me dices nada… yo podría haber ido a ver a mi novia – se quejó el de rizos. El irlandés rodó los ojos… ¡si él supiera!
-          Calla, calla, que tampoco te importará mucho cuando le vas cantando canciones a otras.
-          Que cabrón. – Harry rió armoniosamente. En eso su amigo tenía razón y ambos lo sabían. Últimamente las cosas con Caroline estaban algo turbias.
-          ¿Necesitas algo? Estoy ocupado.
-          No, nada. Solo eso.

Niall sonrió alegremente al ver que había encontrado algo útil. El camerino de Caroline. Se paró a escuchar un momento y reconoció su voz. Premio. Estaba dentro. Seguía con el teléfono en la mano y con su amigo de rizos al otro lado de la línea y se dio cuenta de que sería mejor colgar, solo por si se enteraba de algo que no debiera saber él. No debía saber nada aún, era demasiado pronto.

-          Vale, luego te llamo ricitos.

Colgó el teléfono y se acercó a la puerta todo lo posible. Suficiente para poder escuchar a Caroline y a la otra voz que no pudo reconocer pero no mucho para que nadie le descubriera.

-          No tenemos mucho tiempo – escuchó decir a Caroline. – Están por aquí los mocosos.

Niall alzó una ceja. ¿Mocosos? ¿Se refería a él y a Liam? La sangre le hervía y las manos le temblaban de rabia. Respiró hondo y siguió escuchando. No era el momento para montar una escena, no si quería enterarse de lo que estaba pasando.

-          ¿Todos? - dijo la otra voz. Era una voz masculina y eso puso en alerta al irlandés.
-          No. Solo dos.
-          ¿Y el problema donde está? ¿Ha venido Harry?
-          No.
-          ¿Entonces?
-          Uno de ellos me seguía. Creo que sospecha algo. No sé el qué… pero no confía en mí. Así que, a partir de ahora, tenemos que tener más cuidado Adam.
-          ¿Cuándo no he tenido cuidado?
-          Más incluso. El niñato de ricos no debe enterarse de lo nuestro o todo se irá a la mierda.

Niall se quedó pasmado sin creer lo que estaba escuchando. No podía ser. Cada una de aquellas palabras se le grababa en el cerebro y le disparaban en el corazón. ¿Caroline le ponía los cuernos a Harry? ¿Y con alguien de su trabajo? Un tal Adam… aquello era una pesadilla. Una pesadilla de la que nadie saldría bien parado.