23 jun 2013

You Belong With Me: Capítulo cuarenta y cinco.

SAN JUAAAAAAAAAAAN IS HERE AND THE SUMMER TOO. 
Lelelelelelele. Siento no haber subido antes y todo ese rollo que que suele decir pero es que.... mi querido verano me quita mucho tiempo (y mis amigos también, todo hay que decirlo xDDDDDDD) Espero que disfrutéis de la noche más corta del año, que hagáis mucho el tonto y que no os paséis con el alcohol (si es que estáis en edad de beber, oseaser de 18 para arriba eh majaaaaaaaaaas.... que nos conocemos). Okya.
Aquí os dejo este capítulo que espero que os guste y deciros que... a partir de aquí empieza el meollo del asunto, donde pasarán cosas más que interesantes.



Capítulo cuarenta y cinco: Sentimientos encontrados.
Cuando Harry se fue y Jodie se quedó sola en su habitación, otra vez, no pudo dormir. No sabía que le había pasado pero la emoción y, sobre todo, su amor por Harry se apoderaron de ella y la impulsaron a besarlo. Y sintió que las mariposas de su estómago se volcaban en aquel beso y volaban a su alrededor, envolviéndolos en una atmósfera de amor desbordado y pasiones reprimidas.
Se tocó los labios y sonrió al recordar que luego había sido él quien la había besado, otra vez. Entonces ella sintió esa conexión que les unía y que era más fuerte de lo que ambos habían pensado nunca. Sintió que, por una vez, había dejado de ser la típica adolescente enamorada de su ídolo para pasar a ser una chica que se había ganado un trocito del corazón de la superestrella. Como en las películas. Como en los libros.
Estaba tumbada boca arriba en su cama, pensando en todo aquello, cuando notó que sus ojos se empañaban de lágrimas. Lágrimas que no sabía si eran de felicidad o de tristeza. Quizá era de ambas. Alegría y tristeza. Euforia y desilusión. Amor y desamor. Fantasía y realidad. Eran sentimientos encontrados que le oprimían el pecho, que la dejaban sin aliento, que le hacían pensar demasiado.
Antes de que él se fuera, definitivamente, a su casa ella le había preguntado por qué, por qué había ido precisamente esa noche, por qué actuaba así, por qué era tan impredecible y contradictorio. Pero obtuvo una respuesta que, quizá, no se esperaba.

* * *

Harry y Jodie se habían separado después de besarse por segunda vez. Después de aquello decidieron que aún no querían dejar de verse, que querían quedarse juntos un rato más. No sabían cuanto tiempo podía abarcar ese rato que habían determinado pero más que aquello, estaba claro. Necesitaban hablar, necesitaban estar en silencio, necesitaban estar juntos.
Caminaron en silencio por el patio hasta sentarse en la hierba, justo debajo de la ventana de Jodie,

-          ¿Por qué has venido precisamente hoy?
-          No lo sé ni yo. – dijo Harry en un suspiro. – Sólo sé que aunque te dijera que no podía dejarlo todo por ti, porque tengo a Caroline y tengo una vida que considero que es más que satisfactoria, desde que te conocí no he sido el mismo. –Jodie lo escuchaba con atención y cuando esas palabras salieron de su boca le dio un vuelco el corazón. – He decidido volver a ser el adolescente temerario que se deja llevar por sus sentimientos y ellos me han traído hasta aquí: hasta tu ventana. – la sonrisa de Harry se ensanchó, de oreja a oreja, cuando dijo eso mirando hacia arriba, hacia la ventana. – Quizá te esperaras a otra persona, un pelirrojo, quizá. – el silencio se hizo entre ambos pero él volvió a hablar. – Puedo teñirme si quieres. – ella rió sin poder evitarlo, Harry era muy crío, a veces. Él también rió. – Vale, definitivamente eso sería una mala idea. – añadió rápidamente a lo que ella simplemente asintió. – Supongo que mis pies querían traerme aquí para que te confesara que, en el fondo, me molesta que estés con Eddie.
-          A mi también me molesta que estés con Caroline. – dijo ella mirando al infinito. – Te lo he dicho repetidas veces.
-          Sí, lo recuerdo. – accedió Harry. – La primera vez fue en la revista. Creo que tus palabras fueron: “Simplemente no me gusta tu novia”.
-          Y tu no parabas de repetir: “Caroline no es mi novia”. – él rió al recordarlo. – No sabes mentir, Styles.
-          ¿Eso crees? – preguntó él enarcando una ceja. Jodie simplemente asintió. – Yo no estoy tan seguro.
-          ¿Cómo que no? Eres un pésimo mentiroso. – rió ella.
-          Según tú pero yo creo que no es así. – esta vez fue la pequeña Jodie la que enarcó una ceja y él rió a carcajadas. - ¿Recuerdas la noche en la que te besé bajo la lluvia de estrellas? – Jodie asintió siendo incapaz de decir nada. ¿Cómo iba a olvidar aquel día? ¿Cómo olvidar la primera vez que él la besó? – Bien, pues esa noche, la cual recuerdo muy bien, te solté una mentira, una de las más grandes que he dicho en mi vida, y tu te la creíste. Y yo también.

Los ojos de Jodie se ensancharon y no pudo creer lo que Harry le había dicho. ¿Cuántas cosas se habían dicho aquella noche? Muchas. ¿Y cuál de todas aquellas era mentira? ¿O lo eran todas?

-          Un mentiroso no debería creerse sus mentiras. – susurró ella.
-          Si le parecen buenas puede acabar creyéndoselas.
-          ¿Y en qué se supone que me mentiste? – quiso saber Jodie. Él la miró a los ojos y sonrió.
-          Te dije que besabas bien pero que ese beso no cambiaba nada. – Harry le acarició la cara, con suavidad, apartando el pelo de la chica. – Era mentira. – Jodie se tensó a su lado y él simplemente volvió a sonreír. – Ese beso me trastocó más de lo que quería aceptar.
-          ¡Eres un mentiroso, Styles! – rió ella.
-          Sí y uno de los buenos.
-          Eso parece.

Las distancias entre ellos, mientras mantenían aquella intensa conversación, se habían acortado bastante. Sus frentes casi se tocaban, sus alientos casi se mezclaban, sus pulsaciones casi se acompasaban, sus corazones casi se rozaban. Harry inclinó su cabeza  en busca de los labios de la chica, esos que parecía que nunca se cansaba de probar, que parecían adictivos, pero en ese momento tan crucial para ambos notó unas patas juguetonas en su pie. Se giró y se encontró a Snow White, la gata de Jodie, mordisqueando sus zapatos como si estuviera reclamando a su dueña, como si solo pudiera ser suya. Él sonrió levemente, ya que no podía hacer otra cosa, y Jodie suspiró.

-          Snow White, ¿qué haces aquí? Deberías estar en casa, durmiendo, no aquí fastidiándome.

La gata maulló en respuesta y ella suspiró otra vez. La quería mucho pero le había fastidiado el momento con Harry. ¡Estaban apunto de besarse! Otra vez. El animal caminó por encima de las piernas de Harry hasta acercarse a la chica quien la cogió en brazos unos segundos. A su lado Harry se revolvía los rizos colocándoselos bien a su manera tan especial y después contempló a Jodie con el deseo aún ardiendo en sus ojos. ¡Maldito gato!
Harry cogió a la gata de las manos de la chica y la dejó en el suelo.

-          Venga va, vete por ahí un rato, Snow White. – le susurró él, Jodie rió. – Vete a buscar algún gato guapo.
-          ¿Y eso? – preguntó ella.
-          No voy a dejar que un gato me impida besarte.

Justo antes de que Jodie pudiera asimilar esas palabras los cálidos labios de Harry, estaban sobre los suyos otra vez. Él hizo que la chica se inclinara hasta quedar recostada sobre el césped, como la primera vez que se besaron sólo que esta vez pensaba disfrutar como el que más de ese beso.
Exploró la boca de Jodie con parsimonia, respirando en medio del beso, haciéndole cosquillas con los rizos en la frente, escondiendo sus manos debajo de la ropa de ella.
Cuando, finalmente, se separaron, a pesar que ninguno de los dos quería hacerlo, los dos tenían una gran sonrisa dibujada en su rostro, a diferencia de la primera vez.

* * *

Pero Jodie no era la única que estaba pensando en su encuentro Harry también lo hacía mientras conducía su coche, de camino a casa.
El chico de rizos sonreía mientras sus dedos tamborileaban en el volante. Ya se había sentido así otras veces pero por otra persona, persona que aún en aquel momento seguía siendo su novia.
Se encogió de hombros evitando pensar en eso ahora, lo único que quería recordar eran sus labios encima de los de Jodie, sus manos recorriendo su cuerpo, sus ojos mirando a los de ella… Después de aquella noche, después de aquella visita a escondidas del mundo, algo había cambiado para ambos. Y eso le hacía feliz, no sabía porqué exactamente pero así era. Quizá era porque, a pesar de todo, ambos habían reconocido que existían sentimientos. Ambos habían abierto la puerta, una puerta que dependería de ellos que se cerrara para siempre o que se abriera de par en par dando paso a lo que, en aquel momento, parecía el paraíso.
Harry sonrió, otra vez, mientras aparcaba el coche en la puerta de su casa. Al bajarse del coche miró la hora en su reloj: cinco y media de la mañana. Se encogió de hombros. No había dormido en toda la noche pero tampoco le importaba, había invertido bien el tiempo.
Se paseó por los rincones de la enorme casa que ahora estaba tranquila, puesto que todos dormían, hasta llegar a su habitación. Allí encontró, colgada en la puerta, una nota firmada por todos sus amigos.

-          Ya nos contarás que has estado haciendo hasta tan tarde eh… pillín. No estarías tan cansado. – leyó en voz alta y sonrió al ver el guiño que acompañaba a la nota. – PD: Nos debes unas cuantas explicaciones sobre lo que ha pasado en el karaoke.

El pequeño rodó los ojos. ¡Vaya amigos que se había buscado! Rió para sí mismo y guardándose la nota en los pantalones entró en su habitación. Realmente no se podía quejar de sus amigos, eran los mejores que jamás podría haber tenido, eran sus hermanos.
Se tumbó en la cama con las manos detrás de la cabeza y en su mente volvieron a proyectarse imágenes de su encuentro, se reproducieron las conversaciones, una y otra vez, reviviendo el momento, atrapándolo en sus recuerdos, abriendo una brecha en su corazón, dispuestos a quedarse.

*

El sol salió a las siete de la mañana e iluminó Londres con esmero. Niall sonrió al ver la estampa en su ventana. Sol veraniego. Sí. Iban a montar una fiesta esa misma noche por aquello.
El irlandés caminó por el pasillo silbando alegremente y al llegar delante de la habitación de Harry asomó la cabeza por la puerta. Observó, entre la oscuridad, al chico de rizos dormir placidamente, con una sonrisa en sus labios. Y fue entonces cuando se prometió que descubriría que narices ocultaba su novia porque él no se merecía ese tipo de relación.
Siguió su camino pensando en las cosas que tenía que hacer aquel día. Entre él y Louis habían acordado desenmascarar a Caroline porque ambos estaban seguros que ocultaba algo, algo malo. El mayor se había ofrecido para ir a unas cuantas revistas para hablar con periodistas y demás sobre Caroline Flack, a ver si podía sacarles alguna información valiosa o fotos y conversaciones confidenciales de la presentadora y Niall había pensado en presentarse al plató de televisión con la excusa de ir a ver a su querido amigo Olly Murs que era el co-presentador del programa. Aquello era mucho más rápido y efectivo pero se arriesgaba a que Caroline le viera y luego le fuer a Harry con el cuento pero no le importaba.
Al llegar al comedor, en la planta baja, se encontró a Liam tomándose un café y sonrió. Una idea le cruzó la mente. No iba a hacer sus recados solo, claro que no.

-          Buenos días.
-          ¡Hey! – le contestó el mayor con tranquilidad.
-          ¿Qué hay?
-          Nada nuevo. – rió. – Por lo visto Harry ayer llegó a las tantas… así que hoy no creo que vea la luz del sol.
-          Lo suponía. ¿Qué crees que estaría haciendo? – preguntó echándose café en una taza.
-          ¿Caroline?
-          No creo. Le dijo delante nuestro que “estaba cansado” – Niall exageró las comillas con las manos, dando a entender que aquella había sido la excusa más mala del mundo. – Puede que haya ido a pegarle de hostias a Eddie.
-          Harry no es de esos.
-          Nadie es de esos hasta que tocan algo que te importa. – susurró Niall. Liam calló dándole la razón así que el irlandés atacó de nuevo. – Oye, Liam, ¿te vienes conmigo?
-          ¿A dónde?
-          Tengo que ir a los estudios de televisión. – Liam frunció el ceño.
-          ¿A qué?
-          Voy a ver a Olly.
-          Ya. A ver a Olly. – murmuró Liam no muy convencido.
-          Que sí. Me dijo que me pasara para hablar con él. – se sentó a su lado sin perder la sonrisa. – Anda, acompáñame. – Liam no dijo nada y el irlandés chasqueó la lengua. – Va que están grabando Factor X, Danielle estará por allí vestida en sus trajes sexys de bailarina.

Liam casi escupe el café al escuchar aquello y Niall rió a carcajadas. Todavía recordaba la primera vez que Liam vio a Danielle cuando ellos participaban en dicho concurso y aún recordaba la de veces que ellos habían intentado sacarle los colores hablándole sobre ella y siempre lo conseguían. Fueron buenos tiempos.
Al mayor se le tiñeron las mejillas de rojo ya que también recordaba todo aquello. Las veces que la habría visto entre bambalinas antes de salir a actuar, o en los ensayos, la de miradas que cruzaron en medio del programa… una sonrisa se dibujó en su cara. No estaría mal volver a ver a su chica enfundada en alguno de aquellos trajes tan extremadamente sexys que tanto le gustaban.

-          Cuenta conmigo.



Cheers and kisses. 
Mery, xxx! 

10 jun 2013

MIÉRCOLES DE TWITCAM.

Hey, hey, heyyyyyyyy!
Hago esta entrada para avisaros de que este miércoles a las 17:30pm (hora peninsular) haré una twitcam. ¿Por qué? Pues porque me apetece pero sobre todo porque aquí puedo interactuar con todas vosotras a la vez. Será una twitcam para hablar sobre mi fic, You Belong With Me, pero también para hablaros de mis nuevos proyectos: Accidentally in love y Exordium.
Dejaré el link en mi twitter que, por si no me seguís, es @merydafont (sí, muy complicado, eh xDDDD). Y nada, allí podréis hacerme todo tipo de preguntas sobre cualquiera de los fics, aunque me da a mi que hablaréis más de YBWM que es el que está siendo publicado. De todas maneras... según que preguntéis os puede desvelar información y serán como pequeños adelantos que espero que disfrutéis. 
Y creo que ya está todo dicho.... simplemente, espero veros a todas por allí y esas cosis.

EDITO: OS DEJO EL LINK AQUÍ.  http://twitcam.livestream.com/eryq9

Cheers and kisses.
Mery, xx. 

8 jun 2013

You Belong With Me: Capítulo cuarenta y cuatro.

Hola a todas otra vez :DDDD
Estoy reventadísima.... porque me he ido a caminar con mi abuela, sí, ¿qué pasa? xDDDD Y hemos dado una vuelta enorme, hemos llegado al pueblo de al lado y luego hemos vuelto a casa... y tengo los pies que me van ha explotar. Y por si fuera poco ahora, en una hora o así me voy... peeeeeeeeeeeeero es lo que tiene la juventud. ¡AI, JUVENTUD DIVINO TESORO!
Bueno, ya dejo de decir gilipolladas xDDDDDDD Os digo que estoy muy contenta por todo el apoyo que estoy recibiendo, comentarios, tweets, etc... y que me alegra de que os guste y que queráis que suba pero... tengo un límite y no puedo subir todos los días (a pesar de que me gustaría). Y bueno.. poca cosa más.
Este capítulo también tiene soundtrac: Want u back - Tayler Ward. Es una versión de una canción que todas conoceréis muy bien y que encontré un día por casualidad... al escucharla me vino esta escena a la cabeza y ha acabado en lo que es el capítulo cuarenta y cuatro. Espero que os guste :')




Capítulo cuarenta y cuatro: Want u back.

Al salir del karaoke, no mucho rato después, se encontraron a Harry apoyado en el capó del coche mirando su teléfono movil. Él levantó la vista al oír ruidos y vio que eran sus amigos que habían decidido dar por terminada su noche de karaoke. Acto seguido miró su reloj, apenas eran las doce de la noche. Suspiró.

-          ¿Nos vamos? – le preguntó a Caroline cuando se unió al resto del grupo.
-          Claro – repuso ella agarrando de la cintura a su novio. - ¿Te quedas en casa?
-          No creo, Caroline. Estoy cansado. – Louis rió al ver la cara de decepción de la chica. – Bueno, vámonos.

La verdad es que todos estaban cansados así que se despidieron en la puerta del karaoke y cada uno se fue por su lado. Los coches fueron desapareciendo poco a poco de la calle y alejandose de allí, cada uno en una dirección, hasta nuevo aviso.
En el coche de Harry reinaba el silencio y eso estaba poniendo nerviosa a Caroline quien decidió hablar primero.

-          ¿A qué ha venido toda esa escena digna de “High School Musical”? – preguntó algo molesta.
-          ¿Qué escena? – contestó el chico sin despegar los ojos de la carretera.
-          ¡Oh, vamos, Harry! Sabes perfectamente de lo que te estoy hablando.
-          No ha sido nada. – el pequeño resopló – Yo he cantado una canción que, por cierto, me gusta mucho y ella ha cantado otra que, supongo que, también le gustará. – volvió a resoplar. - ¡A mi que me cuentas!

Caroline rodó los ojos. Sabía que detrás de todo aquello había mucho más de lo que Harry quería admitir. Y se dio cuenta de que, por primera vez, su relación con el chico de rizos peligraba.

-          Venga va, no te enfades.
-          No me enfado, Caroline. – siseó él.
-          Si lo has hecho. – Harry pegó un frenazo en el semáforo, se le veía algo molesto con esa conversación.
-          ¿¡Y qué!? ¿¡No me puedes dejar tranquilo con mi enfado!? – le dijo mirándola. Ella le puso ojitos pero ese era el punto de no retorno. – A veces la gente se enfada y ya está. ¿Vale?

Harry se pasó las manos por el pelo esperando a que el semaforo se pusiera en verde otra vez. Él la miró de reojo y apretó los puños con fuerza al volante.

-          Da gracias a que soy yo... que si fuera otro te dejaba aquí y me iba a mi casa. – añadió en un susurro.

Lo que quedó de trayecto hasta casa de Caroline fue algo incómodo y silencioso, muy silencioso. Pero para hacerlo un poco más ameno Harry puso la radio, aunque no sirvió de mucho. Estaba enfadado y molesto. No solo por la reacción de novia celosa de Caroline sino porque después de aquella noche, y de ver juntos a Eddie y a Jodie, se dio cuenta de que realmente sí le afectaba verles juntos.
Volvió a apretar el volante con fuerza mientras giraba bruscamente hacia la calle donde vivía su novia. Novia. Ese era el problema. Que él tenía novia y, en teoría, la quería lo suficiente como para no tener que fijarse en nadie más, o al menos, eso creía él.
Aparcó delante de la puerta de casa de Caroline y ella se quedó mirando a su chico. Cuando estaba enfadado era muy impredecible y no sabía si debía o no acercarse para darle un beso de despedida. Al final optó por no hacerlo.

-          Bueno... gracias por traerme.
-          Un placer. – masculló Harry aún malhumorado.
-          Te llamo mañana, ¿vale? – él asintió. – Hasta mañana, amor.

La puerta del coche se cerró tras de Caroline y al coche de Harry le faltaron segundos para salir pitando de allí a toda velocidad.
Poco después estaba en la puerta de su casa dentro del coche, pensando en sus cosas, con la radio puesta. No quería entrar en casa y no por nada sino porque si por alguna casualidad de la vida sus amigos seguían pululando por allí le pedirían explicaciones de lo que Caroline había bautizado como “la escena High School Musical”.
Sonrió sin poder evitarlo al evocar en su mente las imágenes de Jodie cantando aquella canción que era, claramente, un posicionamiento en cuanto a su a relación. Era a un reto. Un reto para él. Para que dejara a la estirada de su novia y se dispusiera a vivir la vida de la manera que a él le apeteciera junto a esa chica de ojos verdes. Harry estaba tentado a aceptar el reto, a caer en el juego y a permitir que la chica problemática acabara de trastornar su mundo.
El chico subió el volumen de la radio intentando disipar sus pensamientos, intentando desterrarlos lejos, pero no lo consiguió. Por alguna extraña razón le gustó mucho saber que Jodie seguía sintiéndo algo por él, tuvo la sensación de que todo volvía a ser como cuando se conocieron en aquel concierto y que él nunca la había cagado. Pero no era así. La había cagado y bien cagada. Y no solo una vez...
La única cosa de todo aquello que Harry seguía sin entender era el por qué le gustaba tanto saber que Jodie sentía algo por él mientras que él negaba todo tipo de sentimientos hacía ella.
De repente en la radio empezó a sonar una canción que era demasiado oportuna, que era como si fuera acorde con los pensamientos de aquel chico, y de repente... se le ocurrió la idea más brillante que había tenido nunca.

*

Eran casi las tres y media de la mañana cuando Harry Styles se encontraba buscando piedras en el suelo del jardín, acuclillado, murmurando cosas para sí mismo.

-          ¿Para qué lo intentas Harry? – susurró. – Si te va a decir que te vayas a tu casa y con razón... si es que... ¡además a quién se le ocurre! ¿Y Caroline? – Aquello era una especie de monólogo interno solo que en voz alta, lo que en teatro se solía llamar un soliloquio. Las palabras salían de su boca mientras que en su mano iba acumulando piedras lo bastante grandes. – Que le den a Caroline. Ahora estás aquí por otra cosa. – se dijo. – Quien no arriesga no gana. Un momento... ¿a quién quiero engañar? No sé ni que es lo que tengo que salir ganando con todo esto... – se levantó cerrando el puño, guardando bien las piedras en su mano, y miró la casa que tenía al lado, la casa en la cual se había metido a robar piedras del jardín. – Oh, vamos, Styles... deberías dejar de hacer el rídiculo – se dijo. Sonrió al mirar a la casa otra vez. – Bueno... quizá en otra ocasión.

Caminó hasta el centro del jardín y vio una ventana. La luz estaba apagada y la cortina echada y chasqueó la lengua. “Harry, definitivamente, eres el famoso más pagafantas del mundo” pensó para sí antes de empezar a tirar las piedras a la ventana.
Poco después ya las había tirado todas y no había obtenido el resultado esperado. Se quedó pensativo, mirando a la ventana, y se encogió de hombros. En las peliculas funcionaba pero, al parecer, unas simples piedras, en la vida real, no hacían que la chica en cuestión se despertara y saliera a la ventana a encontrarse con el enamorado. Pero, por lo menos, él lo había intentado.
Sacó su telefono del bolsillo y marcó el número de la chica. Esperó un poco hasta que al final le contestó una voz adormilada mientras que él se iba quejando de lo mal que le salían las cosas.

-          Dónde esten los telefonos moviles que se quiten las piedras y las mariconadas de las películas... – susurraba Harry.
-          ¿Harry? ¿Qué dices? – la voz de la chica le sobresaltó. Miró a la ventana y vio como la luz se encendía. ¡Aquello había sido mucho más efectivo!
-          Nada. Que no sé ser romántico.– repuso él.
-          ¿Qué? – dijo ella sin entender nada. - ¿Harry, te has dado un golpe en la cabeza o algo?
-          Lo digo en serio.
-          Ya y yo también. – se hizo un silencio entre ambos pero poco después ella habló otra vez. – Me llamas cuando son casi las cuatro de la mañana si no te has dado un golpe en la cabeza y estás tirado en una cuneta necesitando mi ayuda... solo se me ocurre que estés borracho. – él suspiró pero no pudo evitar sonreír.
-          Ni una, ni la otra. – esta vez fue ella la que suspiró.
-          ¿Qué quieres, Harry?
-          Asómate a la ventana.

Jodie se quedó paralizada al escuchar esas palabras. ¿Qué cojones hacía él allí? No podía ser verdad. Seguro que aquello era un sueño. Uno muy bonito pero un sueño. Corrió a la ventana, descorrió la cortina y le vio allí plantado en su jardín con el móvil en la mano mirando hacia arriba.
Rápidamente se puso el móvil en la oreja.

-          ¿Qué haces aquí?
-          ¿Piensas dejarme aquí abajo, solo, y mirando para arriba? – él puso cara de pena y ella sonrió. – Luego me dolerá el cuello por tu culpa.
-          Estoy de acuerdo contigo... no sabes ser romántico – rió ella.
-          ¡Ábreme la puerta anda!

La chica colgó el teléfono y desapareció al interior de la casa. Harry caminó por el jardín volviendo a la puerta principal de la casa donde esperaba encontrarse con Jodie. Tuvo que esperarse dos o tres minutos con las manos en los bolsillos, cuestionándose aún porqué estaba allí, hasta que vio un gato blanco aparecer por la puerta. Lo reconoció al momento. Era el gato que él le había regalado a Jodie por su cumpleaños. Y pareció que él también le había reconocido puesto que se empezó a restregar contra su pierna.

-          Parece que le gustas – susurró ella.
-          Como para no gustarle... anda que no estuvo bien tumbado en mi cama. – lo cogió en brazos y lo acarició. – Eh, que sí, pequeñín.

El gato maulló en sus brazos, como para darle la razón al chico de rizos, y se quedó allí quieto.

-          Dime que le has puesto de nombre Harry.
-          Emh... es una chica, no se puede llamar Harry. – El gato saltó de sus brazos y se fue a sus anchas por el jardín.
-          Bueno, pues... Hilary. – rió él.
-          Se llama Snowhite. – el chico se rizos se rascó la barbilla, pensativo, mirando como el gato se alejaba.
-          Sí, le pega.

Se volvieron a quedar en silencio. La calle estaba desierta. Solo estaban ellos dos, en la puerta de la casa de Jodie, a un metro de distancia cada uno, sin hablarse pero con muchas cosas que decirse.

-          ¿Se puede saber que hacías en el jardín, debajo de mi ventana, a estas horas, Styles? – preguntó ella, por fin, aunque no estaba muy segura de querer saber la respuesta.
-          Mi idea principal era subir por la enredadera hasta el balcón, como en las películas, y no tenerte que hacer venir hasta aqui para abrir la puerta. – dijo él sin contestar a la pregunta de Jodie. – Pero al llegar aquí vi que no tienes ni balcón, ni enredadera, ni nada.

Jodie se le quedó mirando sin entender nada. No entendía por qué estaba ahí después de lo sucedido en la cena y en el karaoke, no entendía por qué cada vez que ella se alejaba era él quien venía a buscarla, no entendía ese quiero y no puedo en el que vivía el chico de rizos, no entendía por qué sus ojos verdes la hacían sentir tan bien cuando la miraban, no entendía por qué le gustaba tanto que él hubiera venido a verla, no entendía por qué le gustaba tanto Harry.

-          Siento no tener ni una enredadera, ni un balcón, entonces.
-          No lo sientas. Creo que me ha venido incluso mejor. Tenía la sensación de que me habría caído de la enredadera en el intento.

Ella rió levemente imaginándose la escena y él se encogió de hombros, metiéndo más las manos en los bolsillos, nervioso. Era como si no supiera donde meterse, como si aquella idea que tan buena le había parecido al principio ahora se volviera en contra de él.

-          ¿Y pretendías subir por la enredadera, llegar a mi balcón, despertarme y... luego qué? ¿Nada? – preguntó ella con curiosidad. Seguía sin saber el motivo de aquella visita nocturna y las mariposas se agitaban en su estómago solo de pensar que al chico de rizos le apetecía verla otra vez antes de irse a su cama.
-          Verás... es que... – empezó a decir él. Tomó aire intentando coger fuerzas para decir aquello. – Te he escrito una canción y no podía esperar para que la escucharas.

En aquel preciso instante se paró el mundo. La idea de que Harry le hubiera escrito una canción y de que hubiera venido, a aquellas horas de la madrugada, solo para que la escuchara le parecía totalmente increíble. Aquello no había pasado ni en el mejor de sus sueños. Al final sería verdad aquella frase que la gente solía decir de que la realidad, a veces, superaba a la ficción.
Jodie pudo notar como sus mejillas se teñían de rojo, su corazón palpitaba más fuerte y sus piernas temblaban ligeramente. Le encantaría echarse a los brazos del chico y decirle que a pesar de no saber ser romántico lo estaba consiguiendo, a su manera, pero se acordó de que las cosas no eran tan faciles.

-          ¿No has tenido suficiente con el karaoke? – susurró ella, intentando esconder sus sentimientos.
-          Vamos, Jodie... – él se quejó también susurrando. – ¿Te escribo una canción, vengo desde mi casa hasta aquí para cantártela, me pongo a recoger piedras en el jardín que no ha servido de nada porque no valen una puta mierda para despertar a alguien y te pones a la defensiva? – Jodie no dijo nada porque sabía que, en el fondo, él tenía razón y porque, también muy en el fondo, no quería que se fuera. – Escúchala y luego, si quieres, me echas a patadas.

No le dijo nada pero ella sabía que sí él se quedaba y le cantaba la canción no tendría ganas, ni fuerzas, para echarle de allí a patadas. Pero, otra vez, las mariposas se agitaban en su interior queriendo escuchar la canción desesperadamente. Ella asintio y Harry sacó un papel donde tenía la letra escrita, solo por si acaso.

-          Veamos tus dotes de compositor. – añadió ella.

Harry se revolvió el pelo y tomó una bocanada de aire. Nunca antes había estado tan nervioso por cantar delante de alguien pero es que aquella situación era diferente. La canción no era suya pero él la había modificado lo bastante como para que todos sus sentimientos aparecieran en ella, sentimientos que quizá no debería sentir y que sentía, y que quería que Jodie tuviera constancia de ellos. Por eso estaba nervioso. Sin mencionar que estaban solos, a las tantas de la mañana, en la puerta de su casa y que ella, seguramente, no fuera a despegar sus ojos de él.
Volvió a mirar al papel donde vio toda la canción escrita de su propio puño y letra y miró a Jodie otra vez. Ya no había vuelta atrás. El momento había llegado.
-          Hey, girl I think I am insane, thought I needed to upgrade, so I went and walked away-way-way.
Jodie se puso la mano en la boca cuando escuchó la voz de Harry, esa voz que tanto le gustaba y que tantas veces había soñado con escuchar cerca de su oreja susurrándole cosas bonitas, resonó por toda la calle vacía. Intentaba asimilar aquel momento y, sobre todo, asimilar lo que él le decía con aquella canción.
-          Now I see you’ve been hanging out with another dude in town, lookin’ like a bunch of clowns clowns clowns.
Después de cantar aquello mirándole a los ojos, Harry, miró al papel para recordar lo que venía ahora y puede que, también, para romper el contacto visual que le ponía mucho más nervioso.
Ella pensó inmediatamente en Eddie y se recordó que aquello estaba mal, que no tenía que ir viéndose a escondidas con el chico de rizos, que no era justo, pero la voz de Harry la sacó de sus pensamientos.

-          Remember all the things that you and I did first? And now you’re doing things with him. Remember all the things that you and I did first? You got me like this. And now he’s taking you to every restaurant and everywhere we went, come on! And now he’s taking you to every restaurant, you got me like this.
La chica tenía ganas de llorar cuando escuchó a Harry cantar todo aquello porque a su mente sólo se proyectaban todos los recuerdos que tenía con él: la primera vez que se vieron, su encuentro en la revista, su pequeña discusión por Caroline, la noche de la lluvia de estrellas, el beso… El beso. Ese beso que todavía aún no había podido olvidar y que no se podía comparar a los besos que ella y el pelirrojo compartían.
- Girl you can say anything you wanna, I don’t give a sh*t no one else can have you,
I want you back, I want you back, Wa-want you, want you back. I broke it off thinkin’ you’d be cryin’, now I feel like sh*t lookin’ at you flyin’. I want you back, I want you back, Wa-want you, want you back.

Harry jugueteaba con el papel mientras cantaba la canción, intentando no centrar su atención en Jodie y en ver las reacciones de ella porque sino no sería capaz de terminar la canción, por eso no se dio cuenta de que la chica tenía los ojos llorosos.
-          Please, this ain’t even jealousy, he don’t mean a thing to me... Try to rock his girly jeans, jeans, jeans. – Jodie se secó las lágrimas y rodó los ojos por lo que Harry acababa de cantar pero no pudo evitar que le resultara gracioso. - I clearly didn’t think this through, If what Iv’e been told is true, I’m comin’ after you you you.
Él continuó cantando la canción, cogiendo seguridad y confianza a medida que ésta pasaba, y ella le miraba sin decir una palabra intentando controlar los miles de sentimientos contradictorios que en ella se estaban creando.
-          Ooooh-ooooh, I thought you’d still be mine when I kissed you goodbye oh-oh, oh-oh. Ooooh-ooooh, You might be with him but I still had you first oh-oh, oh-oh.
La canción terminó y Harry se volvió a guardar el papel en el bolsillo. Después de eso, por fin, miró a la chica detenidamente buscando algo que pudiera servirle, algo que le dijera que no todo había terminado para ellos. Aunque ni él mismo sabía por qué no quería acabar con aquello, simplemente, no quería. Pero ella no dijo, ni hizo, nada.
-          ¿Y bien? – susurró él.
-          Esa canción no es tuya – rió ella intentando desviar la conversación. No le apetecía hablar de Eddie, de Caroline, de sus sentimientos, de la situación… sólo quería que él no se fuera.
-          Vale, admito que no es mía… pero le he modificado casi toda la letra. – rió él también. – Voy a tener que darle las gracias a Cher cuando la vea.
-          ¿Las gracias? ¿Por qué? – preguntó susurrando.
-          Por darme una excusa para venir a verte.
Jodie se quedó sin palabras y se quedó mirando al chico. ¿Qué se suponía que debía decir o hacer? No sabía que pasaría entre ellos después de aquello pero estaba claro que Harry había decidido admitir que había algo más.

-          Bueno… yo ya me voy – susurró Harry dándose media vuelta. Jodie se mordió el labio inferior sabiendo que no podía dejarle marchar así.
-          Harry – le llamó. Él se giró y la miró con un brillo especial en los ojos. – No te vayas, por favor…

El chico del pelo rizado se acercó con paso lento hasta ella, sonriendo levemente, esperando a que ella dijera algo más pero al ver que no lo hizo fue él quién habló:

-          Vale, no me voy pero cuéntame que te ha parecido la can-

Sus palabras fueron interrumpidas por los labios de Jodie sobre los suyos y sonrió en mitad del beso inesperado. Sus manos viajaron a la cintura de la chica, agarrándola y acercándola más a su cuerpo, mientras que las de ella se posaban alrededor de su cuello.
Fue un beso corto, lento, sincero que dejó a ambos con ganas de más. Cuando se separaron sus frentes se tocaban, sus pechos subían y bajaban respirando con dificultad y sus sonrisas se ensancharon.

-          ¿Y eso? – preguntó él
-          Te lo merecías.
-          Ven aquí, anda…

Esta vez fue él el que la besó. Recorriendo con la lengua todos los recodos de su boca, explorando y sintiendo sensaciones que se intensificaban en su interior, bebiendo de aquel beso como si fuera el último que se dieran.


Cheers and kisses!!
Mery, xx.  

4 jun 2013

You Belong With Me: Capítulo cuarenta y tres.

Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiis.
Ya vuelvo a estar por aquí con otro capítulo ¡Os quejaréis, eh! Ahora que no tengo cole pues aprovecho las mañanas para escribir, las que no me estoy durmiendo hasta las tantas, y esas cosas. Así que eso es bueno para vosotras porque significa que tardaré menos en subir.
Aprovecho para dar la bienvenida, otra vez, a todas las nuevas lectoras (o lectores, pero creo que en su mayoría son chicas) y daros las gracias a todos otra vez porque... ¡ya hemos llegado -y superado- a las 7.000 visitas!
Respecto al capítulo de hoy... debo deciros que es bastante largo, porque me emocioné escribiendo y salió así... Deciros que las cosas entre Hodie están que arden a partir de este capítulo y que... puede que la hoguera se encienda. Y que además, tiene TRES CANCIONES como soundtrack. Esto es importante más que nada porque una de ellas es la que da título al fic, sí, You Belong With Me de Taylor, y le da más sentido a toda la historia en general.
Las canciones, en orden cronológico, del capítulo son:
Call Me Maybe - Carly Rae Jepsen.
Troublemaker - Olly Murs.
You Belong With Me - Taylor Swift.




Capítulo cuarenta y tres: Karaoke night.
Cuando entraron en el karaoke, al que llegaron después de tener que pedir unas cuantas indicaciones para saber como llegar, la gente se giró para mirarles. Los chicos de One Direction sonrieron, acostumbrados a captar la atención de las personas. Las novias de estos estaban también bastante acostumbradas pero Jodie y Sam no. Se miraron preocupadas y se resguardaron en los brazos de sus novios, como si así se sintieran más seguras.

-          ¡Vaya! Qué placer tener a One Direction aquí. – les dijo el que parecía el encargado del sitio al verles entrar. Ellos saludaron cordialmente y estuvieron charlando con él. - ¿Cuántos sois? – preguntó después.

Louis miró alrededor, echando un vistazo rápido para asegurarse de cuantos eran. Zayn empezó a contar señalando con el dedo a los que eran, en cuestión de segundos dijo:

-          Trece.
-          Perfecto. – sonrió el encargado. – Tenemos una mesa bastante grande libre.
-          ¡Bien! – rió Louis. – Vamos va.

Todos siguieron al encargado quien se disculpó por no tener un reservado y por no tener tanto nivel como otros lugares de Londres. Los cinco chicos estuvieron de acuerdo con que era un lugar acogedor donde seguro que se lo pasarían bien y que no les importaba no estar en un reservado, incluso era mejor así puesto que podrían disfrutar de las demás actuaciones y los presentes de las suyas, si es que se animaban a cantar algo.

-          Algo cantarán, seguro. – le aseguró Eleanor al encargado.
-          Será divertido. – rió Liam. – Muy divertido.

Se sentaron en la mesa de manera totalmente aleatoria. Aunque quizá no tanto. Louis se las apañó para tener el sitio más estratégico y así controlarlo todo y Niall se posicionó a su lado, se sentían como si fueran los jefes de una trama de espías digna de las mejores películas de acción. Ambos sonrieron cuando vieron que Jodie y Eddie se sentaron al lado de Liam y Danielle y que Harry y su apreciada acompañante, la cual aún no había abierto la boca –cosa extraña en ella-, se sentaron delante.
Llevaban ya unos cinco minutos sentados y hablando cuando pidieron algo para beber. Parecía ser que las cervezas eran las claras triunfadoras de la noche, una apuesta segura, porque la mesa acabó llena de botellines de todas las marcas.
Zayn bebió de su botellín y se quedó mirando a Sam que estaba sentada en el regazo de su chico. Él le pasó la mano por la cara, acariciándola suavemente, y ella sonrió. Zayn rodó los ojos. ¡Menuda nochecita!
No mucho más tarde vieron un par de chicas que les observaban y todos dieron por supuesto que seguramente serían fans. Y no se equivocaron cuando se subieron a cantar “Up All Night”. Cuando terminaron pidieron disculpas a los propios chicos a través del micrófono por si no lo habían hecho bien y les dijeron que les admiraban mucho.

-          ¡No os preocupéis, lo habéis hecho estupendamente! – gritó Niall, al cual el alcohol ya empezaba a afectar. Las chicas sonrieron.
-          Va siendo hora de que alguno de nosotros se anime, ¿no creéis? – rió Liam.
-          Puede – accedió Harry.
-          ¿Por qué no cantas tú, amor? – le sugirió Caroline a su chico dándole un tierno beso en el cuello. El chico rió y negó con la cabeza.
-          Quizá más tarde.
-          ¡Pues ya cantamos nosotras! – se levantó Eleanor y con ella Danielle, Anne y Sam.

Todos aplaudieron la valentía de sus amigas y rieron al verlas hacer reverencias. Se quedaron de pie al lado de la mesa y miraron a Jodie.

-          ¿Tú no vienes? – ella negó con la cabeza  y sus amigas se encogieron de hombros. – No sabes lo que te pierdes enana.

Las chicas mientras iban de camino al escenario pensaron que canción podían cantar hasta que a Anne se le encendió la bombilla. Fue corriendo a decírselo al encargado y las cuatro subieron al escenario mientras escuchaban los vitoreos y gritos de sus amigos y novios.

-          ¿Qué canción has escogido? – preguntó Eleanor, en un susurro.
-          ¡Ya lo verás!

Se encendieron las luces del escenario y empezó a sonar la canción. De repente un grito salió de la garganta de Sam y Danielle, emocionadas, al reconocer la canción que iban a cantar: “Call me Maybe”.
Miraron a las pantallas y vieron que les indicaban el trozo que tendría que cantar cada una. Sonrieron a la vez que se movían al ritmo de la música.
En la mesa todos las miraban y bailaban con los botellines de cerveza en la mano. Jodie aplaudió entusiasmada a sus amigas y segundos después se le unieron Liam y Louis entre risas.

-          I threw a whish in the well. Don’t ask me, I’ll never tell... – empezó a cantar Eleanor al lado de Sam, haciendo movimientos extraños, intentando imitar a Louis cuando salía a cantar en sus conciertos.
-          - I Looked to you as it fell and now you’re in my way. - Danille se colocó la mano en la barriga, y cantó con sentimiento, como solía hacer Liam y su chico no pudo hacer otra cosa que reírse al verse reflejado de aquella manera.
-          I trade my soul for a wish, pennies and dimes for a kiss. – esta vez era la voz de Anne la que resonaba en el lugar y no apartó la mirada de Niall. Y menos cuando exageró la palabra “kiss”. Él rió y le tiró un beso.
-          I wasn’t looking for this but now you’re in my way. – Sam se unió a las otras tres chicas haciendo el tonto y balanceandose al ritmo de la música.

La canción siguió sonando y ellas seguían bailando y cantando. Jodie se levantó de la silla, movida por el alcohol y la música, y se puso a bailar. No pasaron ni dos segundos cuando el pelirrojo la acompañaba moviéndose a su compás, alrededor de ella, mientras que los demás les observaban, sobre todo Harry.

-          Hey, i just met you and thi is crazy but here’s my number so call me, maybe. It’s hard to look right at you baby but here’s my number so call me, maybe.

Todas cantaban al unísono y Zayn se sintió identificado con esa canción. Miró a Sam, la cual estaba pasandolo en grande y sonrió. Quizá no estaba con ella pero se la veía feliz y con eso le bastaba.
Poco después las chicas llegaron riendo entre ellas a la mesa. Se sentaron y bebieron cada una de su botella, descansando un poco. Los demás les felicitaron por su actuación y ellas sonrieron victoriosas.

-          No sé como no os cansáis de hacer esto todas las noches – rió Sam.
-          Es cuestión de acostumbrarse – le respondió Zayn. Ambos se miraron y sabían que aquellas palabras no hablaban solo de la música y los conciertos. Había algo más.

Había pasado cerca de una hora cuando todavía seguían allí sentados hablando de todo y de nada, riendo, haciendo bromas, bebiendo. Vieron más actuaciones y hasta Niall y Louis se atrevieron a subir y cantar. El irlandés cantó una de sus canciones favoritas, que ya la había cantado en sus conciertos, “Stereo Hearts” y el mayor cantó otra canción que también le habían oído cantar antes: “Valerie”.

-          Deberías cantar algo Harry. – sugirió Liam.
-          Eso, eso. Canta algo, amor. – le rogó su novia poniéndole ojitos. Harry sonrió y ella le dio un beso en los labios bajo la atenta mirada de todos. Jodie rodó los ojos y se acercó más a Eddie.
-          Creo que eso me ha convencido. – rió el de rizos.

El chico de rizos serpenteó entre las mesas con paso firme mientras en su cabeza pasaban unas cuantas canciones que podrían servirle para aquella ocasión. Pasó justo al lado de la mesa de las dos chicas que habían cantado una canción suya y vio que una de ellas llevaba un sombrero. ¡Eso le serviría!
Se acercó a ella y se lo quitó de la cabeza. La chica le miró interrogativa y él sonrió de esa manera que solo él sabía hacerlo, con aquello se la había ganado.

-          Te lo cojo prestado, espero que no te importe. – le dijo. Ella negó con la cabeza y él se subió al escenario después de decirle al encargado que canción quería.

El chico se quedó plantado en el escenario, con el gorro puesto y las luces alumbrándole, mientras todos le observaban. Él sonrió contento de su elección y sabiendo que quizá aquello le trajera más de un problema y más de dos… pero, a veces, podía permitirse esas locuras. O eso creía él.

You're a troublemaker.

Louis se levantó aplaudiendo la elección de su amigo en cuanto escuchó que las palabras resonaban en los altavoces. “Troublemaker” era una excelente elección que calentaría las cosas un poco más. Harry alzó una ceja a su amigo y se dispuso a cantar.

-          You aint nothing but a troublemaker girl.

Sus ojos se fijaron en los de Jodie al decir esas palabras y ella supo, de alguna manera, que todo aquello era una especie de mensaje oculto. Se sentó en el regazo de Eddie sin dejar de mirar al chico de rizos.

-          You had me hooked again from the minute you sat down. The way you bite your lip got my head spinnin' around. – Harry se mordió suavemente el labio después de decir eso y acto seguido movió la cabeza.

La canción seguía y el chico de rizos se movía por el escenario, bailando al ritmo de la música, cantando aquellas palabras una a una, sitiéndolas de verdad. Su mirada estaba fija en Jodie y ella no podía para de mirarle tampoco. Pero de repente los gritos de Louis y Zayn lo sacaron de su ensimismamiento.

-          ¡Vamos Harry! – gritó Louis dando palmas. Todos rieron menos Caroline y Jodie.

Harry dio una vuelta sobre si mismo abriendose la chaqueta y se escucharon muchos más gritos. Él sonrió.

-          Oh oh oh. Trouble troublemaker yeah. That's your middlename. – los ojos verdes de Harry buscaron los de Jodie, pero entre la distancia y la oscuridad, casi no pudo verlos. - Oh oh oh,  I know you're no good but you're stuck in my brain.

Jodie sintió aquellas palabras resonar por toda la sala. “Sé que no eres bueno pero sigues clavado en mi cabeza.” Rodó los ojos. ¿Qué estaba intentando decirle Harry con todo aquello? ¿Ahora iba a venir de víctima? Si fue el mismo el que dijo eso de que le gustaría poder dejarlo todo por ella pero que, desgraciadamente, no podía. ¡Era él el que tenía novia! Ahora que no viniera con los rollos de que ella era el problema porque no era así.
Suspiró. Aún después de toda la situación... le gustaba que Harry cantara esa canción, le gustaba la manera en que la estaba interpretando y le gustaba que la mirara de esa manera tan electrizante.

-          And I wanna know: why does it feel so good but hurt so bad? - Se acercó más al final del escenario y se encogió sobre si mismo, cantando con fuerza y energía. - Oh oh oh, my mind keeps saying  run as fast as you can. – Harry jugueteó con el pie de micro, como solía hacerlo, a la vez que cantaba. - I say I'm done but then pull me back. Oh oh oh, I swear you're giving me a heart attack. – la volvió a mirar y susurró al microfóno: Troublemaker.

Las palabras seguían saliendo, disparadas, de la boca de Harry en forma de canción. Era como si aquello fuera todo lo que él no tenía narices a decirle, ya fuera por Caroline, por la prensa, por Eddie... la cuestión era que él, Harry Styles, no tenía la fuerza suficiente para decirle a aquella chica de ojos verdes que le estaba poniendo en serios problemas desde que llegó a su vida.
Y cada vez que cerraba los ojos la veía a ella, parecía que sus dedos y, por qué no decirlo, sus labios, estuvieran impregnados de veneno. Veneno que él se moría por volver a probar. ¡Maldita sea!

-          Maybe I'm insane cos I keep doing the same damn thing. Think one day we gonna change but you know just how to work that back and make me forget my name... – Harry rapeó y sus cuatro compañeros de grupo se levantaron para animarle, parecía que estaban disfrutando con aquello. Él sonrió al verlo y siguió cantando. - You're a troublemaker but damn girl it's like I love the trouble and I can't even explain why.

Poco después la canción terminó y Harry bajó del escenario. Se acercó a la mesa entre gritos y felicitaciones aunque no sin antes devolverle el sombrero a aquella chica.

-          ¡Muy bien tío! – le dijo Zayn chocándole la mano.
-          ¡Ha sido alucinante, Hazza! – rió Louis revolviéndole el pelo a su amigo. El chico de rizos miró a Jodie y se sentó al lado de su novia, otra vez.
-          Ha sido perfecto, cariño. – le susurró Caroline a Harry. Él aceptó el cumplido sonriente y bebió de su botellín de cerveza. Sí. No había estado mal.

Jodie se quedó sentada entre los brazos de Eddie, que la apretaban con cierta seguridad, como si intentara que su presencia le reconfortara pero había algo removiéndose dentro de ella. Harry había empezado ese juego de provocaciones y estaba claro que aquella canción era una invitación a participar. Jodie sonrió con malicía y besó a Eddie en los labios antes de levantarse y decir:

-          Ahora me toca a mi.

Harry se tensó. ¿Iba a cantar? Aquello sí que era una sorpresa, una grata sorpresa. Louis se fregó las manos y sonrió. Las cosas estaban saliendo a pedir de boca y, a pesar de las situaciones de tensión, estaban pasando un buen rato juntos.
Jodie se encaminó hasta el escenario, con paso firme y tranquilo, y le comentó al encargado la canción que quería cantar. ¿Harry Styles quería mensajes escondidos en las canciones? ¿Si? Pues aquí iba otro.
You Belong With Me”.
Las chicas se pusieron como locas al reconocer las primeras notas de la canción y no se podían creer que fuera a cantarla delante de él y su novia. Sam silbó animando a su amiga a seguir adelante con aquello y pensó que quizá el alcohol le había ayudado bastante a pararse allí en medio a cantar aquella declaración tan abierta. Aunque también era normal después de ver el papelón que acababa de hacer Harry.

-          You're on the phone with your girlfriend; she's upset, she's going off about something that you said, she doesn't get your humor like I do.

Jodie cantó mirando a Harry y haciendo muecas, como si se burlara de Caroline, pero ella no le prestó atención. El chico de rizos sonrió. Ella esperaba que captara el mensaje, que se diera cuenta que esa chica que tenía a su lado, esa que parecía una barbie, no era para él.

-          She's cheer captain and I'm on the bleachers, dreaming about the day when you wake up and find that what you're looking for has been here the whole time. - sacó el microfóno del pie de micro y se movió per el escenario sintiéndose, por una vez, una estrella. - If you could see that I'm the one who understands you been here all along... so why can't you see; you belong with me? – miró a Harry en la distancia mientras se pasaba las manos por el pelo, echándoselo para atrás. - You belong with me.

El chico de rizos no se perdía detalle y sonrió levemente. Giró la cabeza y vio a todas las chicas, excepto su novia, bailando al ritmo de la música. Poco después la voz de Jodie volvió a resonar a través de los altavoces y su atención se centró en ella.

-          And you've got a smile that could light up this whole town... I haven't seen it in a while since she brought you down, you say you're fine, I know you better than that... – ella rodó los ojos mientras se movía por el escenario. De repente se paró y levantó el brazo, como si le fuera a señalar pero se quedó a medias, señalando al vacío. - Hey what are you doing with a girl like that?

La canción continuaba y con ello aquella declaración tan abierta. Jodie miró por un momento a Eddie quien la miraba en la distancia con una ceja enarcada. Mierda. Casi se había olvidado de él... Se sintió un poco mal por estar cantándole aquello a Harry cuando, en teoría, ella intentaba olvidarlo. Pero al ver que el pelirrojo le sonreía se quedó algo más tranquila, después de todo, había sido él el que había aceptado esa relación aún sabiendo sus sentimientos por Harry.

-          Have you ever thought just maybe you belong with me?

Al terminar los ojos de Jodie estaban algo llorosos y se sintió débil. Pero mirar otra vez hacia abajo y ver a sus amigas correr hasta el escenario le dio fuerzas. Bajó con tranquilidad, siendo completamente consciente de que la mirada de Harry estaba posada sobre ella, y se abrazó a sus amigas.

-          Eres muy valiente, Jodie. – le dijo Sam.

Harry las miró por última vez, revolviéndose los rizos, se acabó la cerveza y salió corriendo del establecimiento. Necesitaba alejarse de todo y pensar con claridad.


 Cheers and kisses!!
Mery, xx