12 ene 2014

You Belong With Me: Capítulo cincuenta y tres.

¡Holi lector@s!

Sé, lo sé, soy muy consciente de que os dije que este fin de semana habría doble capítulo (y os juro que estoy trabajando en ello) pero cómo queda poco de fin de semana y me sabía mal no subir nada... os subo el capítulo cincuenta y tres y cuando termine el siguiente (que lo acabaré entre esta noche y mañana) lo subo. ¿Os parece bien? Y si no... es lo que hay, porque yo más ya no puedo correr. xDDDDD
No tengo mucha más cosa que añadir, aparte de que estoy trabajando ya en el horario de subidas que se pondrá en marcha en breves (cuando se termine este fan fic seguramente). Y que nada... espero que os guste. Es un capítulo que salió a raíz de un sueño mío y ese sueño fue impulsado por Gossip Girl y Chuck Bass. En la serie hay una escena parecida a la que sale en este capítulo.... así que si habéis visto la serie pues eso, no me acuséis de plagio... es ligeramente diferente xDDD
AH, SE ME OLVIDABA. Este capítulo se lo dedico a mi prima Alba Ferrero porque la quiero mucho y porque estas navidades cuando la vi me sorprendió cuando me dijo que leía todas mis historias. Así que nada... le prometí que se lo dedicaría y aquí está <3 I love you Alba.

Capítulo cincuenta y tres: Soy Harry Styles.

0:00 am.

Harry seguía sin aparecer por casa y nadie, excepto a Louis, se había dado cuenta de ello.
Desde que el mayor había recibido, hacía un par de horas, la angustiada llamada de Jodie se había quedado en el sofá esperando a que su amigo llegara con los ojos anegados en lágrimas pero no fue así. Y se quedó horas esperando. Y cada hora que pasaba se desesperaba más. Su amigo Harry estaba por ahí, en algún lugar de la ciudad, con el corazón roto intentando ser fuerte cuando sabía que no lo era, no en aquella situación.
El chico no quería precipitar las cosas y causar revuelvo por la no aparición de Harry, ya que aquello no se podía llamar “desaparición”, pero le estaba empezando a preocupar la seguridad de su amigo y aquello le consumía por dentro. Sabía que tenía que hacer algo para salvarle, se lo había prometido a Jodie.
Se volvió a sentar en el sofá y encendió la televisión, aunque estaba claro que no iba a ver lo que fuera que estuvieran dando, mientras en su cabeza se repetía que si pasaban las horas y Harry no aparecía sería él mismo el que fuera a buscarle.

* * *
0:30 am

En un pequeño bar de un barrio no muy bonito de Londres se encontraba un joven de diecinueve años empapado en sus propias lágrimas y en alcohol. Tanto él como el camarero habían perdido la cuenta de cuantas copas llevaba pero ni al uno ni al otro le importaba. Al camarero ya le iba bien, puesto que aquello beneficiaba a su negocio, y al joven solo le apetecía olvidarse de todo y vio en ese bar una manera bastante efectiva de hacerlo.

- Ponme otro de estos. - pidió el chico levantando el vaso vacío. Segundos después su vaso volvía a llenarse, como por arte de magia.

Nadie parecía conocerle, nadie parecía importarle la existencia de aquel joven. Era, simplemente, otro de tantos buscando ahogarse en el culo de una de las miles de botellas del bar. Allí, en ese pequeño antro que olía a alcohol, tabaco y humedad, no era Harry Styles.
Solo quería pasar desapercibido y beber con la soledad de sus pensamientos pero estos le atormentaban a cada segundo. Cada gota de alcohol lo contaminaba un poco más y el mundo seguía siendo igual de asqueroso. Y en ese momento le entraron ganas de gritar. Y apretó la mano contra el vaso de cristal, con fuerza, como si quisiera romperlo, como sino le importara cortarse porque, de hecho, tenía el alma cortada en pedazos.
Bebió otro trago y el vaso se volvió a quedar vacío mientras un pensamiento persistía en su mente: “Eres Harry Styles.”
* * *

1:30 am

El tiempo pasaba implacable y Harry seguía sin aparecer por casa.
Louis se pasó las manos por la cara, cansado, y suspiró sabiendo que, por lo menos, no era el único que no podía conciliar el sueño.
Se levantó del sofá y dio vueltas por el comedor, como un león enjaulado. Estaba preocupado y no quería preocupar a nadie más pero tenía que hacer algo. Así que sacó su móvil y llamó a Paul Higgins, su jefe de seguridad.

-Paul, Harry ha desaparecido – dijo en cuanto descolgó.
-¿Desaparecido? ¿No crees que eso es algo brusco? Harry siempre sale y entra cuando quiere.
-No Paul. Escúchame se ha enterado de algo horrible, algo que estoy seguro que le estará destrozando por dentro, y en vez de volver a casa... se ha ido. No sé a donde, no sé donde está, pero tenemos que encontrarle.
-¿Qué? Louis, ¿estás seguro de lo que estás diciendo?
-¡Cómo no iba a estar seguro! - Louis estaba empezando a desesperarse. - ¿Vas a ayudarme a encontrarlo o tengo que ir yo solo?
-Voy para allá.
-Estupendo, nos vemos ahora.

Nada más colgar el teléfono Louis se vistió con lo primero que encontró en su armario y se dedicó a buscar por todas las redes sociales algún rastro sobre Harry. Un famoso no pasaba desapercibido así como así, siempre había alguien que te veía incluso en la calle más pequeña y menos concurrida. Así que con un poco de suerte alguien habría visto a Harry y habría puesto su localización. O eso esperaba porque no tenía ningún otro plan para encontrarlo.

* * *

1:30 am

Harry caminaba solo por las calles de Londres aguantándose en las farolas, las paredes y cualquier cosa que encontrara por ahí. No es que no pudiera caminar sin ningún tipo de apoyo pero, a veces, el mundo se le nublaba y todo le daba vueltas.
Le dolía la cabeza, los pies y el corazón pero nada le importaba, ya nada tenía sentido. Ni siquiera emborracharse pero no le quedaba otra alternativa.
Consiguió dar un par de pasos más y divisó a lo lejos gente en la calle. Eso era lo que buscaba: gente. Le daba igual quienes fueran, sus nombres o qué les gustara, sólo buscaba a gente que le dijera: “¡Eh yo te conozco, eres Harry Styles!”
Se acercó como pudo y se entremezcló con la gente, respirando débilmente, entrecerrando los ojos para que las luces no lo cegaran. Pero mientras caminaba se dio cuenta que nadie le había reconocido, que nadie le había parado para hacerse una foto y sintió rabia. ¡Vamos! ¡Era Harry Styles! ¿Quién no quería conocerle? ¡Siempre debía haber alguien, ¿no?!
El chico volvió a admirar el panorama que tenía delante y estudió la situación todo lo que su estado ebrio le permitía. Vio un monumento dedicado a vete tu a saber qué y una calle llena de bares y tiendas cerradas. Y otra idea cruzó su mente.
Se apresuró hasta llegar a la escultura situada en una pequeña plaza y se quedó allí. Abrió los brazos, cerró los ojos y dejó que el viento jugara con él. El frío le azotaba con fuerza en la cara como pequeños cuchillos afilados pero no le importó. Se aclaró la garganta y sonrió.

-¡SOY HARRY STYLES! - gritó.

La gente que paseaba por allí se giró a mirarle pero él no pudo verlo porque seguía con los ojos cerrados. El aire volvió a revolverlo todo una vez más.

-¡SOY HARRY STYLES! - volvió a gritar y, esta vez sí, abrió los ojos.

Unas cuantas personas lo habían reconocido y para su suerte había adolescentes entre ellas. Miró a una pequeña multitud de gente que lo miraban algunos desconcertados, algunos sorprendidos, algunos divertidos... vio como algunos de ellos sacaban el teléfono para hacerle una foto o algo parecido y no le importó. Porque seguía gritando sin cesar:

-¡SOY HARRY STYLES!

* * *

1:40 am

Un range over de color negro callejeaba por las oscuras calles de Londres. A simple vista eso era cuanto podías ver si veías ese coche pasar: un coche como cualquier otro, pero en su interior se encontraban Louis Tomlinson y Paul Higgins.
Louis llevaba su teléfono en la mano e iba recargando una y otra vez su página de twitter. No había querido twittear nada para no alarmar a las fans ya que sería extraño que él pusiera algo cómo: “¡Hey!, ¿alguien ha visto a Harry?”. Así que simplemente puso: Harry Styles y esperó a que alguien publicara algo que le diera una pista sobre dónde se encontraba.

-¿Louis, vas a contarme lo que está pasando? - preguntó otra vez Paul.
-Gira esa calle a la derecha. - le contestó evadiendo su pregunta. Paul asintió y se resignó, con un suspiro, a girar por la calle que Louis le indicaba. El silencio se hizo paso en el vehículo, un silencio pesado, hasta que finalmente Louis decidió romperlo. - ¿Qué harías si te enteras de que tu novia te ha puesto los cuernos?
-Deprimirme y no salir de la cama, supongo.
-Como la mayoría de seres humanos – rió Louis. - Pero a Harry le ha dado por desaparecer.

Paul no dijo nada más porque no había nada más que decir y Louis siguió a lo suyo en busca de la posible localización de Harry. Y entonces vio algo que le sirvió de gran ayuda. Una chica acababa de ver a Harry, hacía cosa de diez minutos, cerca de dónde se encontraban. ¡Hasta había adjuntado una foto! Louis sonrió victorioso y se recordó a sí mismo que cada vez que estuviera harto de que les controlaran recordaría ese momento.
El joven le dio las instrucciones a su acompañante para llegar todo lo rápido posible hasta el sitio donde habían visto a Harry y rezaba interiormente para que no se hubiera movido de allí.
El coche se desplazaba velozmente por las calles de Londres, como si de una persecución se tratase, aunque realmente era lo que era sólo que ellos no eran los que huían.
Paul aparcó el coche cerca de la plaza donde estaba la escultura y al bajarse los dos empezaron a caminar deprisa en busca de Harry. La gente los miraba extrañados pero no era para menos.

-¡SOY HARRY STYLES! - gritó Harry no muy lejos de allí y Louis pudo escucharle.

Nada más oír la voz de su perjudicado amigo el joven echó a correr, seguido por Paul de cerca, siguiendo el sonido. Unos cuantos metros más allá Louis pudo divisar al chico de rizos que se encontraba subido a un pequeño muro agarrándose a una farola. Rodó los ojos y suspiró sin dejar de correr. Quiso gritar su nombre para hacerle ver que estaba allí pero tampoco quería asustarle y que provocar que se cayera del muro.

La visión de Harry estaba más nublada de lo habitual y las luces bailaban a su alrededor, cosa que le parecía bastante divertida. A pesar de que su mente había dejado de tener pensamientos coherentes hacía mucho rato, él seguía allí demasiado deshecho como para irse.

-¡SOY... - empezó a gritar otra vez, balanceándose encima del muro.
-¡Eres Harry Styles! ¡Ya te he oído!

¿Esa era la voz de Louis? Harry se giró todo lo rápido que sus reflejos le permitieron y a dos metros de él vio a su amigo Louis Tomlinson junto a Paul Higgins. Hizo una mueca y se enocogió de hombros. Que Paul estuviera allí significaba que se había metido en un buen lío.

-¡PERO A NADIE LE IMPORTA UNA MIERDA! - gritó Harry, otra vez. Louis sonrió torcidamente y se subió al muro con él colocándose bien la chaqueta para protegerse del frío aunque no sirviera de mucho.
-No me grites, ¿quieres?

Paul los observaba desde el suelo con los brazos cruzados sobre el pecho. Se suponía que tenía que conseguir que Harry bajara, no subirse él. Con uno dando la nota ya tenían suficiente. Pero se limitó a mirarlos desde allí sin decir una palabra.

-¡Louis a nadie le importa que yo sea Harry Styles! - se volvió a quejar Harry. Había dejado de gritar pero seguía hablando en un tono demasiado fuerte.
-Eso es mentira. A mí me importa.
-¿Y por qué te iba a importar?
-Porque somos amigos y porque trabajamos juntos y porque vivimos juntos y porque nos hemos reído juntos... ¿sigo? - Harry no le contestó, así que decidió seguir hablando. - Soy tu mejor amigo. ¿Crees que eso no significa nada?

Louis se bajó del muro de un salto y lo miró desde abajo. Harry parecía bastante más calmado pero aún seguía sin procesar todo aquello. ¡A nadie le importaba que él fuera Harry Styles! Todo el mundo le tomaba el pelo, todos lo veían como un crío al que poder manipular... sobretodo ella. Caroline Flack.
La impotencia y la ebriedad se volvió a apoderar del pequeño que no paraba de de decir frases inconexas que se le venían a la mente y no paraba de repetir: “No puede ser verdad que haya hecho eso.”
Finalmente, como Paul había predicho desde que vio a Harry subido en el muro, lo cogió en brazos y lo bajó a pesar de las quejas del pequeño. Louis seguía intentando animar a Harry hablándole de las muchas cosas que había conseguido y con tan solo dieciocho años. ¿Es que no se daba cuenta de ello? ¿No era capaz de ver que, a pesar de que aquella chica (si es que podía conservar ese apelativo) le había hecho daño, él seguía siendo quien era y que mucha gente lo valoraba por ello?
Harry apestaba a alcohol, todo él, desprendía alcohol. Las piernas ya no le llevaban y estaba cansado, no quería hacer nada y eso dificultó la tarea de llevarlo a casa y meterlo en la cama. Pero después de muchas peleas, discusiones y esfuerzos lo consiguieron.

* * *

Al día siguiente el sol brillaba tenuemente, los pájaros cantaban y nadie parecía haberse enterado del altercado con Harry a pesar de que en las redes sociales no se hablaba de otra cosa. Había un montón de fans especulando y esparciendo información sobre que la noche anterior se había visto a Harry Styles cerca del centro borracho y gritando. Aunque no se le dio mucha importancia para suerte del joven de rizos.

Eran las doce del mediodía y la puerta de Niall aún seguía cerrada y el irlandés seguía sin dar señales de vida. ¿No se pensaba levantar o qué? Louis no podía esperar más así que picó un par de veces suavemente y para su sorpresa la voz de Niall le respondió que podía pasar al interior de la habitación. Se encontró al rubio con la guitarra en la cama y una libreta. ¿Estaría componiendo algo? ¡Eso parecía!

-Te veo ocupado... - siseó Louis acercándose y sentándose en el suelo.
-Intento estarlo – rió Niall. Dejó la guitarra a un lado y miró a su amigo. Louis no era de esos que venía a verte porque sí... así que el rubio intuyó que tenía algo que decirle. - ¿Qué pasa, Lou?
-¿Te has enterado que ayer Harry la lió? - Niall negó con la cabeza. - ¡Si tu supieras la que me lió! Tuvimos que ir Paul y yo a buscarlo...
-¿Y eso? ¿Qué pasó? ¿Discutieron él y Jodie? ¿Por eso lloraba Jodie ayer?
-¿Niall te has vuelto polícia y yo sin saberlo? ¡Vaya interrogatorio, chico! - rió el mayor. - No, no se pelearon pero... verás... Jodie descubrió algo que afecta directamente a Harry y por eso él estaba tan mal ayer.
-Caroline le pone los cuernos. - susurró.
-¿Qué? ¿Cómo sabes tu eso? - Niall rió ante la reacción de Louis. El mayor lo miraba con los ojos abiertos y la boca abierta. Se suponía que eso nadie lo sabía, sólo Caroline, Adam, Jodie, Harry y él.
-¿Te acuerdas el día de los puñetazos en la pared? - Louis asintió. - He ahí la causa.
-¿¡LO SABÍAS Y NO DIJISTE NADA!? - gritó el mayor y Niall le tapó la boca al instante.
-¿Tú te crees que es algo para gritarlo así? - el rubio rodó los ojos. - Liam también lo sabe.
-¡Joder! Al final lo va a saber todo el mundo y yo aquí sin enterarme... - los dos chicos rieron y luego se quedaron en silencio.
-¿Cómo está? - preguntó Niall al final. Louis supo, sin necesidad de preguntar, que hablaba de Harry.
-Jodie me dijo que no se lo creyó y luego lo comprobé yo mismo. Está mal y en fase de negación. Pero como Caroline no está al corriente de que lo sabe... supongo que hará ver como que nada ha pasado.
-Hay que hacer algo. Y rápido.
-Estoy de acuerdo, no podemos dejarle así. - Louis se rascó la barbilla, pensativo. - Sé de alguien que nos puede ayudar.

* * *

Cualquier día normal, si salías a pasear a la calle, podías ver miles de parejas cogidas de la man, abrazándose, dándose besos... y a algunos les provocarían nauseas (y cierta envidia por no tener a esa persona especial a su lado) y a otros les parecería estupendo puesto que el amor está en todas partes.
Sam y Dylan eran una de esas muchas parejas que salían a disfrutar de un agradable paseo en pareja. Sus manos se entrelazaban perfectamente pero sus mentes no tanto. Y eso les estaba dando más de un problema y más de dos (desde hace bastante tiempo). Eso y los celos desmedidos del chico. Aunque no solían hablar de ello porque siempre acababan discutiendo.

-¿Qué tal ayer en el programa? ¿Estuvo bien? - preguntó Dylan acariciando la mano de su chica.
-¿De verdad quieres saberlo? Mira que luego te enfadas... - suspiró Sam la cual estaba segura que, de todas maneras, su chico se habría tragado el programa entero la noche pasada.
-¡Claro! ¿¡Qué clase de novio sería si no me interesara por lo que haces!?
-La verdad es que fue muy bien... los chicos y nosotras tenemos una relación bastante... cercana. ¡Y eso es estupendo! ¿¡Verdad que sí!? - Sam rió entusiasmada. A pesar de que Dylan no le gustara hablar de ello, ella estaba emocionada por todos los cambios de su vida y por formar parte de la vida de One Direction.
-Define “cercana”. - respondió el chico a lo que ella rodó los ojos.
-No empecemos, Dylan. Somos amigos. Si es que se puede decir que lo somos...

Sam se paró en la acera para observar a su novio el cual tenía cara de pocos amigos. La rubia puso morritos y se acercó a él, mirándole con los ojos tristes. Dylan giró la cara, no podía verla así o acabaría ganando ella... siempre lo hacía porque sabía que no podía resistirse a esa cara. La chica cogió la barbilla del chico con su mano libre y la obligó a mirarla. Después de eso se lanzó a sus labios para darle un beso. Un corto beso que quedó interrumpido por una voz muy familiar.

-¿Sam?

La chica se separó corriendo de Dylan y se giró para comprobar que no estaba soñando quién estaba allí, en medio de la calle, llamándola era Zayn Malik. Llevaba unos pantalones tejanos rasgados, una chaqueta de cuero negra y un cigarrillo en la mano.

-¡Zayn! - gritó ella. Ambos se acercaron y se dieron un tierno abrazado bajo la mirada de Dylan. - ¡Qué sorpresa encontrarte aquí! Y solo...
-¿Verdad que sí? - sonrió él. - Una grata sorpresa.

Dylan caminó hasta su posición, reclamando a la chica rubia, y fue entonces cuando Zayn volvió a reparar en él. Lo miró con precaución y levantó una ceja, sin decir nada más. Los dos chicos se estudiaban al detalle durante esos segundos y ninguno de los dos tenía ganas de que el otro se encontrara allí.

-Hola Dylan. - saludó por fin el chico de ascendencia árabe.
-¿Que hay? - respondió el aludido despreocupadamente, aunque realmente no le importaba la respuesta que pudiera darle. Zayn volvió a sonreír, esta vez más falsamente, y se centró de nuevo en la chica.
-¿Te has enterado de lo que pasó con Jodie y Harry? Nadie en casa quiere contarme nada...
-Sé que ha pasado algo pero no sé qué exactamente. A Jodie le ha dado por guardar secretos, ahora. - rió.- Pero créeme que me enteraré.
-Oh, tu siempre te enteras de todo. ¿Me llamas cuando sepas algo?
-¡Claro, yo te llamo!
-Bueno, será mejor que me vaya... - siseó el chico mirando a Dylan, otra vez. Sam rodó los ojos. ¿Por qué tenían que tener esa rivalidad tan inútil y que no les llevaba a ningún sitio? ¡Además casi ni se conocían!
-Vale. - susurró ella. Zayn le dio otro abrazo sin dejar de mirar al chico que no se estaba perdiendo ni un detalle de la escena. Lo vio apretar los puños y sonrió. - Nos vemos pronto.
-¡No lo dudes, rubita!

Poco después de aquello Zayn Malik se alejaba calle abajo donde seguramente sería acosado y perseguido por miles de chicas adolescentes que estaban deseosas de conocerle.


See you soon, xoxo
Mery.  


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