Capítulo dieciocho; Dónde hubo fuego, cenizas quedan.
Las horas iban pasando, y las ganas de pasárselo bomba habían terminado en depresiones amorosas. Eleanor y Jodie se habían ido a la barra a contarse sus penas. Otra que también se estaba desahogando aquella noche era Naomi y su oyente era Danielle. Y por último las dos chicas fiesteras hasta la médula que aunque tuvieran problemas amorosos los ahogaban entre bailes; Sam y Anne.
-Cómo hemos ido a terminar la noche. – rió Sam.
-Todas borrachas perdidas, y encima estas deprimidas… - suspiró Anne.
-Bueno, es lo que tiene el alcohol que te anima mucho pero luego te deprimes. Y luego te vuelves a animar. Y así.
-Exacto. Yo espero que se animen pronto… porqué a ver con que caras largas nos vamos a presentar en casa de los chicos.
-¿Vamos a ir a casa de los chicos? – preguntó la rubia sin dejar de bailar.
-Sí. Es la casa que está más cerca, y Danielle no está en condiciones de conducir mucho.
-Eso es cierto.
-La cosa es que no nos esperan… pero ya nos apañaremos. – rió la morena.
Entre medio de la conversación llegaron juntas y riéndose Naomi y Danielle. Parecía que fuese lo que fuese lo que le preocupaba a la chica del pelo rizado ya estaba solucionado. O por lo menos, solucionado momentáneamente.
-Bien. Dos caras largas menos. Ahora falta que se animen Jodie y Eleanor. – rió Sam cuando las vio llegar.
-Ai, el amor… no nos puede dejar tranquilas ni una noche – canturreó Danielle mirando a Naomi.
-¿Qué le vamos a hacer? – le contestó ella sonriendo.
-¿Sabes que deberíamos hacer? – empezó a decir Anne.
-¡Bailar! Toda la noche… hasta que nos cansemos – esta vez fue Sam la que habló.
-Me parece bien.
Y allí se quedaron, las cuatro, bailando al ritmo de la música y planeando una manera de animar a sus dos amigas que seguían sentadas en la barra.
Después de un rato fueron las propias Eleanor y Jodie las que se unieron al grupo, más animadas y sonrientes. Aquello era lo que necesitaban. Fiesta. Risas. Diversión. Estar despiertas toda la noche. Las canciones pasaban, y las horas con ellas; eran las dos y media de la mañana, pero la fiesta todavía continuaba viva. Danielle enseñaba algunos pasos nuevos a Naomi y Jodie, a la vez que Eleanor se había unido a la conversación de Anne y Sam que bailaban al ritmo de la música.
-¿Qué hora es? – preguntó Sam.
-Son las… - dijo Anne rebuscando en el bolso. Sacó el móvil y miró la hora - … dos y media.
-Vale. Gracias.
Pero esto último Anne no lo había escuchado; se había quedado absorta mirando el fondo de pantalla de su móvil. Sam miró hacia el aparato muerta de curiosidad y se sorprendió al ver una foto de Anne y Niall besándose. No quiso decir nada y observó a la morena con atención. Anne acarició la pantalla del móvil y suspiró. Echaba de menos a Niall. Mucho. Pero fue decisión suya, fue ella la que le dejó escapar. Le entraron ganas de llamarle y de decirle que le echaba de menos, que quería volver a sentir sus manos entre su pelo, que quería escuchar el sonido de su risa a todas horas, y que no había ni un solo día que no recordara sus besos. Pero no lo hizo. Guardó el móvil y, sacando fuerzas de donde no las había, sonrió.
Sam seguía mirándola y ella entendió que, quizás, la rubia merecía una explicación a lo que acababa de ver.
-Anne… - empezó a decir Eleanor. – No te tortures.
-No lo hago.- rió ella.
-No me quiero entrometer pero… - empezó a decir Sam.
-Tranquila. Yo te cuento todo. – sonrió sorprendida de su propia actitud.
-¿Erais Niall y tú? ¿O ha sido un espejismo?
-No ha sido un espejismo. Éramos Niall y yo.
-¿Estáis juntos? – volvió a preguntar ella.
-No exactamente… Estuvimos juntos, pero ahora entre él y yo no hay nada. Puedes estar tranquila.
-No me preocupa, quiero decir… Niall es estupendo pero no estoy interesada en él, con mi novio tengo de sobra. – rió Sam.
-Debe de ser un chico fantástico tu novio porque, sintiéndolo mucho, quién no esté interesada en él está ciega. De todas maneras no te invito a que te sientas interesada por él; que conste.
-Estás liando a la pobre chica – rió Eleanor. Sam asintió. – Es que la historia de Niall y Anne es un tanto… difícil de comprender.
-No la comprendo ni yo – dijo Anne. – Así que imagínate…
-Pero, ¿qué pasó? – preguntó la rubia mientras bebía de su vaso.
-A ver… Empecemos por el principio… - empezó a decir la chica. – Niall y yo nos conocimos gracias a Danielle, que en aquel entonces ya era la novia de Liam. Me llevó un día a casa de los chicos y me los presentó. Mi relación con ellos era estupenda, nos llevábamos de maravilla, sobre todo con Niall. Siempre me habían gustado los chicos rubios de ojos azules… y él no iba a ser una excepción.
-Vamos que Niall era su prototipo de chico ideal – rió Danielle entrando en la conversación.
-Algo parecido – rió ella también.
-Vaya. ¿Y le contaste que te gustaba? – preguntó Naomi.
-No adelantemos acontecimientos… - prosiguió la chica sin dejar de bailar ni un segundo. – Éramos como mejores amigos, de aquellos que salen en las películas que se quieren secretamente y que no se lo dicen… De ésos. Y al parecer todo el mundo lo sabía menos nosotros.
-Yo lo sabía – apuntó Eleanor.
-Y yo. – dijo Danielle acto seguido.
-¿Veis? Al parecer, Niall estaba enamorado de mí. Y yo de él. Pero ninguno de los dos dijo nada. Tontos de nosotros. Podíamos haber sido felices, mucho más de lo que ya lo éramos, mientras pudiéramos…
-¿Mientras pudierais? – preguntó Jodie.
-Sí. Anne cree que debido a la fama no pueden ser felices – explicó Eleanor.
-¡Eso es mentira! – exclamó Sam. – Claro que podéis serlo.
-Sí. Mira a Eleanor y Louis; o a Danielle y Liam… - Naomi apoyó a Sam.
-Eso da igual ahora… - suspiró Anne. – La cosa es que poco después de todo aquello, él y yo quedamos un día cerca de mi casa. Fuimos a dar una vuelta y nos quedamos sentados en un barco del parque enfrente del estanque… Hablamos durante horas y horas de nuestras cosas; cómo hacen los mejores amigos. Y me besó.
-¡Ai que bonito! – la voz de Jodie interrumpió la explicación de la chica, pero no le importó puesto que le sonrió ampliamente.
-¿Verdad que sí? – rió Danielle. – Hacen buena pareja.
-Lo que vosotras digáis. La cuestión es que empezamos a salir, hasta que un día… - empezó a decir. Pero no pudo acabar. Le faltaban las palabras.
-Hasta que un día él le dijo que el disco se iba a lanzar pronto, y que las fechas de la gira estaban empezando a cerrarse con éxito. – dijo Eleanor.
-Pero… ¡eso no os impedía estar juntos! – exclamó Naomi.
-Lo sé, pero me asusté de la fama. Me da miedo eso que llaman “gloria eterna”. Me asusté de todo lo que ello conlleva… y me marché. – concluyó Anne.
-¿Te marchaste? ¿A dónde? – preguntó Sam.
-A España – rió ella. – Sí, suena tonto. Pero lo hice.
-Y volvió hace un par de semanas. – dijo Danielle abrazándola.
-Tienes que hablar con él; y decirle que lo sientes… y que simplemente tenías miedo… pero que le sigues queriendo. Porque le quieres, ¿verdad? – se apresuró a decir Naomi.
-Claro que le quiero… pero ahora es demasiado tarde para los dos. – suspiró ella terminándose el contenido de su vamos.
-Nunca digas eso. No sabes lo que puede pasar.
-Estoy de acuerdo con Sam. Siempre te lo he dicho Anne; dónde hubo fuego, cenizas quedan.
Le dejaron de dar vueltas al tema, y acabaron de disfrutar de la noche. La discoteca cerraba a las cuatro y media; y ellas estaban dispuestas a quedarse allí hasta que las echaran a patadas. Con cada cubata que entraba en su cuerpo las penas se desterraban más lejos, y empezaba a notarse que se estaban pasando un poco aquella noche.
Jodie y Naomi se acercaron a pedirle otro cubata a Eddie, el chico pelirrojo de la barra, y éste se negó en rotundo. Las chicas se quejaron y le pidieron explicaciones. Ellas eran las clientas; y el cliente siempre tiene la razón. ¡Siempre! Él simplemente sonrió amigablemente y les dijo que ya iban servidas para lo que quedaba de noche; que no les hacía falta beber nada más. Las chicas se enfadaron con él, pero no le importó. Aquello era algo normal en su trabajo día a día. Naomi se cansó de estar allí y que él no le sirviera nada y se marchó dejando a su amiga sola en la barra.
-¡Vamos, Eddie! Enróllate; la última – le pidió ella.
-¿Cómo te lo tengo que decir, Jodie? – sonrió él. – Estas que te arrastras por el suelo.
-Eso es mentira. – rió ella.
Estaba borracha. Demasiado borracha. Pero no era la primera que veía, y tampoco sería la última. La miró mientras fregaba los vasos que ya no se estaban utilizando. Era guapa. Miró a sus acompañantes en el fondo de la pista, y rió. Al parecer no era la única borracha aquella noche. ¡Qué locura de chicas!
-Eddie… por favor.
-¿Me prometes que es la última? – preguntó él sonriendo pícaramente.
-Te lo prometo. Además… ya es hora de cerrar, casi.
El chico cogió un vaso pequeño donde, normalmente, se ponen los chupitos de whisky o cualquier bebida alcohólica fuerte y lo llenó de agua sin que ella se diera cuenta. Acto seguido cogió la botella de vodka y la volcó sobre el vaso con el tapón cerrado haciendo ver que estaba llenándolo.
-Ten. La última, eh.
-Sí. Ya no más. – rió ella.
Cogió el vaso y se lo bebió de un trago. No sintió esa sensación de calor en su garganta… ni cómo el estomago le ardía. Pero no se extrañó. Eran ya tantas las copas que se había tomado aquella noche a la salud del chico de rizos que era probable que fuese inmune a sus efectos.
Poco después de aquello las chicas salían por la puerta de la discoteca tambaleándose encima de sus tacones quilométricos. Ahora debían buscar el coche de Danielle e irse a casa de los chicos.
No demasiado lejos de allí Niall estaba sentado en la cama pensando en Anne. Y miles de preguntas le venían a la mente. ¿Por qué le dejó? ¿Por qué se fue sin decir nada? ¿Por qué todo el mundo había tenido noticias de ella menos él? ¿Por qué no le envió ni un triste mensaje? ¿Cuándo había vuelto? ¿Iba a quedarse para siempre? ¿Por qué le había abrazado nada más verle? ¿Seguiría enamorada de él? Se revolvió el pelo. ¡Maldita sea! Que complicadas son las chicas… Miró al techo confundido cuando algo lo sacó de sus pensamientos. Un ruido; una puerta de coche que se cerraba. Miles de risas y susurros. Se asomó a la ventana corriendo y las vio allí; caminando hasta la puerta de entrada.
Jodie y Eleanor estaban apoyadas la una en la otra mientras caminaban, Danielle y Sam se aguantaban como podían y Naomi y Anne llevaban los tacones en la mano. Él sonrió; hasta borrachas estaban guapas, sobre todo ella. Pero también sonrió por otro motivo… aquello ponía en marcha otra vez la apuesta, y era una magnífica oportunidad para progresar en cuanto a relaciones amorosas.
Corrió por el pasillo para llegar antes de que las chicas a la puerta y así no hicieran ruido. Pasó por delante de la habitación de Louis que estaba medio dormido y en la puerta había una nota que ponía; “Chicas, si venís a arroparme y me encontráis dormido; despertarme. Lou.” Rió instintivamente y puede que demasiado fuerte puesto que resonó en todo el pasillo y Louis se removió en su cama. Se tapó la boca y continuó su camino. Las demás habitaciones estaban algo silenciosas… lo más probable fuera que los chicos se hubieran quedado dormidos.
Bajó las escaleras corriendo pero cuando estaba a mitad de éstas se escuchó el ruido de unas llaves y vio como la puerta se abría. ¡Mierda! ¿Qué pensarían si le veían a media escalera corriendo? Subió el tramo que ya había bajado y se quedó en una especie de rellano mirando que hacían las chicas. Las vio entrar entre susurros y risas. Intentaban no hacer ruido pero él estaba seguro que más de la mitad de la gente que estaba en esa casa ya sabía que habían llegado.
-¡Shhh! Callarse todas eh… - susurró Eleanor riendo.
-Pues no hables tú… - replicó Sam.
-Calla.
-Tú también.
-Tu primero – rió la morena.
-No quiero.
-¡Ya está bien! – intervino Naomi gritando un poco más de lo normal. – Callaros.
-Tenemos que ir a arropar Lou… se lo hemos prometido – apuntó Jodie.
-¡Es cierto! Ya casi me había olvidado de él – rió Danielle.
-Pero estará dormido… - esta vez fue Eleanor la que habló, y se sentó en el primer peldaño de la escalera.
-¿Y qué más da? ¡Se le despierta! – Anne tiró los zapatos de tacón al suelo en un acto de rebeldía haciendo un ruido espantoso. – Ui. Lo siento.
-A nosotras no nos tienes que pedir perdón… Ves a pedírselo a Niall. – dijo Sam sentándose en el suelo.
Niall seguía observando con demasiada curiosidad como para irse de allí. No entendía nada. ¿Anne tenía que pedirle perdón? ¿Por qué? Ahora más que nunca deseaba que continuaran hablando aunque fuese a gritos. Necesitaba saber qué narices estaba pasando allí. Se apoyó contra la pared y esperó.
-No tengo que pedirle nada. Hice lo que debía. – la chica se puso seria de golpe.
-¡Eso es mentira! – alzó la voz Jodie. – Tú le quieres.
-Sí, pero eso no cambia nada. ¿Lo entendéis? Nada.
El chico que estaba en la escalera escuchando se quedó blanco al oír aquello. No podía ser que aquello estuviera pasando de verdad. ¿Le quería? ¡Le quería! O eso había dicho… Tenía ganas de bajar y besarla… de abrazarla y no soltarla jamás. De hacerle ver que él no era como los demás, que él también la quería.
-Anne, eres una tozuda – dijo Danielle empezando a subir por las escaleras.
-No empecemos, Dan. Y no me hables más con metáforas de fuego y cenizas… ¡porqué aquí no queda nada! – gritó.
Todas las chicas pegaron un salto, y el propio Niall también. Se encendieron algunas luces en el pasillo; concretamente la de la habitación de Louis y la de Zayn. De ellas salieron los dos chicos con su ropa de dormir y miraron a Niall extrañado. Él les hizo un gesto para que se callaran y se acercaran hasta allí con cuidado. Los dos recién llegados le hicieron caso y se quedaron allí para observarlo todo.
-Sh… No grites, que despertarás a los chicos – la advirtió Naomi.
-¡A la mierda los chicos! – volvió a decir ella.
-Tranquilízate, Anne. Por favor.
-¡Que no quiero! ¡Que estoy harta de que me digáis que es lo que tengo que hacer! ¡Yo dejé a Niall y yo soy la que tiene que decidir si vuelvo con él o no! ¡Joder!
Louis y Zayn miraron al rubio sin entender nada, el irlandés se encogió de hombros y se rascó la nuca. ¿Qué debía hacer? Estaba confundido, muy confundido. A todo esto Danielle iba subiendo por la escalera lentamente alegando que se iba a dormir y que si necesitaban algo estaría en la habitación de Liam. Se escucharon silbidos por parte de Sam y Eleanor; y ella les hizo un corte de mangas. Niall miraba a Danielle preocupado. Les descubriría. Pero eso a sus acompañantes les daba igual y antes de que él pudiera decir nada lo empujaron escaleras abajo.
-Ah. Hola, Niall. – dijo Danielle mirando a Anne.
-Hola, Danielle. – le saludó.
Se cruzaron por las escaleras, ella subía y él bajada, bajo la atenta mirada de los presentes. Una vez arriba Danielle se cruzó con Louis y Zayn que le pidieron que hiciera ver como que ellos no estaban allí y ella sonrió a modo de respuesta desapareciendo por el pasillo.
-¿Qué está pasando aquí? – preguntó por fin el irlandés.
Todas las chicas se miraron entre sí, y las que estaban sentadas en el suelo y en la escalera se levantaron.
-Nada. – dijeron al unísono.
-Ya claro. Y estaba gritando el gato; que por cierto no tenemos uno. – todas las chicas rieron, incluida Anne.
Niall tenía que hacer ver que estaba enfadado; tenía que hacer ver que estaba durmiendo hasta que sus gritos le despertaron. No sabía si lo estaba consiguiendo, pero lo estaba intentando.
-En esta casa la gente duerme, ¿sabéis? Y más a las cuatro y pico de la mañana – prosiguió ya que nadie decía nada.
-Lo sentimos, Niall – susurró Jodie.
-Tranquila. Ahora ya está. Anda. Ir a dormir, y no hagáis más ruido.
Les hizo un gesto a sus amigos para que se fueran a sus habitaciones corriendo, y así lo hicieron. Y él se quedó allí viendo como una a una las chicas subían por la escalera. Mientras subían las chicas hablaban de ir a arropar a Louis, ya que se lo habían prometido y Niall las siguió hasta el cuarto del susodicho.
Eleanor cogió la nota de la puerta riendo. Este chico no tenía remedio. Entraron a la habitación en fila, y Niall se quedó en la puerta mirando.
-¡Por fin venís a arroparme! Que tardonas… - se quejó.
-Arroparle rápido que ahora os tengo que distribuir en las habitaciones, que no cabemos todos juntos. – dijo Niall aún intentando parecer enfadado.
-¿Y esa cara de malas pulgas, Nialler? – preguntó Louis como si nada.
-Le hemos despertado, sin querer. – rió Sam.
-Ya, claro. Sin querer – murmuró el irlandés riendo.
Las chicas seguían más borrachas que una cuba y arropar a Louis fue todo un logro. Eleanor se metió en la cama con él y a pesar de todo arreglaron sus diferencias dándose un beso interminable. Naomi les miró dolida; pero no podía hacer nada. Ella era una gran chica, y lo había podido comprobar aquella noche.
-¿Ya estás a gusto Lou? – rió Niall desde la puerta.
-Sí. Y bien acompañado. – dijo él estirado en su cama.
-Yo creo que te falta compañía en esa cama – aportó Sam mirando a Naomi.
-¿Quieres venir tu, rubita?
-Ni de coña. Tengo novio, famosillo.
-Él no tiene porqué enterarse – Eleanor le dio un golpe en el brazo. – Ai.
-Te aguantas. – rió ella.
-Realmente, Sam tiene razón – apuntó Niall. – Vas a tener que dormir más apretado esta noche.
-Si es con chicas, ningún problema.
-Tranquilo, Niall. Nosotras nos vamos al sofá – esta vez habló Jodie.
-No. Hay camas. El sofá esta para ver películas y pasarte las tardes de domingo, no para dormir en él – se negó el rubio.
-Se te ha olvidado que esas camas ya están ocupadas – por primera vez desde que Niall había bajado por la escalera era Anne la que hablaba.
-Pues nos apretamos. Como Louis y Eleanor; o Danielle y Liam.
-Ya, pero ellos son novios. – apuntó Naomi.
-¿Y qué? – rió el rubio. – No comemos.
-Si tú lo dices… -murmuró Sam.
Estuvieron un largo rato discutiendo donde dormirían y como. Las chicas insistían en dormir en los sofás, y Niall se negaba. No podían, ni querían, discutir más así que acataron lo que Niall había decidido.
-Naomi tú te quedas aquí con Lou y Eleanor; que él está deseando la presencia de más féminas en su cama. Sam te toca dormir con Zayn; Jodie con Harry, y Anne conmigo.
¡Oooooooooh! Sigo pensando que soy tonta en la historia. ¿Cómo puedo dejar a Niall e irme a España? No lo entiendo, no, no y no. Ay, me encanta el capítulo, pero sobretodo me encanta el capítulo siguiente. Tengo ganas de que lo subas ya y así poder leerlo aquí.
ResponderEliminarY nada, que ¡FELICIDADES! pásalo genial, ¿vale? Te quiero mucho, mucho, mucho. Y gracias a ti por entenderme, escucharme y aguantarme.
Anne xx
Hola guapíssima!
ResponderEliminarQuin gran capitol! He gaudit moltíssim!!!! :D I al final les noies han acabat amb els nois que els hi agraden! M'encanta! Amb moltes ganes del següent!
Petons bonica! :)