25 abr 2012

You belong with me; Capítulo diecinueve.

Por fin subo otra vez. Voy a recobrar el horario normal; miércoles y sábados. ¿Vale? Porque sino esto es un lío... hahaha (:
En este capítulo empiezan las ñoñerías cursis que se que os gustan a todas, y nada ... que espero que lo disfrutéis mucho. Bueno... y sí que tiene canción la que "toca" Niall en el capítulo. Una canción preciosa de mi querídisímo pelirrojo Ed Sheeran <333  Os la dejo aquí;
Kiss me - Ed Sheeran. ( http://www.youtube.com/watch?v=MXL8BEPl-Nw )

Capítulo diecinueve; Ella no lo sabrá jamás.
La repartición de habitaciones estaba hecha y parecía que nadie estaba aparentemente contento con esa distribución excepto Louis.
El irlandés hizo ruta por el pasillo con las chicas para dejarlas en sus habitaciones correspondientes. La más cercana era la de Harry; allí dormiría Jodie. Abrió la puerta y se encontró al chico de rizos plácidamente dormido. Parecía un ángel. Ella lo miró sonriente; tenía cara de no haber roto un plato en su vida. Y era probable que no lo hubiera hecho, pero había roto otras muchas cosas.
-Harry… Harry… ¡despierta!
-Louis, no quiero dormir contigo… Si has tenido una pesadilla ves a despertar a Liam. – murmuró el chico sin abrir los ojos.
-No soy Louis. – rió el irlandés. – Échate para un lado y haz sitio en la cama.
-Tampoco quiero dormir contigo. – las chicas rieron un poco más clamadas del desfase de su fiesta aquella noche.
-¿Y con Jodie?
-Con Jodie, sí. Pero está de fiesta. – la pequeña de ojos verdes se puso roja al oír aquello, y Niall sonrió.
-Te equivocas, está en tu habitación ahora. Y necesita un sitio para dormir.
Harry abrió los ojos y se revolvió en la cama más nervioso de lo habitual. Se incorporó un poco y observó su habitación oscura. Y entonces allí las vio a ellas; Sam, Anne, y Jodie. Las dos primeras sonreían ampliamente y le saludaban con la mano. Y Jodie, la chica con la que él quería dormir aquella noche, estaba mirando al suelo. Ni él mismo sabía por qué pero le apetecía demasiado hacerle un hueco en su cama aquella noche, así que sin pensárselo dos veces se echó a un lado y le dio unos golpecitos al sitio que había dejado vacío.
-Lo dicho, Jodie… Tú te quedas aquí. – dijo Niall dirigiéndose hacia la puerta.
-Hasta mañana – murmuraron las chicas cuando se fueron detrás del irlandés.
-Buenas noches – dijo Harry a modo de despedida.
La ruta de las habitaciones siguió. La siguiente parada era la habitación de Zayn. A Sam le temblaban las piernas; tenía novio, y le quería, pero iba a pasar la noche con su amor platónico. Junto a él en una habitación sólo para los dos. Niall sonreía de oreja a oreja puesto que después de dejar a Sam allí tendría tiempo para hablar a solas con Anne; si es que estaba en condiciones de hablar. No quería presionarla ni nada, lo único que quería era volver a conquistarla.
La puerta de Zayn estaba entornada y parecía que dentro había movimiento. Eso era una ventaja, así no tenía que despertarle. Al abrirla del todo pudieron comprobar que Zayn estaba sentado en la cama con el móvil entre las manos. El chico levantó la vista y les vio allí.
-Hey, ¿Qué hay? – saludó él.
-Nada, te traigo compañía – dijo el irlandés.
-¿Y eso?
-No hay sitio suficiente para todas las chicas para dormir… Sam se quedará contigo esta noche. – Niall le guiñó el ojo, pero ninguna de las dos chicas lo vio.
-Por mi ningún problema. Si ella quiere, claro – rió Zayn.
-¿Estas de broma? Prefiero dormir aquí que con el loco de Louis – se apresuró a decir Sam.
-Asunto solucionado. Anne y yo nos vamos a dormir también. – concluyó el rubio.
-Vale.
-Hasta mañana – se despidió Anne.
Solo quedaban ellos dos; Niall y Anne. Caminaban en silencio por el pasillo; él haciendo ver que no sabía nada, y ella haciendo ver que nada había pasando entre los dos. Ella suspiró cansada de fingir, y él miró a otro lado. Pasaron a la habitación en silencio… pero ese silencio duraría más bien poco.
Un par de puertas hacia la derecha, en el interior de la habitación, se encontraban Danielle y Liam. La pareja perfecta. No tenían problemas; y se querían. Su relación era apoyada por todo el mundo, y aunque se veían poco aprovechaban todos los momentos que tenían para ellos; como esa noche. Cierto era que Danielle estaba bastante borracha, pero a él no le importó. La acogió en sus brazos, y disfrutó de su compañía.
Estaban los dos medio estirados en la cama, apoyados contra una de las paredes, abrazados. Ella tenía su cabeza apoyada en el pecho de Liam, y él le pasaba la mano por el pelo suavemente.
-Vaya noche más movidita… - dijo ella.
-¿Qué ha pasado? – preguntó él para reconfortarla.
-Eleanor se ha deprimido por Louis, Jodie estaba un poco triste por Harry, y luego Anne y su tema con Niall… que ya sabes que es intocable. Se ha puesto como una fiera.
-Sí, ya sé cómo es Anne. Lo de Louis y Eleanor es normal… Son demasiado iguales y eso a veces no es bueno. Y en el tema de Jodie no puedo opinar mucho, me encantaría que no lo pasara mal por el capullo de Harry y su novia… Pero no podemos hacer nada.
-No llames a Harry capullo… Anda que tú también; tener amigos para esto – rió ella.
-A veces se merece que le llamemos capullo. No lo niegues.
-No lo niego, pero… pobrecito; está enamorado.
-Ella no le conviene. – dijo él muy serio.
-Lo sé, Liam. Lo sabemos. Pero es su vida.
-Pues que luego no me venga llorando – rió él.
-Si lo hace, que seguramente lo hará, estarás ahí… porque eres más bueno que un trozo de pan.
-Cierto. – afirmó él. - ¿Por qué?
-Naciste así. – rió ella. – ¿Pero sabes qué? Me gusta que seas así.
-Y a mí me gustas tú.
Ella se giró un poco para mirarle a los ojos; y él sonrió. Se besaron tiernamente alejándose del mundo, queriéndose, durante unos minutos.
-Eres el novio más perfecto que existe en este mundo, Liam Payne. – dijo ella por fin.
-Discrepo. – rió él mientras le daba otro beso más corto que el anterior. – Soy del montón.
-Sabes que eso no es así. – sonrió ella.
-Princesa, tienes que descansar. Ya es tarde. Mañana si quieres seguimos discutiendo sobre quién es el mejor novio del mundo.
-Vale. Pero no hay mucho que discutir.
-Eso lo dirás tú… - susurró él. Y se volvieron a besar.
Ella se acurrucó entre las mantas, casi sin separarse del cuerpo de su novio, y con una sonrisa en los labios se durmió mientras él la observaba.
Delante de la habitación de Liam se encontraba la de Harry. En ella se encontraba, naturalmente, el chico del pelo rizado y su invitada particular durante aquella noche. En cuanto salieron Niall y las chicas de la habitación todo se quedó muy silencioso. Ninguno de los dos dijo nada; pero las miradas hablaban solas. La de Harry decía: “Ven, esta noche quiero dormir contigo.” Y la de ella decía: “Lo siento pero soy una extraña en tu cama.” Tardaron en ponerse de acuerdo, puede que tardaran cinco minutos. Sin hablar, simplemente mirándose y Harry dando insistentes golpes en el colchón.
-Vamos, Jodie. Tengo sueño. Métete en la cama, no me hagas salir a buscarte. – dijo él sonriendo.
-¿Tienes sueño? Pues duérmete.  – respondió ella cohibida. Se sentía extraña allí.
-Pero yo quiero dormir contigo. – rió Harry.
-Lo llevas claro. – rió ella también.
-¿Te piensas quedar ahí plantada toda la noche con los tacones esos infernales?
-Sí.
-Pues yo no te dejo.
-¿Y qué vas a hacer? – preguntó cruzándose de brazos.
-Me levantaré y te meteré en la cama a la fuerza – respondió él.
-Ya, claro. ¿Tengo que creerme que lo harás?
-¿No me crees capaz? – se ofendió.
Ella negó con la cabeza. Harry riendo se levantó de la cama corriendo y se acercó hacia la chica. A Jodie casi le da un infarto de ver la ropa con la que Harry dormía; o más bien decir… la poca ropa con la que Harry dormía. Él seguía avanzando decidido hacia ella con una sonrisa en la cara. Se quedó quieto delante de ella y susurró;
-Ya estás tardando en meterte en la cama… Es la última oportunidad que te doy.
-Harry, esto es una tontería – dijo ella como pudo.
-¿No aprovechas la última oportunidad? Muy bien, tendré que hacerlo yo mismo.
El chico hizo el intentó de cogerla en brazos y ella se revolvió riendo. Él sonrió al oír el sonido de su risa y se dejó llevar por la locura. Finalmente pudo cogerla en brazos a pesar de que ella se resistía y le decía que la bajara, que no quería meterse en la cama… Harry hizo caso omiso a todo lo que la pequeña Jodie decía mientras pataleaba como una niña. Caminó por la habitación con la chica en brazos, y la dejó en la cama, sin dejar de sonreír. Asunto solucionado. Ella estaba en la cama y él la miraba orgulloso de haber conseguido su propósito.
Poco después de que ella se quitara los tacones y de que Harry le dejara una camiseta enorme para dormir, por fin estaban los dos tumbados en la cama. Harry apunto de dormirse, y Jodie pensando en que aquello era totalmente inverosímil. Ella, en la cama de una superestrella, y él a su lado. Giró la cabeza y allí seguía; no se había ido. Tenía los ojos cerrados, sus rizos caían por su cara y en su boca se dibujaba la más perfecta de las sonrisas. Ella suspiró sintiéndose especial; por unos segundos sintió que aquel chico le importaba de verdad.
La habitación de Louis, que estaba al principio del pasillo, era la única que tenía balcón ya que al mayor le gustaba asomarse a contemplar el paisaje. Alrededor de la casa había muchas praderas y, a lo lejos, algún que otro bosque. Y a él le gustaba apoyarse en la baranda y dejar las horas pasar. Pero en aquel preciso instante no era Louis el que estaba mirando a la nada dejando las horas pasar. La larga cabellera rizada de la chica ondeaba con el viento frío de aquella noche, aún llevaba aquel vestido puesto, y los efectos del alcohol se le habían pasado bastante. Naomi suspiró mirando al interior de la habitación donde Louis y Eleanor dormían plácidamente, o al menos eso parecía. No se sentía cómoda en aquella cama, sentía como si se estuviera entrometiendo en su relación… Y eso no podía hacerlo, por muy enamorada de Louis que estuviera, jamás.
-¿Te he dicho ya que me encanta como te queda ese vestido? – la voz de Louis la sobresaltó y eso que no había hablado demasiado alto.
Ella se giró tímidamente y le miró. Estaba guapísimo a la luz de la luna; sus ojos azules brillaban y parecía que aquella noche su sonrisa quería eclipsar la luz del universo.
-Creo que no había tenido ocasión de decírtelo… hasta ahora – prosiguió él acercándose hasta la baranda.
-Pero ahora ya lo has dicho… - susurró ella.
-Y lo diría todas las veces que hicieran falta. Lo guitaría si fuese necesario.
Ella rió, pero no dijo nada más. Miró de reojo a Eleanor otra vez. Suspiró. Aquello no estaba bien; nada bien. Ella y Louis en un balcón a las tantas de la mañana mientras ella duerme sin enterarse de nada a apenas dos metros de allí.
-¿Quieres que lo haga?
-¿Estás loco? Podrían oírte…
-¿Qué más da? No estaría diciendo ninguna mentira. – replicó Louis.
-Nadie ha dicho que estuvieras diciendo una mentira. Sólo digo que… no hace falta gritar las cosas para que sean más verídicas. A veces los susurros son más efectivos.
-Oh. Ya lo cojo. Quieres que te susurre que estas preciosa, ¿verdad?
-Yo no quiero nada… Eres tu el que has empezado toda esta conversación. – dijo ella dejando de mirarle.
De repente notó la presencia de Louis demasiado cerca suyo pero no tenía ganas de apartarse, ya no quería seguir apartándose de él. Cerró los ojos sabiendo que él seguía ahí, sin moverse ni un milímetro. Casi podía sentir su respiración, y un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando Louis le apartó el pelo.
-Estás preciosa. – susurró él.
Naomi no dijo nada. Esperaba que él se separara de ella, y que pudieran hablar de cualquier otra cosa. Pero Louis se quedó allí, a su lado, y se apoyó despaldas a la barandilla mirándola fijamente. Por primera vez en toda la noche lo miró a los ojos, y sonrió. ¿Qué otra cosa podía hacer? Le encantaba que él fuera así con ella, y quería creer que eso sería así siempre…
-Gracias – dijo finalmente ella.
-Las que tú tienes – rió Louis.
Naomi quería ponerse a saltar de alegría, quería bailar, quería reír, quería ser feliz, quería estar con él. Y Louis quería romper con todas sus ataduras, quería gritar, quería sentirse libre, quería besarla; se moría de ganas.
-Naomi… - empezó a decir él.
-¿Si? – contestó la chica pensando lo bien que sonaba su nombre prenunciado por sus labios.
-¿Tu me quieres? – dijo de repente.
-¿A qué viene esa pregunta?
-Las preguntas no se contentan con más preguntas. – rió él.
-¿Y por qué no?
-Porque lo digo yo. – esta vez fue ella la que soltó una carcajada.
-Eso es una respuesta dictatorial, que lo sepas.
-Si… bueno. Si quieres llamarlo así… Pero, ¿me vas a contestar, o no?
-¿Cuál era tu pregunta? - intentó esquivar el tema ella.
-Te he preguntado si me quieres.
-¿Si te quiero? – él asintió.
-Mira, ¿sabes qué? No quiero saberlo. No me lo digas, porque voy a hacer lo que quiera igualmente – ambos rieron. Louis no cambiaba ni a tiros.
Louis se acercó a la chica, y le acarició la cara mientras la miraba fijamente a los ojos. Ambos deseaban besarse pero entre medias había demasiadas cosas que se lo impedían. En la cama Eleanor se movió y se acurrucó en las sábanas. Los dos miraron de reojo unos segundos. Nada de otras personas; ahora mismo sólo existían Louis y Naomi.
-¿Y qué es lo que quieres hacer? – susurró ella.
-Esto… - dijo él antes de acercarse peligrosamente hacia sus labios.
La chica cerró los ojos. No podía creer que el chico de sus sueños estuviera a punto de besarla. Louis Tomlinson besándola. ¿De verdad era eso posible? Cuando abrió los ojos se encontró a Louis demasiado cerca. Sus frentes se tocaban, y sus labios estaban a escasos milímetros de rozarse. Finalmente él se inclinó sobre ella y rozó sus labios tiernamente. La besó con ternura y antes de que aquello pudiera ir a más ella se apartó.
-Louis, no podemos hacerle esto a Eleanor. – dijo ella pasándose las manos por el pelo. - ¡No podemos! – elevó un poco más la voz, desesperada.
-Yo… Siento si te ha molestado – murmuró él.
-¿Molestarme? ¿A mí? En absoluto. Pero se de alguien que se molestaría si lo supiera.
-No lo va a saber. – contestó él intentando calmarla.
-Lo dices como si fuese a tranquilizarme. – respondió ella nerviosa.
Ella se encogió sobre sí misma y miró al suelo. ¿Qué estaba pasando? Se iba a volver loca. Deseaba a aquel chico, le encantaba desde el primer momento que lo vio, pero ella no era esa clase de chica que iba robando novios. 
-Eh… - susurró él agachándose y haciendo que él la mirara – No pasa nada. Está todo bien. ¿De acuerdo?
-No, Louis. No está todo bien.
-Las cosas no son fáciles, ¿sabes?
-Dímelo a mí… - dijo más para ella que no como respuesta a Louis.
-Naomi, no te agobies. Ha sido un beso, bueno… un medio beso – rió él. – Ella no lo va a saber jamás. Y sé que es culpa mía porque estoy complicando las cosas más de lo que debería… pero yo soy así.

Espero que os guste mucho, un besito;
Mery Da Font.  

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