Ah, y un saludo a las nuevas lectoras como Noelia que me twitteó diciendo que se la había leído y le gustaba mucho :) Gracias a todas, de verdad.
Capítulo
veintisiete; Me estás arruinando la vida.
Ese mismo día, en el que Niall había salido con las chicas, Harry se
propuso arreglar las cosas: primero con Caroline y, luego con Jodie. Sería
complicado complacer a las dos, y lo sabía, pero él sólo quería enmendar sus
errores. Mientras se peinaba los rizos delante del espejo pensó en cómo había
empezado todo aquello una noche de invierno después de un concierto. Agitó la
cabeza intentando sacarse a Jodie de la cabeza, necesitaba pensar con claridad
para poder aclarar las cosas con su novia que se recordó, por si se le había
olvidado por un segundo, que era Caroline y no la chica de los ojos verdes
esmeralda.
Bajó las escaleras de casa, sin ser visto, y salió sigilosamente. Nadie
lo echaría de menos, excepto Louis pero ya se inventaría alguna excusa. Se
montó en su coche y se dirigió a casa de Caroline donde, estaba seguro, que
ella le estaba esperando. Condujo con cautela por las calles de Londres hasta
que llegó a un lugar algo apartado lleno de casitas apareadas y con jardines
todos iguales. Se quedó en el coche, unos minutos, con las manos en el volante.
Lo agarró con fuerza, cerrando los ojos, intentando ser lo suficientemente
valiente para hacer frente a la situación. Se bajó del coche y caminó hasta la
puerta con paso sereno. Picó y esperó pacientemente y con una sonrisa en la
cara a que Caroline le abriera.
-¡Harry, cariño, que sorpresa! – dijo ella dándole un beso.
-¿Verdad que sí? Me gusta sorprender a mi princesa.
-¿Verdad que sí? Me gusta sorprender a mi princesa.
Él le correspondió el beso estrechándola entre sus brazos. Y se quedaron
así un buen rato.
-¿Cómo te encuentras hoy? – preguntó él.
-¿Lo dices contando, o sin contar, que he sido desacreditada públicamente sobre si soy o no tu novia?
-Va, tonta, no te pongas así. Ya está todo solucionado, ¿no?
-A medias… - él intentó darle otro beso pero ella se hizo de rogar.
-¿Lo dices contando, o sin contar, que he sido desacreditada públicamente sobre si soy o no tu novia?
-Va, tonta, no te pongas así. Ya está todo solucionado, ¿no?
-A medias… - él intentó darle otro beso pero ella se hizo de rogar.
Harry resopló sin saber qué hacer. Ya había hablado con la prensa y todo
el país se había enterado de lo feliz que era con Caroline y de lo mucho que la
quería. Había dejado claro que entre él y Jodie no había más que una cordial
amistad. ¿Qué se suponía que tenía que hacer más? No quería seguir discutiendo pero
es que realmente no entendía lo que su novia esperaba de él. Quizá si
comprendiera lo que era podría hacerla feliz, quizá podría complacerla de la
manera que ella se merecía.
-Cariño, no he venido a pelearme más. Yo sólo quiero hacerte feliz.
-¿Quieres hacerme feliz? – ella sonrió y esta vez fue ella la que le dio un corto beso.
-Eso he dicho.
-Pues ya puedes empezar ahora mismo… - susurró ella.
-¿Quieres hacerme feliz? – ella sonrió y esta vez fue ella la que le dio un corto beso.
-Eso he dicho.
-Pues ya puedes empezar ahora mismo… - susurró ella.
Se besaron apasionadamente y las manos de Caroline se metieron debajo de
la camiseta de su novio recorriendo su torso, como otras muchas veces.
Perdieron la noción de sí mismos entre el amor y el deseo. Hacía mucho tiempo
que no tenían un rato para ellos solos, y cuando lo tenían se lo pasaban
discutiendo. Se trasladaron como por arte de magia al cuarto de la chica y
allí, entre caricias y besos, fueron felices durante un rato.
En otro lugar de la ciudad Jodie estaba en su sofá sentada con un pijama
de color rosa y un moño mal hecho y mientras miraba la televisión sin verla
desayunaba un tazón de cereales. Pensaba en cosas en cosas sin sentido pero la
mayoría del rato pensaba en él y en las palabras que pronunció en la
entrevista. Se acordó de una de las sagas que había leído recientemente,
Crepúsculo, y sobre todo se acordó de aquel momento en que Bella tiene que
elegir entre su mejor amigo y su novio. “No me hagas elegir, Jake, porque lo
elegiré a él, siempre ha sido él.” Suspiró y comió otra cucharada más de
cereales. Siempre había sido ella. Siempre. Y no había nada que se pudiera
interponer entre ellos. No pudo evitar pensar que estaría haciendo él en ese
mismo momento y, sin saber por qué, le entró un escalofrío en el cuerpo. Fue
entonces cuando se dio cuenta de que prefería no saberlo.
Cuando acabó de desayunar dejó el tazón en la fregadera y se dirigió a su
cuarto. Al pasar por el comer vio encima de la mesa las flores que Harry le
había regalado por su decimo octavo cumpleaños. Ya estaban algo marchitas, como
su amor, pero ella las conservaría allí hasta el fin de los tiempos, hasta que
no cayera el último pétalo. Sonrío tristemente al darse cuenta de que lo que
ella sentía por él era como aquellas dieciocho rosas: poco a poco se marchitaba
más debido a que nadie regaba ese amor, pero permanecía allí, inmóvil,
esperando a que sus pétalos resistieran lo suficiente mientras esperaba un
final feliz, que probablemente no llegaría. Pasó de largo y una vez en su
habitación cogió su teléfono y llamó a Naomi.
-¡Hey Jodie! ¿Qué tal va todo? – preguntó la otra chica.
-Vamos haciendo, ¿y tú qué tal?
-De lujo, he quedado con Louis.
-¿En serio?
-Totalmente. – respondió su amiga.
-Estás loca. Vigila, que es un chico comprometido.
-Yo no le obligo a hacer nada que no quiera, y lo sabes. Él ya es mayorcito para saber lo que hace.
-Bueno, avisada estás… luego no me vengas con movidas, que Eleanor me cae bien – susurró Jodie.
-Ya, y a mí también, pero me cae mejor Louis. – se escuchó una risa sarcástica por parte de la morena. - Sabes a lo que me refiero, ¿no?
-Sí, Naomi, sí.
-Vamos haciendo, ¿y tú qué tal?
-De lujo, he quedado con Louis.
-¿En serio?
-Totalmente. – respondió su amiga.
-Estás loca. Vigila, que es un chico comprometido.
-Yo no le obligo a hacer nada que no quiera, y lo sabes. Él ya es mayorcito para saber lo que hace.
-Bueno, avisada estás… luego no me vengas con movidas, que Eleanor me cae bien – susurró Jodie.
-Ya, y a mí también, pero me cae mejor Louis. – se escuchó una risa sarcástica por parte de la morena. - Sabes a lo que me refiero, ¿no?
-Sí, Naomi, sí.
Se quedaron en silencio unos minutos. ¿Qué se supone que debía decir
Jodie? ¿Qué se alegraba por ella, que era fantástico que estuviera viviendo su
aventura adolescente con Louis cuando ella estaba sufriendo como una idiota por
Harry? Entonces Naomi rompió el silencio y empezó a parlotear contándole que
habían quedado en casa de ella, la ropa que se iba a poner, lo que había
pensado preparar de cena y miles de cosas más. La joven de los ojos verdes no
tenía fuerzas para seguir escuchando eso.
-Espero que te vaya bien – intentó hacer ver que se alegraba por su
amiga, pero no tuvo mucho éxito.
-Gracias, pequeña. Ya te contaré.
-No es necesario que me lo cuentes… De verdad. – suspiró. – Sinceramente, no me apetece saberlo cuando estoy pasándolo mal por el idiota con rizos.
-Oh, es verdad… Lo siento. – se disculpó.
-No pasa nada. Bueno, te dejo que quiero estudiar un poco.
-Vale. Adiós.
-Adiós. – Jodie colgó el teléfono y lo tiró contra la alfombra. Aunque por suerte no sufrió ningún desperfecto.
-Gracias, pequeña. Ya te contaré.
-No es necesario que me lo cuentes… De verdad. – suspiró. – Sinceramente, no me apetece saberlo cuando estoy pasándolo mal por el idiota con rizos.
-Oh, es verdad… Lo siento. – se disculpó.
-No pasa nada. Bueno, te dejo que quiero estudiar un poco.
-Vale. Adiós.
-Adiós. – Jodie colgó el teléfono y lo tiró contra la alfombra. Aunque por suerte no sufrió ningún desperfecto.
Y es cierto que tenía intenciones de estudiar pero con todo lo que estaba
pasando le era completamente imposible. Llevaba un par de días, desde la
entrevista de televisión, que no podía dejar de pensar en Harry y su novia… y
ahora su amiga le venía con que había quedado con el mejor amigo de éste y
restregándole su historia de amor. Si es que a eso se podía llamar historia de
amor, porque más bien ella lo llamaría historia de cuernos.
Las horas iban avanzando inexorablemente y el día no estaba siendo nada
productivo, al menos para Jodie. Aunque para Harry si lo estaba siendo. Después
de comer salió de casa de su novia con una sonrisa de oreja a oreja y parecía
que el sol brillaba más fuerte y los pájaros cantaban más alegremente. Sería
verdad eso de que cuando tienes sexo el mundo se ve diferente, como más bonito.
Iba de camino a su coche tarareando una canción que le gustaba mucho de un
grupo de música británica que tenía el gusto de conocer personalmente y de
haber trabajado con ellos, McFly. Abrió la puerta del coche y se puso el
cinturón.
-If this
is love, then love is easy… - cantaba mientras programaba el GPS para ir a casa de Jodie a darle una
explicación. – If
this is love, then love completes me…
No sabía cómo le recibiría la chica ya que no le esperaba y mucho menos
sabía que iba a decirle. Él estaba contento con su novia, la quería, y era
consciente de que Jodie tenía algún tipo de sentimientos hacía él… pero era una
fan y no podía dejar que en menos de medio año cambiara toda su vida por
completo. No iba a permitirlo. Pero por otro lado, no quería ver mal a aquella
pobre chica que siempre le había visto como algo inalcanzable. Pensándolo bien
en cierta manera seguía siéndolo, porque su corazón estaba ocupado por otra
persona. Suspiró. No quería pelearse con nadie más. Quería estar bien con ambas
y eso era lo que se proponía hacer. Una parte ya estaba arreglada, Caroline
estaba más que contenta con el comportamiento de su chico… ahora faltaba Jodie,
que era bastante más inconformista.
Poco después estaba plantado delante de la puerta de la casa de Jodie
esperando que ella le abriera. Seguía con esa sonrisa en la cara y que, por el
momento, nada ni nadie podría borrar. Cuando la puerta se abrió, Jodie se
sorprendió al encontrarle en la puerta.
-¿Harry?
-Sí, soy yo. – rió él. - ¿Puedo pasar?
-Claro. Pasa.
-Sí, soy yo. – rió él. - ¿Puedo pasar?
-Claro. Pasa.
Ella se apartó y él entró al interior de la casa. Lo primero que vio
fueron las flores que él mismo le envió en un jarrón aunque ya llevaban tanto
tiempo allí que se estaban marchitando. Las miró con cierta tristeza ya que si
seguían allí es porque para ella habían significado mucho más de lo que
significaba para él.
-Bueno... y… ¿qué te trae por aquí? – susurró ella.
-Quería hablar contigo… - respondió.
-¿Sobre qué? - él se giró contemplando toda la casa. - ¿Quieres algo de beber?
-Sí, una coca cola estaría bien.
-Perfecto. – ella caminó por el comedor. – Siéntate en el sofá si quieres, no tardo nada. – dijo mientras desaparecía hacia la cocina.
-Quería hablar contigo… - respondió.
-¿Sobre qué? - él se giró contemplando toda la casa. - ¿Quieres algo de beber?
-Sí, una coca cola estaría bien.
-Perfecto. – ella caminó por el comedor. – Siéntate en el sofá si quieres, no tardo nada. – dijo mientras desaparecía hacia la cocina.
Minutos más tarde Jodie volvía con una coca cola
para él y una botella de agua mineral para ella. Harry se había sentado en el
gran sofá que ocupaba el centro de la estancia. Durante esos escasos minutos
pensó que le iba a decir y, sobre todo, cómo se lo diría para no herirla más de
lo que ya debía estar.
-Toma – dijo ella dándole la lata y un vaso.
-Gracias. – respondió él cortésmente.
-¿Y bien?
-Bueno… verás… - empezó a decir él. – Quería saber cómo estabas.
-Estoy bien. ¿No me ves? Sigo entera. No me he matado ni nada por el estilo. – ella rió levemente.
-Eso ya lo veo. Me refiero a si estás bien respecto a todo lo que pasó con Caroline y los rumores que decían que eras mi supuesta amante.
-En cierta manera lo fui, ¿no? – él suspiró. Eso era en parte cierto, aunque solo fue un beso. – No te preocupes, me va bien siendo la otra.
-Jodie… por favor. No te pongas así.
-¿Así cómo? ¡Tú tienes la culpa, Harry! Tú eres el único culpable.
-¿Yo? ¿¡Por qué!? – la conversación iba subiendo de tono, y aquello no le agradaba para nada al chico, que se había propuesto no discutir.
-¡Por qué eres tú el que me haces creer cosas que no son! Primero dices que quieres dormir conmigo, cuando no viene a cuento, luego me besas sabiendo y siendo totalmente consciente de que tienes novia. A la que según tú, quieres muchísimo… ¡Anda ya! Luego me regalas rosas y un gato… y después me desacreditas públicamente.
-¿¡Y qué quieres que diga!? ¿¡Qué eres mi novia cuando eso es mentira y todos lo sabemos!? ¡Tienes que aceptar que estoy con Caroline! Soy imposible para ti como lo era antes de que me conocieras.
-Gracias. – respondió él cortésmente.
-¿Y bien?
-Bueno… verás… - empezó a decir él. – Quería saber cómo estabas.
-Estoy bien. ¿No me ves? Sigo entera. No me he matado ni nada por el estilo. – ella rió levemente.
-Eso ya lo veo. Me refiero a si estás bien respecto a todo lo que pasó con Caroline y los rumores que decían que eras mi supuesta amante.
-En cierta manera lo fui, ¿no? – él suspiró. Eso era en parte cierto, aunque solo fue un beso. – No te preocupes, me va bien siendo la otra.
-Jodie… por favor. No te pongas así.
-¿Así cómo? ¡Tú tienes la culpa, Harry! Tú eres el único culpable.
-¿Yo? ¿¡Por qué!? – la conversación iba subiendo de tono, y aquello no le agradaba para nada al chico, que se había propuesto no discutir.
-¡Por qué eres tú el que me haces creer cosas que no son! Primero dices que quieres dormir conmigo, cuando no viene a cuento, luego me besas sabiendo y siendo totalmente consciente de que tienes novia. A la que según tú, quieres muchísimo… ¡Anda ya! Luego me regalas rosas y un gato… y después me desacreditas públicamente.
-¿¡Y qué quieres que diga!? ¿¡Qué eres mi novia cuando eso es mentira y todos lo sabemos!? ¡Tienes que aceptar que estoy con Caroline! Soy imposible para ti como lo era antes de que me conocieras.
Harry se arrepintió al momento de decir lo que había
dicho. Sabía que le había hecho daño. Y mucho, además. Los ojos de la chica se
empañaron y se levantó corriendo del sofá para que él no la viera llorar. Él la
siguió y la cogió del hombro intentando enmendar lo que había hecho.
-Jodie… lo siento. Yo… de verdad que no quería decir
eso. – se disculpó.
-Pero lo has dicho. – ella sacudió el hombro intentando quitarse la mano de Harry de encima.
-Perdóname, de verdad. Soy un inútil y un insensible…
-En eso te voy a dar la razón, eres un completo idiota que solo haces daño a los demás.
-¿Y el daño que los demás me hacen a mi nadie lo ve? ¡Jodie estás arruinando mi vida! La has puesto patas arriba en menos de seis meses…
-¡Encima voy a tener yo la culpa! Eres un hipócrita. – caminó por el comedor intentando esquivarlo. No quería ni verle. - ¡Tú eres tan feliz con ella! ¡Siempre lo has dicho! Y no me niegues eso… porque entonces ya… es para darte de hostias.
-¡Sí, era feliz con ella! Hasta que llegaste tu… y entonces empezaron los malos rollos. ¿Sabes cuántas veces nos hemos peleado? ¿¡Y cuantas veces yo te he defendido!? ¡No lo sabes!
-Pero lo has dicho. – ella sacudió el hombro intentando quitarse la mano de Harry de encima.
-Perdóname, de verdad. Soy un inútil y un insensible…
-En eso te voy a dar la razón, eres un completo idiota que solo haces daño a los demás.
-¿Y el daño que los demás me hacen a mi nadie lo ve? ¡Jodie estás arruinando mi vida! La has puesto patas arriba en menos de seis meses…
-¡Encima voy a tener yo la culpa! Eres un hipócrita. – caminó por el comedor intentando esquivarlo. No quería ni verle. - ¡Tú eres tan feliz con ella! ¡Siempre lo has dicho! Y no me niegues eso… porque entonces ya… es para darte de hostias.
-¡Sí, era feliz con ella! Hasta que llegaste tu… y entonces empezaron los malos rollos. ¿Sabes cuántas veces nos hemos peleado? ¿¡Y cuantas veces yo te he defendido!? ¡No lo sabes!
Harry se estaba empezando a poner nervioso y gritaba
más de lo habitual. Todo aquello que decía era verdad. Le estaba cambiando la
vida de manera radical y ella no se daba cuenta. Empezaba a sentir cosas, cosas
que no quería sentir debido a que él, como había dicho en varias ocasiones, era
muy feliz con Caroline. Se pasó la mano por los rizos, exasperado. Ya la había
cagado demasiado y no había vuelta atrás. Aquello no iba a terminar bien, por
mucho que quisiera.
-¡Venga ya! ¡Ahora eres el santo y el salvador de la
humanidad, ¿no?! – ella suspiró. – Todo esto te lo has buscado tu solito. Y no
te vayas de victima porque tu vas por ahí con tu novia en plan pareja feliz
dándoos besos y haciendo otras cosas peores de las cuales prefiero no estar
enterada mientras yo me quedo en casa pensando qué Harry voy a encontrarme la
próxima vez que te vea.
-¿¡Me estás reprochando lo que hago con mi novia!? ¡Eso no es asunto tuyo! ¡Y si ella y yo queremos darnos un beso nos lo damos! Tú no tienes nada que ver en eso, y lo sabes.
-Mira, Harry… ¿sabes qué? ¡Que me da igual! Como si quieres encerrarte con ella en una puñetera habitación y no salir en cuatro días. ¡Haced lo que os dé la gana pero olvidarme de una vez!
-¿¡Me estás reprochando lo que hago con mi novia!? ¡Eso no es asunto tuyo! ¡Y si ella y yo queremos darnos un beso nos lo damos! Tú no tienes nada que ver en eso, y lo sabes.
-Mira, Harry… ¿sabes qué? ¡Que me da igual! Como si quieres encerrarte con ella en una puñetera habitación y no salir en cuatro días. ¡Haced lo que os dé la gana pero olvidarme de una vez!
Jodie se secó las lágrimas que caían por sus
mejillas. No podía creer que se hubiera presentado en su casa para decirle
aquellas cosas. Era egoísta, mezquino y sin escrúpulos. ¿Tenía la osadía de
decirle, a ella, que lo estaba pasando mal? Por favor… Si él vivía en su mundo
de felicidad y amor… Qué sabrá él de pasarlo mal.
-¿Huyes de los problemas? Muy maduro. – dijo él algo
más calmado.
-¿Me estás hablando precisamente tu sobre madurez? No me hagas reír, Harry.
-Jodie, por favor… yo no quiero esto.
-¿¡El qué!? ¿¡Qué no quieres!? ¿¡Qué esté enamorada de ti!? ¡Yo tampoco lo quiero y aquí estoy!
-¿Me estás hablando precisamente tu sobre madurez? No me hagas reír, Harry.
-Jodie, por favor… yo no quiero esto.
-¿¡El qué!? ¿¡Qué no quieres!? ¿¡Qué esté enamorada de ti!? ¡Yo tampoco lo quiero y aquí estoy!
Él se quedó helado. Sabía que ella tenía ciertos
sentimientos hacía su persona, pero jamás podría imaginarse que aquello fuera
tan grande. Le cambió la expresión de la cara y se sintió peor de lo que ya se
sentía. Se dio cuenta de que estuvo jugando con los sentimientos de la chica. Y
ya era demasiado tarde. Pero no iba a dejar que se le notara ni un solo signo
de debilidad. Y menos en aquel momento.
-Si no tienes nada más que decir, vete de mi casa.
Corre con tu novia y haz lo que te dé la gana con ella.
Jodie se acercó a la puerta y la abrió de par en par
enseñándole el camino por el cual tenía que salir. A Harry le sentó mal aquel
comentario por parte de la chica y herido en su orgullo salió por la puerta no
sin antes decir la última palabra:
-No te preocupes, que mis cosas ya las había hecho
antes de venir a verte.
Ella no se esperaba aquello. Era el colmo. O sea que
él había estado teniendo sexo con su novia mientras ella no paraba de pensar en
él. ¡Lo que le faltaba! Ella como una idiota detrás de él para que él estuviera
pasando de ella como de la mierda. Jodie empujó a Harry para que saliera fuera
de la casa y así poder cerrar la puerta con un portazo. Él, que se quedaba
fuera, era el victorioso. Había salido relativamente ileso de todo aquello. Y
ella, que se quedaba dentro, era la perdedora. La que no quería volver a verle
en su vida, y la que quería pasarse llorando el resto de su existencia puesto
que todo carecía de sentido en aquel preciso momento.
Lots of love, Mery. xx!
asjihegqhjpoh!! Que cabrón insensible! Eso no se hace, pobre Jodie. Espero que se arreglen las cosas, pero hasta entonces, es un capullo.
ResponderEliminarBueno, una vez mas, estaré aqui esperando el próximo capítulo, y otra vez suerte en tus exámenes, que ya solo queda una semanita.
Besitos, Clara.
OMG. ¿A que sí? Me costó horrores escribirlo... de verdad... En fin. Muchas gracias por comentar y por los ánimos guapi <3 :) De verdad.
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